Parte sin título 6

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Los días pasaban y cada vez que terminaban las clases y mientras caminaba hacia la oficina de la directora mi corazón se aceleraba y me daban pequeños piquetes en el estómago que me hacían sentirme extraña, no enferma ni nada de eso solo algo diferente. Lucia y yo hablábamos con un poco más de confianza me había contado algunas cosas de ella y también tocábamos temas de conversación muy interesantes, los cuales me hacían darme cuenta que aparte de ser una mujer muy bonita también era muy inteligente.

Una tarde que estaba en casa aburrida se me ocurrió la idea de preparar lasaña, la verdad es que se me había ocurrido la idea porque estaba pensando en lucia, en el primer día que estuve de castigo en su oficina y que me había dicho que su comida favorita era la lasaña, así que saque el chef que llevaba dentó y me puse a cocinar, después de un rato cocinando mi había terminado mi obra culinaria, la probé y sabia delicioso, tenía la esperanza de que a lucia le gustara; a la mañana siguiente desperté antes para que me diera tiempo de preparar el tuper en el que iba a llevar la lasaña, lo puse en una bolsa y lo eche a mi mochila, no quería que nadie se diera cuenta de lo que había hecho, al terminar las clases me fu casi corriendo hasta la oficina de lucia, salude a Aby quien ya estaba recogiendo sus cosas para irse y entre a la oficina, y ahí estaba ella, sentada en su escritorio frente a su computadora, levanto la vista y me sonrió,

Lucia: hoy a llegado más temprano señorita

Olivia: ¿en verdad? No me di cuenta, es que el profesor nos dejó salir un poco antes.

Lucia: sabe algo, me alegro demasiado que ya este entrando a todas sus clases.

Olivia: lo hago por usted

¿Que? ¿Qué había dicho? Hay no lo puedo creer

Olivia: quiero decir lo hago porque si no usted me volverá a suspender, y lo que menos quiero es volver a reprobar.

Lucia: jajaj bueno por lo menos me da gusto que haya aprendido la lección. Ya voy a ordenar de comer, ¿usted quiere algo?

Olivia: amm no, no, bueno es que ammm yo, amm yo le he traído algo

Lucia: algo de qué.

Olivia: para comer, es que ayer mi madre y yo preparamos lasaña así que recordé que a usted le gusta y bueno decidí guardar un poco para traerle y que la probara, solo que está un poco fría, así que si usted quiere puedo ir a calentarla a algún horno de la cafetería

Lucia: muchísimas gracias señorita, en verdad aprecio mucho que haya pensado en mí, si vaya mientras yo recojo un poco aquí

Calenté la lasaña en el horno y ya iba de regreso a la oficina, en el camino me encontré a algunos profesores que también ya iban de salida, pero no quise saludarlos, solo seguí caminando hasta llegar a la oficina, entre y lo primero que vi fue al profesor Roberto tomándole la mano a lucia, el maestro se dio cuenta, pero no le importo, solo se despidió de la maestra acercándose para darle un beso en la mejilla y después uno en su mano. No entiendo por qué, pero en ese momento comencé a sentir mucho coraje, quería quítaselo de encima y decirle que no la tocara, pero solo lo salude y entre a la oficina, deje el tuper en el escritora en el que yo estaba trabajando y me puse a revisar unos expedientes, no voy a negar que me encontraba muy enojada, así que cuando el maestro se fue y lucia se acercó a mí para decirme que me acercara a comer con ella yo no le hice caso, pero después me di cuenta que no tenía por qué ponerme así, que no tenía ninguna razón para enojarme, así que le dije que yo no tenía habré que ya había comido antes.

Lucia destapo el tuper y olio la lasaña

Lucia: esto huele delicioso

Tomo el tenedor que había traído para ella y se llevó un bocado a la boca, fue entonces que sonrió y me dijo que estaba súper delicioso que le había encantado, justo cuando sonrió todo mi enojo había desaparecido y yo también estaba sonriendo, le dije que me alegraba que le gustara, lucia siguió comiendo, pero sin dejar de trabajar en la computadora.

Lucia: estuvo delicioso, es la mejor lasaña que he probado, de verdad que muchas gracias por haberme traído.

Olivia: no es nada

Lucia: ya es tarde, ya debería irse a su cas

Olivia: puedo esperar a que usted se vaya, es que ya casi termino con esto y no me gustaría dejarlo así.

Lucia: ¿está segura?

Olivia: si

Después de una hora lucia dijo que ya deberíamos irnos, yo ya había terminado con los expedientes ya hace un buen rato, pero quería seguir ahí con ella, observándola y hablando más, yo le dije que sí, lucia estaba poniendo en el escritorio varios documentos que dijo que se llevaría a casa para terminar de revisar, así que le dije que yo le ayudaría a llevarlos a su auto, así que tome los papeles y caminamos hasta el estacionamiento, ella abro la puerta trasera del auto y me dijo que los pusiera dentro.

Lucia: gracias por la ayuda

Olivia: por nada

Lucia: ya es un poco tarde, ¿quiere que la acerque a algún lado?

Olivia: oh no, no gracias, yo pediré un taxi no se preocupe, gracia.

Lucia: bueno entonces esperare a que llegue por usted.

Olivia: no tiene por qué hacer eso, de verdad. Hasta mañana, descanse.

Lucia: está bien, pero me avisa cuando llegue a su casa, ¿de acuerdo?

Olivia: si si, claro yo le avisare

Lucia: bien, nos vemos mañana entonces

Camine hasta la plaza donde estacionaba mi auto, y en ese momento caí en cuenta de que no tenía forma de avisarle a lucia cuando llegara a casa, no tenía ni su número ni ningún medio por el que nos pudiéramos comunicar.

Llegue a casa, cene con mi madre y mi hermana, tome una ducha caliente y me quede profundamente dormida. 

Los ojos de LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora