A pesar de haberme dormido sin problemas y prácticamente luchando por no cerrar los ojos, no estaba cómoda durmiendo sola.
Al abrir los ojos tras intentar acomodarme, miré a Philip pensando que estaría dormido.
La luz sobre mi cabeza era tenue pero iluminaba prácticamente toda la habitación.
Mi niño se apoyaba de forma relajada en el espaldar del asiento, con los brazos apoyados en los reposabrazos y el rostro hacia mí con los ojos cerrados. Quise levantarme y acariciar sus mejillas, sus labios...
Resoplé bruscamente por no poder dormirme y en parte por no poder acariciarlo, mientras me colocaba boca arriba.-Qué te ocurre?-la voz de Philip sonó tan ronca como sensual. Lo miré.
-Pensaba que dormías-dije en un hilo de voz. Sonrió levemente antes de negar con la cabeza en un lento movimiento. Parecía cansado.
-Estás bien?-me preguntó ahora, acomodándose de modo que tomara una postura más rígida en su sitio para mirarme más cómodamente.
Negué con la cabeza sintiendo una repentina pena. Rápidamente me escondí bajo las sábanas, notando al segundo la mano de Philip en mi cabeza.
-Nena, qué te pasa?-las lágrimas simplemente caían por mis mejillas y un sollozo se escapó de mí al unirse a mi respiración-Meg-quitó la sábana que yo ya apenas sujetaba-Nena por favor-me suplicó. Realmente no sabía por qué diablos lloraba, puede que por verlo a él cansado por mi culpa, por no dormir... No lo sé, quizás tan solo fueran las hormonas.
-Duerme conmigo-al abrir los ojos para mirarlo a los suyos, tan solo pude ver preocupación.
-Vale, pero qué te pasa?-ese era mi niño, capaz de acceder a saltar por un puente por tal de saber cómo parar mi tristeza. Acarició mi frente deslizando su mano hasta acariciar mi cabello, provocando que cerrara los ojos.
-No lo sé-dije tan solo volviendo a abrir los ojos-Duermes conmigo?-una leve y triste sonrisa apareció en sus labios. Se quitó los zapatos con facilidad y me indicó que le hiciera sitio.
Cuando me vi entre sus brazos, abrazada por él, sintiendo su respiración caliente en mi nuca, al fin mi cuerpo se sintió tranquilo... Seguro.
-Te amo Megana-dijo cuando comenzaba a dormirme. Supongo que es el modo más bonito en el que él podía interrumpir mi sueño. Hice que estrechara aún más su abrazo y cerré los ojos.
-Quédate conmigo siempre-susurré sin saber si me escucharía. Poco después no hubo tormenta que me despertara.
A la mañana siguiente, abrí los ojos con la sensación de haber dormido durante años, con los músculos tan relajados y pesados sobre el colchón, que incluso podía asegurar que me sentía cansada. Algo me hizo acordarme de Philip al momento, pensando que ya se habría levantado, pero al ir a levantar el brazo, el suyo me lo impidió. Me concentré en escuchar su suave respiración, comprobando así que aún dormía. Me acurruqué como pude contra él, intentando no moverme demasiado, aún así, aunque no lo desperté, su reacción fue rodearme aún más con su brazo. Sonreí concentrándome ahora en el cielo impecable al otro lado de los ventanales.
El ruido de algo metálico chocando contra el suelo me despertó. Al incorporarme vi a la enfermera agachada, recogiendo un par de cubiertos con una mano mientras con la otra sostenía la bandeja plástica en la que llevaba mi comida.
Philip no estaba.-Siento haberte despertado, ahora te traigo otro par de cubiertos-me entregó la bandeja y se marchó. Mi mente aún perezosa, tenía la sensación de tener que repetir la única frase de la mujer por lo menos otras cuarenta veces hasta poder procesarla. Entonces vi la hoja plegada, sobre la sábana.
"Buongiorno / pomeriggio principessa
Sono sceso al bar a prendere qualcosa da mangiare, il dottore mi ha fatto uscire dal letto, avvertendo che gli infermieri sarebbero presto con il vostro cibo. Non mi ha spiegato, che problema suppone, comunque ho pensato che il cibo dell'ospedale non sarebbe una delizia.
Sai? La mia mente non è molto attento a ciò che scrivo. Continuo a pensare a petizione mi hai fatto ieri... e torno e lo ripeto: SEMPRE"-Buenos días, tardes princesa. He bajado a la cafetería a por algo de comer, el doctor me ha sacado de la cama advirtiéndome de que pronto llegarían las enfermeras con la comida. No me ha explicado qué problema suponía eso. Igualmente supuse que la comida del hospital no sería precisamente una delicia. Sabes? Mi mente no está muy atenta a lo que escribo. No dejo de pensar en la petición que me hiciste ayer... y vuelvo y te repito... Siempre-leí en voz baja.
Sonreí. Sí me había escuchado.
El doctor no pudo hacer gran cosa por mí aparte de las pruebas, de las cuales los resultados eran bastante pésimos, pero nada que con ganas, atención y constancia, no se curara. Me pidió que siguiera mi embarazo con más cuidado y que me alimentara lo mejor posible siguiendo sus indicaciones para intentar superar la anemia, que era lo realmente grave. Me pidió también que siguiera mi embarazo en el hospital de Roma. A parte me pidió o más bien me recomendó, que no subiera a lugares con demasiada altura o que no hiciera actividades que requiriesen demasiado esfuerzo, el problema de la falta de oxígeno podría ir a más.
-Recuerda que esto te puede parecer una broma, pero no es ningún chiste que te diga que tienes un embarazo de riesgo. Es tu vida lo que te juegas y seguramente la de él-aquellas palabras fueron su despedida y a mí se me marcaron a fuego en la mente.
El viaje de vuelta fue extraño, rápido y solitario para mi mente. Me encontraba tan extremadamente agotada que poco después de subirme al coche y mientras miraba las callejuelas de las cuales salíamos, me quedé dormida otra vez.
Hubo algún momento durante el viaje en el que escuché la voz lejana de mi niño, a lo que respondí algo bastante similar a un tímido gruñido, mientras notaba mi pesado cuerpo flotando.
Poco después o quizás el rato trascurrido fueran horas, se repitió la historia, solo que esta vez sí comprendí, aún más interna en el mundo de los sueños que en éste, que alguien cargaba conmigo y esta vez no escuché solo la voz de Philip, también escuché otras tantas voces... mujeres, niños... mi mente no daba para mucho. Me sentía en un coma para el que creía que la única salida sería dormir todo lo que mi cuerpo parecía necesitar. Aunque parecía necesitar demasiado.
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DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)
RomanceDieciséis años, hermosa y con ciertas habilidades especiales, inexplicables para ella misma. Ella, la cual nunca pensó en otro hombre que no fuera su padre, tras lograr entrar en el mundo del modelaje, conoce a ese chico... El chico. Te enamorarás...