C1/T2: Vida nueva

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Mi nuevo descubierto primo me sonríe, mientras se le iluminan los ojos.
Blake: Es un placer conocerte al fin.
Luna: *Tal vez... Si finjo estar de su parte... Podría descubrir información útil...* Igualmente... supongo. No sabía que tenía un primo...
Dante: Hay muchas cosas que no sabes... Pero con nosotros, las descubrirás todas, e incluso más.
Aparto la mirada y cierro los ojos con fuerza.
Luna: *No me queda otra...* ¿Cómo qué...?
Dante me mira fijamente y yo le sostengo la mirada sin pestañear. Finalmente sonríe.
Dante: Todo a su tiempo, tranquila... De momento, estarás cansada, ¿no?
Asiento con la cabeza.
Dante: Bien... Blake, ¿por qué no la ayudas a elegir una habitación? Puedes quedarte la que quieras. Mi hija se merece todo lo que desee.
Asiento sorprendida. Esto me parece demasiado amable.
Dante: Pareces sorprendida. ¿Acaso los Lobos no te daban todo lo que deseabas?
Niego con la cabeza.
Dante: Oh... Bueno, pues aquí tendrás todo lo que tú quieras. Solo tienes que pedirlo.
Esbozo un sonrisa forzada.
Luna: Pues... Gracias.
Dante hace un gesto con la mano quitándole hierro al asunto.
Dante: Necesitarás a alguien que te explique cómo funcionan las cosas aquí...
A mi lado, Blake se adelanta rápidamente.
Blake: ¡Yo me encargaré tío!
Dante asiente conforme.
Mi supuesto primo se gira hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.
Dante: Así tendréis tiempo para conoceros mejor...
Blake: ¡Fantástico! Gracias tío.
Se gira hacia la salida y me mira sonriente.
Blake: Sígueme.
Dante: Nos veremos en la cena. Te presentaré allí.
Luna: De acuerdo, padre...
Dante sonríe ampliamente y asiente levemente con la cabeza.
Me giro y sigo a Blake hacia la salida.
Mientras caminamos por los pasillos, miro con tristeza los lugares por los que tanto tiempo jugué con mis hermanos de niña.
Los recuerdos me inundan y amenazan con hundir la poca estabilidad emocional que me queda.
Blake me mira con cierta compasión.
Blake: Lo siento... Debe ser complicado... Tantos recuerdos de la infancia... Tantos momentos felices...
No se me escapa la amargura con la que pronuncia la palabra "felices".
Tragandome  toda mi tristeza y añoranza, adopto una pose furiosa.
Luna: Falsa felicidad. Una infancia repleta de mentiras y engaños.
Parece que la sequedad de mi voz hace vacilar a Blake, porque abre la boca para decir algo y finalmente la cierra indeciso.
Luna: *Debo convencer a los Cazadores de que odio a los Lobos si quiero que esto me salga bien...* Prefiero olvidar esta vida de mentiras. Puedo crear nuevos recuerdos con gente que sé que va a ser sincera conmigo.
Blake ladea la cabeza y me mira con tristeza.
Pero enseguida lo enmascara con una gran sonrisa.
Blake: Bueno, en ese caso, me gustaría poder ser parte de esos nuevos recuerdos, si tú quieres.
Él me sonríe ampliamente y siento un ramalazo de nostalgia, como si ya lo conociera de algún lugar.
No sé porque, pero no puedo evitar sentir una profunda simpatía por ese chico.
Le sonrío amistosamente.
Luna: Sí, me gustaría mucho.
El esboza una sonrisa que provoca que su rostro se ilumine como si tuviera una luz muy potente al lado de su cara.
Nos detenemos.
Blake: Bueno, hemos llegado a las habitaciones. Escoge la que más te guste.
Comenzamos a avanzar lentamente mirando las habitaciones.
En un momento dado, Blake se detiene.
Blake: Esta es mi habitación.
Señala la habitación que tenemos en frente.
Yo miro la de al lado.
Luna: ¿Esa es de alguien?
Él niega con la cabeza.
Luna: Bien, entonces ya es de alguien.
Blake me sonríe agradecido.
Blake: ¿Quieres entrar y descansar hasta la cena? Puedo avisarte cuando este lista.
Niego con la cabeza.
Luna: En realidad no estoy cansada. Me aburriría yo sola.
Él sonríe.
Blake: En ese caso has acudido a la persona ideal. Conozco todos los escondrijos de este sitio.
Nos pasamos toda la tarde explorando el Castillo, mientras Blake me explica la vida de los Cazadores en este lugar, y cuando al fin se hace de noche, me sorprendo de la rapidez con la que ha pasado el tiempo.
Blake: Ya es la hora de cenar. Ven, te enseñaré un atajo para llegar al comedor.
Con cada paso que damos siento como mis nervios amenazan con desbordarme y se me forma un gran nudo en el estómago.
Luna: *Llegó la hora de la verdad.*
Respiro hondo y adopto la cara más seria que soy capaz de adquirir.
Al entrar, todas la miradas se clavan en mí, y yo con toda mi fuerza de voluntad, avanzo al lado de Blake hasta el fondo del comedor, donde se encuentra la mesa de la familia real, y sentado en el asiento del rey, esta mi padre con un hombre muy parecido a él sentado en su lado izquierdo.
Mi padre me hace un gesto con la mano para que me siente en el lugar que queda libre a su derecha.
Obedezco y Blake se sienta a mi lado, también a mi derecha.
Entonces mi padre se levanta y yo me preparo mentalmente para lo que viene.
Dante: Amigos, tengo el placer de anunciar que se ha unido a nuestra causa una poderosa aliada, mi hija, Luna.
Los aplausos resuenan por todo el comedor, y yo finalmente puedo soltar todo el aire que estaba acumulando.
La cena transcurre normal y cuando acabamos, los Cazadores se acercan a conocerme con curiosidad, pero afortunadamente Blake me saca a hurtadillas de allí.
Estoy en mi nueva habitación, tumbada en la cama, mirando el techo.
Sé que nada volverá a ser como antes, pero aún así, tengo muy claras mis lealtades y tengo que sacar provecho de esta situación de alguna manera.
Aún así, ¿cuánto tiempo seré capaz de aguantar con esta mentira?
Comencé una nueva vida, aunque sabía que todo era una mentira.

~𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖆𝖗𝖆~

Medio lobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora