C37/T1: Esperanza es lo último que se pierde

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Me despertó un estruendo fuera de la habitación.
Liam y yo nos incorporamos con rapidez y nos miramos el uno al otro asustados.
En el otro lado de la puerta se escuchaban innumerables golpes y gritos cargados de pánico.
Él fue el primero en levantarse.
Luna: ¿A dónde vas?
Liam: Voy a ver que ocurre. Tú quédate aquí y no te muevas.
Y acto seguido salió de la habitación.
Luna: ¡Espera! No me dejes sola porfavor...
Pero ya era tarde. Liam había salido de la habitación y ya no podía escucharme.
Me quedo quieta unos instantes esperando que vuelva, pero no aparece.
Decidida, aunque también asustada, salgo de la habitación en pos de Liam.
Pero en cuanto pongo un pie fuera de la habitación, me veo sumida en el más absoluto caos.
Multitud de Lobos corren de un lado para otro siendo perseguidos sin descanso por...
Luna: ¿¡CAZADORES!?
Me quedo estupefacta intentado procesar esa información, y cuando mi cerebro lo logra, entro en un pánico total y absoluto.
Miro a todos partes desorientada, pero no logro ver nada más entre este caos que se ha formado.
De pronto, al girar la cabeza hacia la izquierda, distingo a Bella tirada en el suelo con un Cazador encima.
Sin pensar mucho en lo que estoy haciendo, mis piernas se mueven solas hacía ese lugar.
Luna: ¡Dejala en paz!
Bella y el Cazador se giran hacia mí y este último comienza a reírse a carcajadas. Pero su risa se extingue cuando junto las manos, y tal como me enseño Erik, produzco un tornado que engulle al hombre y lo tira por la ventana.
Me giro hacia Bella que me mira muy sorprendida.
Luna: ¿Estas bien?
Bella: S-sí, gracias...
Le tiendo la mano y la ayudo a incorporarse.
Luna: De nada, pero no deberías quedarte aquí tú sola. Intenta...
Mis palabras se ven interrumpidas por un grito y entonces aparece Flavio corriendo con una profunda cara de preocupación.
Flavio: ¡Bella!
Flavio le da un fuerte abrazo a su hermana al que ella corresponde.
Flavio: Menos mal que estas bien...
Se gira hacia mí.
Flavio: Gracias.
Asiento.
Luna: No me las des.
Flavio: Buscas a Liam, ¿no? Creo que le he visto por allá.
Me señala una dirección.
Luna: De acuerdo...
Flavio: Yo me quedo con ella, tranquila.
Asiento aliviada y me voy corriendo en la dirección que me ha marcado.
Corro mirando a todos lados, pero no veo a Liam.
De repente, un grito me detiene en seco.
Christopher: ¡Ehhh, enana!
Me giro hacia la voz y veo a mi hermano mayor y a mi mejor amigo corriendo hacia mí.
Christopher: ¿Estas bien?
Luna: Sí pero, ¿qué está pasando? ¿Cómo han descubierto los Cazadores nuestro escondite?
Luka: No estamos muy seguros...
Christopher: Pero probablemente el traidor se lo ha dicho. Ugh, maldita sea...
Entonces un par de Cazadores se acercan a nosotros.
Cazador1: Eh, ¿tú no eres ese condenado Lobo que se infiltró en nuestro cuartel?
Cazador2: ¿Pero no le maldijimos? ¿Cómo sigues vivo?
Kai, en vez de contestar, junta las palmas de las manos, y de estas salen dos llamaradas que envuelven a los Cazadores entre alaridos.
Christopher: Maldice esto...
En otras circunstancias probablemente me reiría, pero en este momento estoy tan nerviosa que no se me pasa por la cabeza ni sonreír.
Luka: ¿Has visto a alguno de los chicos?
Luna: Me he encontrado con Flavio después de salvar a Bella de un Cazador, pero a nadie más excepto vosotros. Estaba buscando a Liam, salió de nuestra habitación y no le he vuelto a ver.
En ese mismo momento aparecen corriendo tres personas conocidas.
Erik: ¡Luna! ¿Te encuentras bien? ¿Estas herida? ¿Te han hecho daño?
Alan: Erik, dejala tranquila, ¿no ves que esta bien?
Liam: ¿Qué haces aquí? ¡Te dije que te que quedaras en la habitación!
Luna: ¡Y yo te dije que no me dejaras sola!
Liam se pone a maldecir por lo bajo.
Se nota a leguas que esta furioso, o más bien todos estamos furiosos de que los Cazadores hallan irrumpido de esta manera en nuestro hogar.
Cuando estoy a punto de volver a abrir la boca para hablar, se oye un estruendoso silbido que nos hace a todos taparnos las orejas.
Los Cazadores por el contrario se quedan mirando hacia arriba y acto seguido todos desaparecen en explosiones de humo negro.
Toda la manada se pone a mirar de un lado a otro frenéticamente sin comprender porque se han ido de repente, y esperando que vuelvan súbitamente, pero nada ocurre.
Poco a poco, todos nos vamos relajando, pero entonces a mi lado, Alan suelta un grito ahogado y abre mucho los ojos mientras exclama.
Alan: ¡Los niños!
Y echa a correr hacia su habitación con Erik pisándole los talones.
No tardo nada en correr en pos de la pareja, con el resto de la manada detrás mío.
Cuando llego a la habitación de Erik y Alan me encuentro con una escena desgarradora.
Amira esta intentando ayudar a Rose a incorporarse, pues esta está tirada en el suelo.
Alan ha ido corriendo a la cuna de sus hijos con Erik detrás suyo y ambos están tremendamente pálidos.
Un grito detrás mío me hace girarme.
Bella: ¡Rose!
Me apartó justo a tiempo para que Bella no me aplaste en su carrera hacia su gemela con Flavio pisándole los talones.
Bella: ¡Rose! ¿Qué te ha pasado?
Por primera vez, veo a Bella sin esa máscara de abeja reina que siempre lleva. Parece sinceramente preocupada por su hermana.
Rose: Estoy bien, yo... Varios Cazadores entraron en la habitación e intente detenerlos, pero eran muchos más. Lo siento, no pude hacer nada.
Rose se dirige a Erik y Alan y abre un poco sus brazos, dejando ver un pequeño bulto en ellos.
Alan lo coge y desenvuelve la manta, dejando ver a Esperanza.
Erik: ¿Adam...?
Rose: Lo siento mucho...
Alan cae de rodillas al suelo, llorando amargamente mientras estrecha a su hija contra su pecho. Erik se deja caer a su lado y le envuelve con sus brazos, mientras gruesas lágrimas caen por sus mejillas.
Me doy cuenta de que yo misma estoy llorando, pero en este momento no soy capaz de pensar en algo con claridad.
Un sentimiento amargo se instala en mi corazón y un pensamiento atormenta mi cabeza.
Luna: *Es culpa mía.*
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Tras unas semanas desoladoras, llenas de preparativos y lágrimas, nos encontramos toda la manada en el patio, listos para ir a rescatar a Adam.
Han sido unas semanas horribles, y solo deseo poder salvar a mi sobrino.
Aunque los chicos insistieron en que no viniera, he dejado muy claro que quiero ir, y no pueden negamerlo, necesitamos toda la mano de obra posible.
Así que aquí estamos, mirando como mis dos hermanos abren el portal hacia la salvación del pequeño Adam, o la perdición para todos los que nos encontramos aguardando a que lo abran.
De uno en uno, vamos entrando una vez abierto, y cuando lo atravieso, me encuentro en mi hogar.
Un sentimiento de nostalgia y añoranza se instala en mi corazón y lo atraviesa como si fueran puñales.
Christopher: Hogar, dulce hogar.
Christopher cierra los ojos y suspira profundamente.
Tiene la misma mirada que yo, o tal vez incluso peor.
A nuestro lado, Erik se pone a dirigir a todo el mundo, y poco a  poco, nos ponemos en marcha hacia el Castillo, mi antiguo hogar y la nueva guarida de los Cazadores.
Al llegar siento un sentimiento extraño, como si este lugar me hubiera estado esperando todo este tiempo, pero a la vez como de que no debería estar aquí.
Erik se junta con varios Lobos en la puerta para echarla abajo, pero para la sorpresa de todos, esta se abre sola, dejandonos vía libre.
Todos nos miramos unos a otros extrañados y horrorizados, porque esto sólo puede significar una cosa, saben que estamos aquí.
A mi lado, Christopher suelta con sorna y tono cabreado.
Christopher: A la mierda con el factor sorpresa.
Cautelosamente, entramos despacio en el Palacio, temerosos del incierto recibimiento que nos aguarda.
En el patio no hay absolutamente nadie, y eso solo hace que nos pongamos más nerviosos todavía.
Erik: No bajeis la guardia.
Todos asentimos.
Continuamos avanzando hasta llegar al salón del trono.
Al llegar, todos nos quedamos congelados.
Sentado en el trono, se encuentra Dante, el líder de los Cazadores, y lleva a un diminuto niño en brazos.
Al mirarlo detenidamente, no me resulta tan amenazante ni horrible como pensé que sería.
Es un hombre de complexión más bien delgada, pelo de un morado oscuro y profundos ojos negros que lo miran todo con un aire calculador.
Dante: Ya estabais tardando...
Su voz suave, pero fría, nos sobresalta a todos.
Antes de que nadie pueda contestar, Erik se adelanta con un brillo furioso centelleando en sus ojos pardos.
Erik: ¡Te exijo que me devuelvas a mi hijo! ¡No te opongas! ¡Estas en clara desventaja!
Para mi terror, Dante sonríe y enarca una ceja con ironía.
Dante: ¿Me exiges?
Y se echa a reír. Su risa me produce escalofríos.
Los ojos de Erik llamean. Christopher decide intervenir.
Christopher: Devuelvenos al niño pacíficamente y nadie saldrá herido.
Dante se gira hacia Christopher y se le queda mirando.
Dante: Oh... Sigues vivo.
Christopher frunce el ceño, pero insiste.
Christopher: Él es inocente. No te ha hecho nada. Dejale.
Dante: Por supuesto. El crío no me interesa en lo más mínimo.
Siento un nudo en el estómago ahora mismo.
Flavio: ¿Entonces por qué te lo llevaste?
Dante: Bueno, era el más tranquilo de los dos... Además, la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?
Dante estalla en carcajadas ante su propio chiste, y todos nos giramos hacia Erik alarmados.
Pero para sorpresa de todo el mundo, es otra persona la que salta.
Alan: ¿¡Cómo te atreves a hablar así de mis hijos!?
No había visto a Alan tan furioso jamás. Decir que esta enfado es quedarse muy corto. Esta que echa humo por todos lados. 
Dante: Que enternecedor... Una madre protegiendo a sus hijos. Porque tú eres la madre, ¿no?
Luka sujeta a Alan del brazo y niega con la cabeza frenéticamente, indicando a Alan que se tranquilice.
Dante: Bueno, dejémonos de tonterías.
Dante se levanta del trono, aún con Adam en brazos, y se dirige a Erik.
Dante: "Príncipe", te propongo un intercambio. Yo te devuelvo a tu hijo, y a cambio tú me das a mi hija.
La estupefacción adorna en la cara de toda la manada. Se forma un alboroto de frases extrañadas.
Lobo1: ¿Su hija?
Lobo2: ¿Qué tiene que ver con nosotros?
Lobo3: Además, si tiene un hija, esta debería ser una humana, ¿no?
Cierro los ojos con fuerza.
Luna: *Mierda, ¿cómo no me he dado cuenta? He caído de lleno en su trampa...*
Dante sonríe y clava su mirada en mí.
Aprieto los labios y avanzo hasta quedar frente a frente con él.
Luna: Vale, ya me tienes aquí, pero devuelvele a su hijo y dejales marchar.
Dante: Supongo que es justo.
Con un chasquido, Adam aparece en los brazos de Alan.
Erik me mira sin comprender que esta ocurriendo.
Erik: Luna, ¿qué haces?
Bajo la mirada, incapaz de mirarle a los ojos.
Luna: No eres el único que tiene secretos...
Erik: Pero... No es posible...
Erik me mira horrorizado.
Luna: Yo no elegí que él fuera mi padre, ojalá no fuera así.
Dante: Pero lo es. Y ahora es momento de que os vayáis. Tengo que tener una pequeña charla con mi hija. Ya sabéis, reunión familiar.
Dante sonríe irónicamente, y con otro chasquido de dedos, un portal aparece y engulle a la manada.
Lo último que veo es la mirada destrozada de Erik, antes de ser engullido por el portal.
Dante vuelve a sentarse en el trono con total tranquilidad y me observa.
Dante: ¿Problemas con la magia?
Luna: No es asunto tuyo.
Dante: Tranquila, no hace falta ser tan agresiva... Solo pretendía ayudar.
Luna: ¿Tú ayudarme? Ja, claro.
Dante: Aunque no lo creas, es así. Yo puedo enseñarte muchas cosas...
Luna: ¿Cómo qué? ¿Magia negra?
Se encoge de hombros.
Dante: Entre otras cosas.
Luna: Ya, no gracias.
Él ladea la cabeza y sonríe.
Me estremezco al recordar que ese es un gesto habitual en mí.
Dante: Pronto te darás cuenta de que no somos tan diferentes.
Se levanta del trono y se acerca a mí.
Dante: Y cuando llegue ese día, al fin ocuparás el lugar que te corresponde a mi lado.
Un sudor frío me recorre la espalda.
Luna: No...
El sonríe ampliamente y me pasa una mano por el pelo.
Y de repente mi aspecto cambia.
Me estremezco al darme cuenta de que soy igual a mi padre.
Un pelo púrpura me cae por los hombros, a excepción de mis ojos que también son de un morado profundo e hipnotizante.

 Un pelo púrpura me cae por los hombros, a excepción de mis ojos que también son de un morado profundo e hipnotizante

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Luna: ¿Qué me has hecho...?
Dante: Solo te he devuelto tu aspecto original.
Luna: No es cierto. Yo no soy así...
Dante: Eso te hicieron creer. Los Lobos te han escondido muchas cosas. Pero yo no te voy a ocultar nada. Solo quiero que tengas lo que mereces.
Mi mente viaja a la mirada desalentada de Erik antes de que el portal lo llevara de vuelta a casa.
De repente Dante levanta la cabeza y suspira.
Dante: Blake.
Me giro, y veo un par de ojos morados que me observan desde las sombras.
El muchacho sale de su escondite y me observa con curiosidad.
Es un chico delgaducho, de tez pálida, pelo morado y ojos púrpuras que me observan con interés.

Dante: Es de mala educación espiar a la gente Blake

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Dante: Es de mala educación espiar a la gente Blake.
El chico baja la cabeza, y yo me temo lo peor.
Blake: Lo siento tío.
Luna: *Tío...*
Dante: Bueno, no deberías ser tan curioso chico... Pero, ya que estas aquí, te presento a Luna, mi hija. Hija, este es Blake, tu primo.
Tiemblo cuando Dante me llama "hija".
¿Cómo voy a salir de aquí?
Y ahí es cuando comenzó una nueva etapa en mi vida.

~¿𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖆𝖗𝖆?~

Fin de la primera temporada

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