Capítulo 19

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Narra la narradora:

Ambos se levantaron de la cama.

Junta estaba algo cansado pero no lo suficiente para seguir con la pequeña sorpresa que le había preparado a su Takato.

-Takato san no me gusta despertarte tan temprano pero hoy tienes cita con el doctor.

-Que se vaya al diablo - y el pelinegro se acurrucó más en las sábanas.

-Takato san! - se quejó Junta con un puchero - No debes decir ese lenguaje nuestro pequeño tesoro podría escucharlo además hoy es la ecografía.

Más rápido que un rayo Takato se paró de la cama y fue al baño, Junta al ver esa reacción también lo acompañó.

Había pasado mucho tiempo.

Takato tenía muchos mareos y con las justas podía salir a la calle se la pasaba en el apartamento, solo podía comer algunas comidas especiales y que no eran algo pesadas.

Por otro lado los amigos cercanos comenzaron a enterarse del embarazo.

-Ah! Muchas felicidades Takato kun - gritó alegre Sasaki san - Más vale que yo sea el padrino.

-Si lo serás Sasaki san - decía Junta - Eso ya está asegurado.

Takato asintió.

Luego cuando se enteraron sus padres fue una tremenda sorpresa.

-Takato tú estás .... - su padre se apoyó en la mesa - Estás embarazado!? 

-Sorpresa - dijo Takato nervioso.

La madre fue corriendo a abrazar a su hijo.

-Ya soy abuela! - se notaba mucho su alegría - Oíste cariño seremos abuelos.

El padre seguía apoyado en la mesa.

-Cariño?

-Azumaya kun - se acercó amenazante a Junta - Ven aquí tranquilo no te haré nada.

El castaño se alejó cuidadosamente pero luego empezó lo peor.

-Maldito mocoso ven aquí te voy a castrar! - gritó y persiguió a Junta.

Todo eso fue gritos y risas.

Ambos en el auto estaban yendo al hospital, Takato miraba la ventana pensando en su bebé, sonrió al ver su vientre.

Junta se dio cuenta de ello y cuando el semáforo se puso en rojo fue y dejó un casto beso en los labios del azabache, luego tocó su vientre.

-Ah~ ya se nota mucho más este pequeñín va a crecer fuerte y sano - dijo y volvió al volante.

Takato se sonrojo y se ocultó en su abrigo.

''Maldito ángel''

Ya habían llegado al lugar y allí esperaron un poco de tiempo hasta que una enfermera los llamó diciendo que pasaran.

-Buenos días soy su doctor mi nombre es Hiroshi - dijo el hombre.

-Muy buenas tardes doctor - dijeron ambos - Venimos por la ecografía.

-Bien bien comencemos.

Empezó su procedimiento primero poniendo un gel sobre su piel, después apareció una imagen en el computador.

-Allí está su bebé.

Ambos se quedaron callados al ver la imagen de una pequeña bolita, era un evento tan mágico.

-Chunta míralo es tan pequeño - Takato comenzó a sollozar - Nuestro bebé es tan pequeño.

-Si Takato san es tan pequeño - Junta agarró la mano de su tesoro con fuerza.

-Ah ya me había olvidado porque había elegido este trabajo - suspiró el doctor - Quiere una foto de su bebé?

-Si! - dijeron ambos.

El doctor les entregó una foto y mientras Takato se secaba las lágrimas de emoción, Junta observó y acarició las foto con dulzura.

Luego se fueron del lugar después de escuchar las recomendaciones del doctor.

Mientras que volvían a casa el azabache miró ilusionado una tienda de ropa de bebé.

-Takato san que pasa? - dijo Junta observando a su azabache.

-Nada solo ... olvídalo - ignoró la mirada de Junta.

-Mmmm ¿Quieres ir allá? 

-No! s-solo...

-Venga vamos.

Ambos fueron a la tiendita que era muy tierna tenía un montón de estantes con ropita muy pequeña, también peluches muy adorables, maniquís en miniatura etcétera.

-Bienvenidos ¿Qué están buscando? - preguntó la empleada.

-Ah pijamas y mantas - respondió inmediatamente Takato.

-Bien síganme.

Caminaron durante un buen rato viendo un montón de ropita.

-Mira Takato san! - gritó emocionado Junta - Este tiene un dibujo de un osito.

-Ya cálmate Chunta - respondió.

-Y este es un vestido muy tierno.

-Aún no sabemos si es niño o niña! 

-Oh ... entonces podemos tener dos?

-Cálmate ángel procreador.

Luego de mucho tiempo por fin terminaron esas compras.

-Mmmm compramos muy poco - dijo apenado Junta - Si fuera por mi me hubiera llevado toda la tienda.

-Ay que desesperado - suspiró el pelinegro.

-No puedo evitarlo es por nuestro bebé.

Caminaron de la mano como una bella pareja por el parque, era de tarde por lo que el cielo se veía muy hermoso.

-El cielo sigue siendo tan hermoso a tu lado Takato san.




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