Capitulo 7

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Ariel Byrne

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Ariel Byrne

Sería más sencillo decir que después del sexo la situación se volvió incomoda entre ambos y me regresé sola a casa. Pero no son las cosas sencillas las que hacen que valoremos las oportunidades que tenemos, o las que nosotros mismos nos negamos a tener.

Entramos a uno de los cuartos de la casa y prendió la luz,; allí estaba una cama junto con dos burós a cada lado, una ventana y nada más, no había adornos de ningún tipo.

-Aquí es donde duermo cuando no voy a casa. -Respondió mi duda sin que yo se lo preguntara. Una duda que había tenido desde hace mucho tiempo. Me empujó suavemente por la espalda baja para que entrara por completo a la habitación.

Me senté en la orilla de la cama, no muy segura de que más hacer allí dentro, con él, con esta situación a la que yo solita, por voluntad propia me había metido.

-¿Quieres bañarte tu primero o lo hago yo? -Preguntó aún parado frente a mi. -Digo, te pediría que te bañaras conmigo pero, el jodido baño de Ben es de cuarenta centímetros. -Bufó y rodó los ojos.

No pude evitar morderme los labios para frenar mi sonrisa; bañarnos juntos sería algo muy íntimo, de alguna forma agradezco que el baño sea pequeño.

No estoy en absoluto ilusionada con verlo y verme teniendo una conversación decente por primera vez en años. Es solo cuestión de tiempo, me repetía a mí misma esperando la bomba de problemas y discusiones que vienen de por medio cuando se trata de él.

-Tu primero. -Le dije y el asintió mientras tomaba unos boxers de uno de los cajones del buró de la izquierda. Antes de salir por la puerta me lanzó la camiseta que llevaba en la mano.

-Por sí vienen los demás. -Hizo una pausa. -No salgas así. -Me advirtió señalándome con un dedo y yo rodé los ojos sin que pudiera verme; después de eso desapareció.

Dicho y hecho, a los pocos minutos, luego de escuchar la regadera sonar, también la puerta principal de la casa hizo ruido, avisándome que los chicos habían entrado. Me puse la camiseta de Timotheé, aunque hubiera podido usar la mía.

No me sorprendió ver nuevamente a Arizona entrar a la casa, pero sí me provocó una sensación de molestia. Una sensación que quise reprimir de inmediato. Pero no pude. ¿Quién mierdas soy yo para sentir celos? ¿Quién mierdas es Timotheé para que yo sienta celos por su culpa?

Es el tipo del que has estado flechada desde niña, me dijo el diablito de mi cabeza burlándose de mí.

-¡Chicos, aquí está Ariel! -Medio gritó un Jay muy borracho y entusiasmado por verme.

-Siéntete en tu casa. -Me dijo cordialmente Ben a lo que yo sonreí con sinceridad. Me senté a un lado de Miles y Susan, habían dejado una enorme caja de pizza sobre la mesa y olía delicioso. No me cohibí cuando Ben señaló la comida y luego a mí para invitarme a tomar una, me senté en la mesa con todos los demás.

Cicatrices |Timothée Chalamet|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora