II Jissella

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A la mañana siguiente me despertaron los besos de mi niño.

-Hola-dije sonríendo aún adormilada. Me miraba desde arriba con mirada neutra-Qué pasa?-me senté en la cama, ganándome un beso de película. Amaba lo esponjoso de sus labios.

-Qué tal estos días?-acarició mi mejilla.

-Bien-respondí rápidamente.

-Bien? Qué habéis hecho? O os habéis pasado los diez días aquí encerrados?

-Yo sí-me miró extrañado sin entender muy bien. Normalmente, si él no estaba, a dónde iba alguna de las dos, la otra la acompañaba.

-Y eso?-se acomodó.

-Lupe se fue hace seis días-forcé una sonrisita nerviosa. Frunció el ceño mezclando sorpresa con enfado.

-Has estado tantos días sola? Meg, cómo demonios se te ocurre?

-No contaba con ello!-me defendí-Tú te fuiste a trabajar, Lupe se fue a Londres a visitar a su familia y mi padre encima no está.

-Y por qué diablos no me lo dijiste?-mostraba más rabia de la que pegaba en ese caso. Tampoco era para tanto-No puedes ser tan irresponsable y si te llega a pasar algo?

-Oh... Vaya... irresponsable...-aquello fue cómo darme una bofetada sin mano. Se quedó en silencio mirándome-Qué te ocurre? Esto no es para que te pongas así-apretó la mandíbula esquivando mi mirada-Philip... Qué ha pasado durante el viaje?-me miró de inmediato negando con la cabeza.

-No pienses cosas raras.

-Pues dime por qué me atacas. Estoy viva no? No me falta ningún pie-rió sin ganas, volviendo a esquivar mi mirada.

-Esta vez no ha sido un viaje de trabajo-dijo finalmente.

-Qué decías de que no piense cosas raras?-tuvo que reír-En dónde narices has estado todos éstos días?-no me miraba-Philip-nada-Philip que me mires!-dije alzando la voz consiguiendo por fin su atención.

-Buscando a tus padres-vale... sin duda aquello no me lo esperaba.

-Cómo?-mi cara debía de ser todo un poema.

-Hace un mes contraté a un detective y hace dos semanas fue que tuvo resultados.

-Has encontrado a mis padres?-se puso en pie y fue hacia su mochila para luego sacar de ella un gran sobre amarillo. Se acercó nuevamente y me lo entregó. Solo cuando hice por coger el sobre, vi que estaba temblando.
Del sobre saqué varios documentos y un paquete plástico con lo que parecían fotos en su interior. Miré a Philip sin saber muy bien como reaccionar o el qué decir. Que él estuviera cabreado por algo, no era buena señal.

A lo mejor simplemente es que no eran buenas personas...-pensé-Al fin y al cabo me dieron en adopción.

-Hay cartas de tus padres-alterné la vista entre todos los documentos sueltos sobre la cama y Philip, con una mezcla de ilusión y miedo.

-Por qué estás tan serio y enfadado?-negó con la cabeza.

-Primero quiero que lo veas todo-lo miré con preocupación, primero mirándolo a él, luego a los papeles y a las fotos y luego volviéndolo a mirar a él.

-Si me veían como un monstruo no lo quiero saber-me eché a llorar de repente y de forma tonta.

-Nena por Dios, cómo se te ocurre? No te hubiese dicho nada de tus padres en ese caso... Míralo todo tranquila-me tranquilizó tomando mi rostro entre sus manos-Vale?-me besó de forma tierna-Te amo-nos quedamos abrazados durante un largo rato, luego Philip se fue a hacer el desayuno, dejándome allí sola... junto a mi pasado.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora