Parte sin título 33

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Al despertar Lucia ya no estaba a mi lado, pero un delicioso olor a café me hizo saber en dónde se encontraba, bajé a la cocina y Lucia preparaba el desayuno mientras se movía ligeramente al ritmo de la música (cold cold man), Sonreí al instante.

Olivia: buen día.


Lucía: oh dios, me asustaste. -dijo dando un pequeño salto.


Olivia: lo lamento. -Sonreí.


Sabes, cuando me levanté y no te Vi creí que habías huido.


Lucía: lo intenté, pero no encontré las llaves del auto.


Olivia: que suerte. -dije acercándome a darle un beso en la punta de la nariz.


Lucía: siéntate, te serviré el desayuno.


Olivia: vale. El día está soleado, quizás podamos nadar en el lago.


Lucía: mmm! Quizás.


Olivia: anda Lucia por favor.


Lucía: bueno bueno, está bien, termina de desayunar iremos.


Olivia: perfecto. -sonríe triunfante.


Cómo Lucia había dicho, después del desayuno fuimos al lago en el cuál nadamos por un largo rato hasta que comenzamos a tener hambre y tuvimos que salir para comer algo, después de la comida nos duchamos, primero ella y al final yo, estábamos en la habitación, ella estaba recostada en la cama y yo me acosté en el sofá.


Olivia: ¿Lucia?


Lucía: ¿sí?


Olivia: me gustaría hablar contigo.


Lucía: ya estamos hablando Olivia.


Olivia: si, lo sé, pero quisie...


Lucía: de que quieres hablar.


Olivia: primero quiero que sepas que me encanta estar contigo, cada minuto, cada segundo es especial cuando tú estás a mi lado. Lucia hay muchas cosas que pienso a cada minuto que estoy contigo y me es imposible decírtelas o a veces simplemente me las guardo para mí y quisiera explicarte lo que me sucede cuando estoy contigo pero no sé cómo hacerlo, no lo sé... es solo que siento que es como si existiera una luz dentro de mí pero, una luz tenue casi apagada y que cuando te veo tú eres esa chispa que la enciende, tú eres la única que tiene ese poder sabes, y cuando hablas, cuando te mueves ,cuando haces alguno de tus gestos, cuando sonríes, dios, cuando sonríes tú me haces sentirme viva, de verdad, cuando eso pasa es inevitable no sentirse feliz es como si todo absolutamente todo lo que hay de malo a mi alrededor desapareciera por el simple hecho de que tú estás presente.

Y a pesar de los años ese sentimiento sigue intacto, a pesar de que no te vi durante todo este tiempo y que en verdad me esforzaba por no pensar en ti, Lucia cuando te volví a ver supe que yo no podría estar ya con alguien más, o quizás si podría, pero jamás lograría provocar lo que tú provocas en mí. Pero a pesar de todo eso en estos últimos días he logrado entender y comprobar que el hecho de que yo sienta todo eso no significa que tú también lo vas a sentir, tú no estás obligada a eso y ya lo entendí y aunque me cueste aceptarlo sé que es así, sé que el sentimiento no es mutuo porque en este tiempo tu encontraste a alguien, a alguien que te hizo sentir lo que tú me haces sentir a mí, quiero que sepas que te amo y que si tu felicidad está con alguien más está bien porque de eso se trata el amor para mí, de poder verte feliz aunque yo no forme parte de esa felicidad, y es por eso que te traje aquí, porque quería despedirme de ti no sin antes decirte que te amo y que por eso me alejaré, me iré de tu vida y te juro que no volverás a saber de mí, no tendrás que preocuparte más por eso aunque, creo que a final de cuentas también lo hago por mí.

Pero antes de irme quiero que también sepas que a pesar de la distancia que habrá entre nosotras tu jamás tendrás que competir con nadie, jamás tendrás que estar celosa de nadie incluso si tú no estás a mi lado.

Al regresar te prometo que me iré, hablaré con mi madre y en mi lugar habrá otra persona que se encargará de todo, yo hablare con ella y le dejaré todo lo que ya hemos avanzado para que no tengas ningún problema ni retroceso.



Hubo un silencio sepulcral que me hizo sentir dolor en el pecho.
Varios minutos pasaron y Lucia seguía sin emitir una sola palabra mientras que yo me estaba quebrando por dentro porque todo lo que le había dicho era cierto, en cuanto volviéramos yo me iría del país, aún no sabía exactamente pero eso haría, la idea era irme y aprovechar para expandir el negocio, trabajar en otro país con el nombre de la empresa que teníamos aquí y así seguir creciendo, era algo de lo que mi madre y yo ya habíamos hablado pero que no habíamos tomado muy enserio, pero el momento había llegado.

Lucía: no me dejes Olivia.
¿Tú crees que si no sintiera algo por ti estaría aquí?

Pasaron un par de minutos par que yo pudiera responderle.

Olivia: no lo sé Lucia, no lo sé.
Años atrás pensaba que sentías algo por mí, estaba segura de eso y sin embargo me dejaste, sé que quizás la culpa fue mía, pero yo quería arreglar las cosas, quería seguir contigo, quería estar a tu lado porque desde el principio te amé y lo seguiré haciendo hasta el día de mi muerte, aunque no podría asegurar nada porque mi amor es tan profundo que te amare más allá del fin del mundo.

Lucía: lo lamento, lamento haberte dejado, todos los días me arrepiento de eso pero yo tenía miedo me moría de miedo Olivia, miedo de que en cualquier momento me dejaras porque eres muchísimo más joven que yo, eres guapa, inteligente, divertida y cientos de cosas más, además de que yo no podía darte una relación como tú querías, no podía Olivia y no quería condenarte a eso que teníamos, no podía hacerte eso y... Y cuando te vi besándote con esa chica ese miedo me inundó por completo y no supe que hacer, yo solo quería que tú vivieras tu vida tu juventud y no que te atrás a mí. Y no tienes idea de lo mucho que me dolió esa decisión, llore por semanas e incluso meses, porque todos los días te extrañaba cada vez más, pero en ese momento pensé que era lo mejor para ti, que, aunque yo estuviera destrozada tu ibas a encontrar a alguien más, a alguien que te diera todo lo que tú mereces.

Olivia: ¿pero termino siendo lo contrario no? Al final del día tú fuiste la que encontró a alguien más, y está bien, está bien Lucia. Me alegra saber que por lo menos tu si volviste a encontrar el amor y que ahora seas feliz con tu esposo y quizás hijos no lo sé, pero ...

Lucia: no Olivia, no tengo hijos y tampoco estoy casada

Olivia: ¿qué dices?

Lucía: aún no estoy casada.

Se que es un capítulo corto, pero espero que lo disfruten. 

Los ojos de LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora