VI

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Aquella noche llovió con fuerza. Mi padre, otro desconectado del móvil, me llamó nervioso, preguntándome por lo que había pasado, pero logré tranquilizarlo tras decirle que todo iba bien.

Allí estábamos los cuatro, Lupe, Draco, Carlos y yo, comiendo palomitas y viendo películas entre mantas.
Yo sinceramente, lo último que hacía era ver la tele.

Llamaron al fijo, pero prácticamente ni me inmuté.

-Sí?

-...

-Eres tú el que está llamando.

-...

-Philip?

-Philip?-pregunté yo al escuchar a Carlos, poniéndome en pie.

-...

-Ya se pone-Carlos me pasó el teléfono. Me fui a la cocina.

-Sí?-dije con voz neutra.

-Meg, cómo estás? Perdona que no haya podido llamar antes, he visto los mensajes de Lupe y...

-Llevo sin saber de ti tres días Philip-dije de forma cortante, impidiendo que siguiera hablando.

-Meg, he estado muy ocupado, perdí el cargador y no he tenido tiempo de llegarme a comprar otro, ni de coger el teléfono siquiera-se justificó.

-Genial, me alegra saber que estabas muy ocupado para tu mujer enferma y embarazada.

-Meg... no es justo.

-Sabes lo que no es justo? Esto... Que mi marido no esté cuando lo necesite porque se pase más tiempo de fiesta con sus compañeritas... Porque...-suspiré de forma profunda-No puedo con esto Philip... No sabes... Ni te imaginas lo mal que lo estoy pasando... No sop...- me eché a llorar.

-Meg-se le quebró la voz-Philip, te esperamos en la habitación-corearon dos chicas. Me pareció escuchar cómo se me quebraba el corazón-Callaos-les dijo entre dientes.

-Adiós Philip.

-No, no, no, Meg. Espera.

-Creo que está claro que esto ha llegado a su final-no podía contener el llanto.

-No nena... Meg joder... De que hablas?-le temblaba la voz-Vale, he sido un imbécil por no ir a una cabina o lo que hiciera falta para dar señales de vida... Pero no... Para de llorar, por favor pequeña... En cuatro días estaré allí y...-colgué.

Llamó al segundo siguiente, pero no sonó más que lo que le dio tiempo antes de que el teléfono impactara contra la pared.
Carlos apareció segundos después.

-Meg-yo miraba el teléfono destrozado en el suelo, allí de pie, hiperventilando.
El teléfono de la cocina comenzó a sonar.

-No!-me detuvo al verme las intenciones-Con una baja telefónica hemos tenido bastante por hoy.

Lupe preparó chocolate caliente para los tres.

-Meg-me había quedado pensativa, mirando hacia el ventanal-Cómo estás?-me preguntó Carlos cuando lo miré. Asentí con la cabeza antes de darle un sorbo al chocolate.

-Mi niña, mañana todo lo verás de manera diferente y verás como todo se arregla-intentó consolarme Lupe.

-Chicos perdonadme, pero necesito dormir-me despedí sin más antes de marcharme escaleras arriba.

Qué haría ahora? Estaba embarazada, casada... Todo no eran más que problemas...

-Estoy embarazada de él-susurré antes de arrancar en llanto.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora