II

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Los distintos pasillos tenían una tenue iluminación y las paredes reflejaban la luz azulada y el ligero movimiemto del agua de la piscina.

-Es más bonito de lo que uno se espera-dijo Philip mirando a nuestro alrededor.

Uno de los pocos trabajadores que rondaban por allí, vestidos también completamente de blanco y dorado, se acercó a nosotros.

-Buenas noches caballero. Señorita-al dirigirse a mí, lo hizo con galantería.

El chico no era nada feo, pero no era de los que llamaban la atención, por lo menos no la mía. Sus cabellos parecían ser castaños pero hubiese jurado que más bien tenían un tono cobrizo y sus ojos eran de un marrón pardo. Era algo mas bajo que yo

-Bienvenidos a "Le Mont Blanc".

-¿Cómo sabes que no estábamos ya hospedados?-dije mirando y recontando por encima el número de clientes que estaban por allí, deduciendo simplemente, que eran demasiadas caras para recordar y sobre todo demasiados pensamientos, iba siendo hora de desconectar un rato.

-Me quedaría con la cara de la señorita Megana Perseo-Philip y yo nos miramos extrañados.

-Nos conocemos?-sonrió ante mi pregunta.

-Tus fotos decoraban mi estudio-aquellas "fotos", no aclararon mi duda.

-Cómo que tu estudio?-preguntó Philip, puede que más extrañado que yo, si cabía.

-Soy fotógrafo aficionado y gracias a que mi hermana también es modelo, te conocí. Imposible no fijarme más tarde en los anuncios de la calle.

-Oh-dije casi con alivio. Haber bloqueado la telepatía justo en aquella ocasión, me había hecho pensar precipitadamente que estaba frente a un loco.

-Tranquila no me gusta acosar a bellas damiselas.

-Chico inteligente-dijo Philip provocando mi risa

-Tranquilo. Te quitaría a tu chica si mi hermana ya no os hubiese intentado separar y descubierto que molestarse siquiera es inútil.

-Nuevamente chico listo-el ambiente cambió tanto que no me gustó. Ambos tenían expresión neutra pero en sus miradas se leía el desafío.

-Cuál es tu nombre?-pregunté rápidamente. El chico tardó en mirarme.

-Joseph-se presentó sonriendo casi de forma inesperada mientras me tendía la mano-Realmente eres más hermosa en persona que en fotos-dijo para luego mirar de soslayo a Philip quien sonrió casi con chulería. Aquello había parecido por su parte, algo así como una advertencia.

-Y de qué conoce tu hermana a Megan?-la voz de Philip no era la de siempre.

-Mm... Bueno, eso... Mi hermana es Lisa. La pesada de Lisa-mi cara fue primero de sorpresa. Luego no pude evitar reír-Qué te hace gracia?

-Te parecerá poco que precisamente su hermano sea algo así como mi fan-sonrió nuevamente.

-Cómo está?-preguntó Philip. Mi risa se detuvo al recordar que ellos dos no se llevaban especialmente mal, sobre todo al recordar los intentos por parte de la otra, de quitármelo.

-Espero que en un psiquiátrico-dije alejándome de los dos aunque sin saber dónde ir.

-Nena-me llamó Philip. Me di la vuelta pudiendo ver su gesto de diversión-Ahora no voy a poder preguntar por alguien?-se burló.

-No-bromeé clavándome en el sitio con los brazos en jarra. Se acercó riendo hasta quedar a mi altura y rodear mi cintura con sus brazos.

-Celosilla-se burlaba acercando poco a poco su rostro al mío.

-No estoy celosa-dije mientras lo empujaba con las manos para que me soltara, pero no hacía más que aumentar su diversión y sus ganas por conseguir un beso.

-Bueno, cuando queráis os guío hasta vuestra habitación-dijo el chico llegando a nuestro lado.

-Quita-empujé a Philip consiguiendo apartarlo, provocando la risa del hermano de Lisa-Por cierto, cómo te llamabas?-le pregunté a este último.

-Joseph.

-No ibas a llevarnos a nuestra habitación?-dijo Philip mirándonos con seriedad. Le saqué la lengua provocando que sus comisuras se fruncieran levemente intentando y consiguiendo esconder su sonrisa.

-Claro. Señorita?-puso uno de sus brazos en jarra indicándome que me enganchara a él y así lo hice. Oí como Philip resoplaba antes de comenzar a andar delante nuestra.

-Miedo de que te la quite?-se burló Joseph.

-Tú solo intenta-murmuró Philip desafiante sin mirarnos. Creí que Joseph no lo había escuchado, pero no había sido así.

-No me hace falta pensármelo mucho, así que cuidado-dijo el chico subiendo el tono de voz. Philip, quien lo había escuchado perfectamente, se detuvo y se dio la vuelta. Ambos se quedaron mirándose con seriedad.

-Bueno... Dónde quedaba esa habitación?-dije soltando el brazo de Joseph para adelantar dos pasos y situarme entre los dos. Me sentía ridícula entre aquellos dos... Bueno, entre mi renacuajo, que resultaba un guapísimo gigante en comparación con el otro gremlin que a lo tonto terminaría metiéndome en problemas con Philip. En definitiva.... Me sentía violenta-Joseph-dije intentando llamar su atención ya que se había quedado manteniéndole la mirada a Philip, quien no hacía menos.

-Perdón preciosa-dijo de repente sonriendo de modo casi inesperado mientras me miraba. Me tendió la mano, supuse que con intención de que se la tomara, sin embargo opté por fruncir el ceño y darle la espalda viendo así la seriedad con la que me miraba mi chico.

-Nos vamos cuando queráis-dije dirigiéndome a ambos. Nos reunimos en el mismo lugar los tres, que tras aquel último stop habíamos quedado escalonados a distintas distancias los unos de los otros. Philip y Joseph no pudieron evitar dedicarse otra tensa mirada.

-Por aquí, por favor-dijo el chico comenzando a andar delante nuestra. Miré a Philip, que al ver que lo observaba suavizó su expresión.

-Vamos?-le pregunté tendiéndole mi mano. Pareció analizarla antes de cogerla-Estás bien?-pregunté mientras comenzábamos a caminar ya agarrados de la mano.

-Mmjum...-dijo en un sonido gutural asintiendo con un único movimiento de cabeza.

-Fíjate y mi madre es virgen-susurré con sarcasmo provocando su risa suave.

Tras decirle en qué habitación nos hospedábamos, subimos en el ascensor a la primera planta, cosa que vi absurdo. Subimos y caminamos todo el tiempo en completo silencio hasta llegar a la puerta, también de un marrón canela, de la habitación número ciento dieciséis.

Joseph dejó que Philip abriera la puerta. Esperó a que entrara y yo me dispusiera a entrar para tomarme de la muñeca deteniendo mi avance y girándome hacia él.

-Esta noche podría invitarte a cenar o a pasear por aquí para que conozcas las instalaciones?

-Lo cierto es que no tengo planes, pero sea lo que sea que termine haciendo, incluirá a mi prometido-el joven abrió los ojos con asombro.

-Bueno... No quiero entretener pues... al futuro... matrimonio-se despidió entre pausas y con seriedad, dejándonos en la puerta de la habitación. Por una vez había parecido hablar con seriedad y respeto.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora