C11/T2: Preocupaciones.

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Pov Christopher

Abro los ojos con pesadez, encontrándome con una hermosa imagen. Luka dormido, acurrucado en mi pecho.
Sonrío inconscientemente y me aparto sin despertarle para levantarme de la cama. Me visto con rapidez y salgo de la habitación en silencio.
He decidido madrugar hoy, ya que en realidad, tampoco he podido dormir bien. Siempre que cerraba los ojos, acudían a mí terribles pesadillas, en las que los Cazadores nos atacaban como aquella vez, hace ya tres años.
Camino por los pasillos desiertos sin rumbo fijo, hasta que al girar una esquina me doy de bruces con otra persona.
Christopher: ¡Oh! ¡Lo siento, no estaba mirando por...!
Me quedo mudo al ver a Blake en frente mío.
Blake: ¡Oh, perdón! No me estaba fijando por donde iba.
Christopher: ¿Qué haces despierto a éstas horas? Es muy temprano.
El chico me dedica una sonrisa nerviosa.
Blake: Soy bastante madrugador. ¿Y vo...? Perdón. ¿Y tú?
Decido no responder. Parece nervioso, como si ocultara algo.
Christopher: ¿No está Luna contigo?
El niega y se rasca la cabeza, y yo no puedo evitar recordar a Luna en ese gesto. Ella siempre se rasca la cabeza cuando está nerviosa...
Christopher: ¿Y dónde está?
Él se encoge de hombros.
Blake: Conociéndola, probablemente este durmiendo.
Observo a mi alrededor con fingido aire desinteresado.
Christopher: No recuerdo que te hallamos mostrado esta parte de la casa. ¿Te has perdido?
Él esboza un pequeña sonrisa divertida.
Blake: Quería pasear, pero fuera aún hace algo de frío para dar un paseo.
Alzo una ceja.
Christopher: Y has decido dar una vuelta por partes de la casa que desconoces.
Él sonríe, esta vez sin tratar de ocultarlo.
Blake: Eres bueno...
Da media vuelta y comienza a caminar. Yo le sigo apresuradamente.
Blake: ... pero me decepciona que sigáis desconfiando de mí. Creía que ya había demostrado ser de fiar...
Christopher: Eres extraño.
Él se ríe alegremente.
Blake: Y tú divertido.
Yo frunzo el ceño algo molesto.
Christopher: Tal vez sí que vuelva a ordenarte que me trates de vos y me digas Alteza.
Él sonríe y se encoge de hombros.
Blake: Si es lo que deseáis, no tengo ningún problema en hacerlo Alteza.
Le observo extrañado por su rápido cambio de trato hacía mí.
Christopher: No es que quiera desconfiar de tí, pero tú eres el que me da motivos para hacerlo.
Blake: ¿Yo os doy motivos? ¿Qué motivos os he dado?
Christopher: Ocultas algo. Estás nervioso.
Él suspira.
Blake: Cierto.
Me observa fugazmente.
Blake: No me he levantado solo por que sea madrugador.
Se para y se sienta en la hierba. Yo miro a mi alrededor asombrado al encontrarnos en el patio. Me ha traído al exterior y ni siquiera me he dado cuenta.
Me siento a su lado.
Christopher: ¿Y por qué lo has hecho entonces?
Él me observa con sus penetrantes ojos lilas y siento como si él fuera capaz de ver a través de mí.
Blake: Por lo mismo que vos. No podía dormir.
Le miro sorprendido.
Christopher: ¿Cómo sabes que no podía dormir?
Él vuelve a esbozar una sonrisa nerviosa.
Blake: Os ruego que me disculpéis... No lo hago a propósito, yo... Uno de mis poderes más fuertes es la mente.
Le miro estupefacto.
Christopher: ¿¡Me has leído la mente!?
Él baja la cabeza.
Blake: No ha sido intencional... No es que yo quisiera, pero vuestros pensamientos lo gritaban por si solos.
Le miro sin comprender.
Christopher: ¿Qué mis pensamientos... gritaban?
Él trata de explicarse rápidamente.
Blake: No en el sentido literal... Lo que quiero decir es que no me hacía falta entrar a su mente, porque su preocupación es tan alta, que yo la sentía sin necesidad de...
Le interrumpo abrumado.
Christopher: Está bien, está bien... No te expliques más.
Asiente y nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que finalmente, hablo.
Christopher: ¿Tú tampoco podías dormir porque estás preocupado?
Él asiente en silencio.
Christopher: ¿Puedo saber la causa de tu preocupación?
Él sonríe y levanta la mirada para observar el amanecer. Yo le imito, y juntos observamos al sol salir hasta que él rompe el silencio.
Blake: Siempre me gustaron los amaneceres. Solía observarlos desde la Guarida de los Cazadores, todas las mañanas. Cada vez que veía el sol salir, cerraba los ojos y pedía un deseo. Siempre el mismo deseo...
Veo como sus ojos, cargados de tristeza, observan al sol alzarse de entre los árboles.
Christopher: ¿Puedo preguntar cuál era ese deseo?
Él sonríe apenado.
Blake: Ser feliz.
Dos sencillas palabras. Solo necesitó responderme esas dos palabras para que una lágrima cayera por mi mejilla, asombrado ante su inesperada respuesta.
Blake: Y de repente, un día, la conocí a ella. Pase la tarde junto a ella, y fue lo mejor que me había pasado nunca. Ella me trato como su igual. Al día siguiente, me desperté e hice lo que siempre hacía. Pero cuando el sol estaba saliendo, cuando cerré mis ojos para pedir mi deseo...
