Camila estaba fuera de sí. No pudo concentrarse por el resto de la tarde, la ganó la urgente necesidad de regresar a casa y contarle todo a su amiga Alisa.
―Por favor, cálmate, Cam —la amiga apenas cruzó el umbral y dejó apurada sus pertenencias a un lado para sentarse con la desmemoriada en el sofá.
―Sabes lo que significa, ¿verdad?
―Sí, tienes un hombre tu vida, de acuerdo, pero son recuerdos, no sabemos la línea de tiempo, puede ser algo muy viejo.
―No lo sentí así.
―Hay que resolverlo pronto, Cam. Enviemos mensajes privados en tus redes sociales, vamos, vamos —la tiraba suavemente de la mano hacia la mesita con el computador.
―Mañana hablaré con la abogada Chloe, ¿recuerdas que te hablé de ella?
―Sí, sí... —y ya se ponía en marcha en el buscador de internet.
―Espero me pueda ayudar. También iré al hospital.
―Ay, amiga, ¿te imaginas que realmente estés comprometida con alguien?
―Sería un desastre, Alisa.
―¿Cómo te sentiste exactamente al recordar todo eso?
―Fue muy intenso. Hay una cierta magia, una sensación cuando uno está con un hombre, cuando te sonríe, cuando te dice que te ama, y lo sentí muy íntimo conmigo. Pero no sé, Alisa, no sé lo que siento, estoy confundida...
―Suena muy hermoso.
―Lo fue...
―Quiero apoyarte, pero también pienso en Stephan, Cam.
―Me siento terrible —se tapó el rostro con las manos.
―Tranquila. Veamos —buscó la sección de mensajes—, esto escribiré —y leyó mientras tipeaba: «Hola, estoy con Camila, probablemente la están buscando, ella está bien, nos conocimos en el hospital Saint Peter. Le envié una solicitud para acceder a sus amigos y seguidores, pero en vista de no obtener respuesta hago el intento a través de este mensaje. Si usted es un familiar o amigo con acceso a sus perfiles de redes sociales, escríbame por favor, o llámeme al siguiente número...»
―De verdad espero que alguien cercano tenga acceso a mi celular o redes sociales y no un ladrón.
―Estaremos alerta, no te preocupes.
―Esto es una locura. Gracias por ayudarme, Alisa.
―Encontraremos la verdad, tranquila. Por ahora intenta relajarte un poco. Iré a tomar un baño y comeremos algo.
―Sí, está bien...
Pero seguía fuera de órbita, la ahogaba la sensación de fallarle a dos hombres al mismo tiempo, sin necesariamente haberlo hecho a propósito o estar consciente de ello.
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Ya no quiero rosas
ChickLit⭐️Ganadora Premio Watty 2021⭐️ChickLit ¿Puede caber en la imaginación despertar un día en un hospital sola y sin recuerdos? No había forma de regresar a casa, llamar a un familiar si es que lo tuviera, o algún amigo. Desamparada, pero con un poco de...