Unidos

Capítulo 15

Narra Junta:

Arrastré a Takato san a un bello patio y allí le mostré la decoración.

-Que dices? - le pregunté.

-Es hermoso - pude ver que tenía un brillo en sus ojitos - Tú solo hiciste esto?

-No, con un poco de ayuda - señalé el lugar donde mi abuelita y mi madre realizaban las últimas decoraciones Takato se mostraba sorprendido de que incluso Antonio ayudara.

-Vaya - dijo mi tesoro - Incluso el toro salvaje se esmeró.

-Por su puesto - apareció Antonio - Tengo preparado el altar para robarte a mi ángel en medio de la ceremonia - continuó Antonio.

-Ni se te ocurra toro salvaje.

Y allí empezó la pelea entre mi amigo y mi tesoro es muy gracioso.

-Bueno esta noche será la despedida de solteros - dijo mi abuelito.

 -Despedida ... de ... solteros? - dijimos Takato san y yo al unísono

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Narra Takato :

Qué?

Está bien la boda sería pronto pero no era necesario una despedida, no lo entendía bien así que de todas maneras me mandaron a esa despedida.

La casa era grande y la habitación en la que estaría con algunas mujeres; cómoda, si lamentablemente para Junta sería despedida de solteros y para mí de solteras estaba enfadado por eso pero Junta y los demás dijeron que sería para conocer más a las mujeres de la familia.

Bueno para eso no podía negarme. 

La habitación era en la que nos hospedamos pero estaba en el primer piso, Junta estaba al costado por lo que lo único que nos separaba era una pared, él dijo que por si acaso surgía una emergencia lo mejor era estar allí pero a mi me resultó algo posesivo.

Estaba en la habitación viendo la tele hasta que sonó el timbre.

La madre de Junta Celia san, la esposa de Sasaki Rina, mi madre, la abuelita de Junta junto a otras mujeres como la que me dijo perra o sea Maria san e incluso Yurie estaban allí.

Entraron en la casa como una estampida y casi me caigo.

-Diablos estoy tan emocionada que mi hijo se case mañana! - gritó emocionada mi madre.

-Cálmate madre! - le respondí.

-Saquen el vino esto es para celebrar! - gritó la madre de Junta apoyando a la mía.

-Yo estoy bien aquí - dijo Yachio san con una tasita de té en la mano.

-Dios mío lo lamento - dijo la anciana en silla de ruedas que me había llamado perra la antigua vez que vine a España - Ya no podrás ser tan zorra.

-Ah si gracias por su felicitación - dije llevando su silla de ruedas.

Después de dejarla fui corriendo hacia donde estaba Rina.

-Y Nana chan? - le pregunté.

-Ella está descansando tranquilo - me dijo abriendo una botella.

-Ah bueno - le respondí.

Las otras mujeres que según escuché eran primas y familiares lejanas de Junta, ellas hablaban animadamente con Yurie que también había venido eso me pareció extraño.