Sonrió, y sentí como si su figura se iluminara por completo.
Blake: No sé qué le ocurrió a mi mente en ese momento, pero cambié mi deseo.
Se giró y me miró intensamente.
Blake: Deseé que ella fuera la causa de mi felicidad. Y después de ese día, jamás he vuelto a pedir un deseo al amanecer.
Logro despegar los labios, totalmente conmocionado por su historia.
Christopher: ¿Y tú deseo... se cumplió?
Él me sonríe ampliamente, y por primera vez, veo una profunda felicidad en sus ojos.
Blake: Sí, se cumplió.
Asiento en silencio, pensando en lo que ha dicho.
Christopher: La chica de la que hablas... Es Luna, ¿no?
Él me dedica una sonrisa sincera.
Blake: Desde que la conocí, Luna siempre ha sido la causa de mi felicidad. Es cierto que me he metido en muchos problemas por su culpa, pero gracias a ella soy quien soy hoy, y no cambiaría todo lo que he vivido con ella por nada del mundo. Gracias a ella mi deseo se cumplió, gracias a ella sé lo que significa ser feliz. Ella es mi felicidad.
Siento como las lágrimas resbalan por mis mejillas.
Christopher: Luna es una chica muy especial, sin duda.
Él sonríe, volviendo a mirar el cielo.
Blake: Sí que lo es. A mí me otorgó la felicidad que tanto ansiaba...
Se gira hacia mí.
Blake: ¿Y a vos?
Le miro sorprendido.
Christopher: ¿A mí?
Blake: Sí, a vos. Sé que tenéis una historia con ella.
Christopher: ¿Te habló alguna vez de mí?
Él se ríe alegremente.
Blake: ¿Alguna vez? Muchas veces. Hablaba de vos, de vuestro hermano, de su novio, de su mejor amigo, de Alan, de Flavio, de sus amigas... De los Lobos en general.
Christopher: ¿De verás?
Asiente, divertido ante mí sorpresa.
Blake: Sí, ella jamás os olvidó ni os dejó de lado. Ama a los Lobos, como no tenéis idea.
Sonrío. Me quedo pensativo por unos momentos.
Christopher: Ella me dió paz.
Blake gira su cabeza y me observa en silencio.
Blake: Luna hizo muchas cosas por muchas personas, y ella ni siquiera es consciente de ello.
Sonrío con nostalgia.
Christopher: Cierto.
Nos quedamos en silencio, observando el sol en lo alto del cielo, hasta que la voz de la chica de la que hemos estado hablando todo el rato nos hace girarnos.
Luna: ¿Qué hacéis?
Le sonrío a mi hermana pequeña.
Christopher: Solo mirábamos el amanecer.
Erik: Pero hace ya rato que amaneció.
Los chicos se sientan junto a nosotros.
Christopher: ¡Es que sois unos tardones!
Luna se dirige a Blake.
Luna: ¿Por qué no me has despertado como siempre?
Él se lleva un mano al pecho en un fingido gesto de indignación.
Blake: ¿Ahora te quejas de que te deje dormir?
Ella pone los ojos en blanco.
Luna: No, pero te has perdido tu querido entrenamiento.
El muchacho le dedica una sonrisa divertida.
Blake: ¿Y cómo sabes que no he entrenado yo solo?
Luna: No has entrenado tú solo.
Él sonríe alegremente.
Blake: Vale, no lo he hecho. Después de lo de ayer, he decidido tomarme un muy bien merecido descanso.
Luna le mira extrañada.
Luna: ¿Un descanso? ¿¡Tú!?
Blake asiente y se tumba en la hierba con los ojos cerrados. Luna se gira hacia mí.
Luna: ¿Os habéis peleado y le has dado un golpe fuerte en la cabeza?
Yo me río alegremente.
Christopher: Claro que no. Para pelearse ya está Erik. Además, Blake ya ha demostrado que es imposible vencerle.
Erik me lanza una mirada de pocos amigos. Luka interviene.
Luka: ¿Habéis desayunado?
Yo niego con la cabeza, pero Blake asiente. Se gira para mirarme extrañado.
Blake: ¿No habéis desayunado?
Vuelvo a negar con la cabeza.
Blake: ¿Por qué no me avisasteis? Si me lo hubierais dicho, podríamos haber ido a desayunar Alteza.
Flavio nos mira con diversión.
Flavio: ¿Vuelta al trato de vos y Alteza?
Ambos asentimos.
Erik: Creía que no te gustaba Chris.
Le sonrío irónicamente.
Christopher: Bueno, decidí seguir el ejemplo de nuestro futuro Rey, ¿sabes hermanito?
Erik frunce aún más el ceño y habla secamente.
Erik: Jaja, que gracioso.
Luka se saca un dulce del bolsillo y me lo tiende, y yo no dudo en arrebatárselo rápidamente.
Alan: Ten cuidado o te atragantarás.
Liam: Y si mueres atragantándote con un dulce, te aseguro que negaré que fueras mi mejor amigo.
Me llevo una mano al pecho con dramatismo.
Christopher: ¡Oh, me partes el corazón amigo mío!
Luna, Blake y Flavio ríen abiertamente, y veo a Luka soltar una risita, pero luego niega con la cabeza y me mira serio.
Luka: Alan tiene razón, engulles la comida, sobre todo si son dulces.
Me encojo de hombros y me como el dulce.
Christopher: ¿Veis? Sigo vivo.
Entonces, Blake se levanta de la hierba.
Luna: ¿A dónde vas?
Él sonríe.
Blake: Necesito ir al baño.
Erik: ¿Sabrás llegar?
Sonrío divertido.
Christopher: Oh, creeme que sabrá.
Los chicos me miran extrañados, excepto Luna, que también sonríe divertida.
Blake: No tardaré.
Da media vuelta y se aleja de nosotros.

Pov Blake

Me encamino hacia el baño. Al llegar, hago lo que tengo que hacer y salgo tranquilamente. Vuelvo a dirigir mis pasos hacia el patio, pero una idea cruza mi mente. Aprieto los labios dubitativo. Miro a ambos lados del pasillo, comprobando que está totalmente desierto. Sin pensármelo demasiado, y tal vez ese fue mi error, dirijo mis pasos hacia la pequeña mazmorra donde está encerrado Héctor. Necesito respuestas, necesito saber que pasó con Armín. Esa es la preocupación que tengo, la que no le he contado al Príncipe Christopher.
Al llegar, él se gira a mirarme.
Héctor: Oh, que gran honor... El gran Blake Naor se digna a honrarme con su presencia. ¿A qué debo el placer?
Frunzo el ceño con molestia.
Blake: Déjate de estupideces Héctor. Sabes porque estoy aquí.
Él sonríe socarronamente.
Héctor: Por supuesto. Quieres saber que ocurrió con Armín.
Blake: Sí.
Él se cruza de brazos.
Héctor: ¿Y por qué se supone que habría de decírtelo?
Aprieto los puños. Tal vez no fue tan buena idea...
Blake: No estás en la mejor posición para negarte.
El sonríe con su molesta sonrisita de suficiencia.
Héctor: Oh porfavor, está más que claro que has venido aquí a espaldas de los Lobos. Estás desesperado.
Aprieto los labios con la rabia creciendo en mi interior.
Blake: *Controlate Blake* Esto ha sido una pérdida de tiempo...
Me doy media vuelta dispuesto a marcharme, pero sus palabras detrás de mí me hacen detenerme.
Héctor: Huyó después de ayudaros a escapar. Probablemente esté buscándote. Y cuando te encuentre, también encontrará a los Lobos. Y aunque te quiere como a su hijo, sigue siendo un Cazador al fin y al cabo. Y la tarea de los Cazadores es acabar con los Lobos.
Me giro para enfrentarle.
Blake: Él no dañará a los Lobos.
Héctor sonríe perversamente.
Héctor: ¿Estás seguro?
Vacilo, pero luego sacudo la cabeza.
Blake: *Solo trata de confundirte, no le hagas caso* Por supuesto. Él jamás dañaría a alguien que me ha ayudado, incluso aunque sean Lobos.
Él sonríe cínicamente.
Héctor: Ya lo veremos...
Me giro bruscamente y me alejo de él con la cabeza hecha en un lío. Definitivamente, esta ha sido una pésima idea.
Y al final, las pequeñas preocupaciones, se convirtieron en grandes preocupaciones.

~𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖓𝖚𝖆𝖗𝖆~

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