Capitulo 17

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Ariel Byrne

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Ariel Byrne

En el momento en que llamaron a Nicole para decirle que su hijo estaba en comisaría, supe de inmediato que estábamos jodidos.

Estaba jodido él, por descerebrado.

Estaba jodida yo, porque ahora tenía un nuevo cargo de consciencia en lo que concierne a él.

Estaba jodido mi padre, porque seguramente le fue muy mal.

Insistí en acompañarla y cuando llegó Pauline a casa ella también pidió acompañarnos. La mortificación en el rostro de su madre era notoria y me sentí tan culpable que no fui capaz de pronunciar ni una sola palabra en el trayecto al lugar donde trabajaba la mía.

¿Quién habrá llamado a la policía? ¿Los vecinos? ¿Los mismos que nunca me han ayudado a mí?

La comisaría del pueblo era muy pequeña, en realidad todos los departamentos se encajonaban en un solo piso. La recepción, una sala de espera simple, el cuarto de interrogatorios, una oficina apartada y las celdas, que sólo eran dos y Timothee yacía en una, recostado despreocupadamente en una banca de madera mugrienta con el brazo cubriéndole los ojos y por la manera constante y pausada de su pecho al respirar, supuse que el muy cínico estaba tomando una siesta. No tenía ni un solo rasguño.

Yo estoy aquí, casi muriéndome y el príncipe francés está en su quinto sueño.

Lejos de lo que había visto nunca, Nicole estaba hecha una furia, entró con la elegancia que la caracteriza y se aproximó hasta la recepción con sus tacones color rosa resonando en toda la sala.

-¿Por qué lo tienen ahí? Sáquenlo inmediatamente, mi hijo no es ningún criminal. -Alegó de inmediato.

-Por poco es uno. -Murmuró mi madre detrás del escritorio, que se levantó de su silla y se percató de mi presencia. -¿Qué haces aquí, cielo? Deberías estar en el hospital, yo no...

-Cállese, que por culpa del hombre que está en el hospital, ella tiene la cara así. -La cortó Nicole y yo no pude hacer más que removerme incómoda, volteando la vista a cualquier parte que no fuesen los ojos de mi madre. El resto de policías en la sala comenzaron a murmurar, viéndome a mi, viendo a mamá y la pobre no supo ni dónde meterse. -En todo caso, el que debería estar en la celda es él y no mi hijo.

-Señora Chalamet, lo quiera ver o no, su hijo incumplió una ley y por ello, está aquí. -Intervino otro hombre con el mismo uniforme. -Violentó de forma consciente a una persona con un trastorno, alguien incapaz de defenderse.

Claro, mi madre sacó el boleto del trastorno para que su esposo saliera ileso. No sé porqué llegué aquí con la esperanza de que finalmente se comportara como una madre racional.

-Darla. -Nicole llamó a mi madre por su nombre, ignorando completamente al otro policía. -Por el bien de tu familia, y con familia me refiero únicamente a Frederik porque al parecer es el único que te importa, saca a mi hijo inmediatamente de esa celda.

Cicatrices |Timothée Chalamet|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora