Capitulo 5

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Ariel Byrne

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Ariel Byrne

Ese día no vi a Timotheé en la escuela, tampoco al día siguiente, ni al que seguía de ese.

Tampoco es que me importase demasiado, suele desaparecer cuando se le da la gana, sin embargo, a la hora del descanso en la cafetería no pude evitar preguntarle por él a su hermanastra.Ella simplemente se encogió de hombros y sorbió de su café helado. De vez en cuando lanzaba miradas nada sutiles a la mesa donde se sentaba su novio, James es considerado popular porque juega en el equipo de futbol americano, entonces siempre está rodeado de personas, particularmente de chicas, y mi amiga se es conocida por sus celos sin sentido.

-Me ha mandado uno que otro mensaje de texto, pero no le pregunto donde está metido, aún está enojado por lo del lago. -Asentí y me concentré en terminar la comida de mi charola, no es que sea riquísimo lo que preparan en la cafetería, pero llegando a casa la nevera suele estar vacía o repleta de cerveza, nada más.

El cielo estaba nublado hoy, y aunque hacía un poco de frío y viento yo había olvidado mi suéter esta mañana en casa. Frente a mí, Pauline seguía lanzando miradas asesinas.

-¿Vienes a mi casa hoy? Invité a algunos amigos, incluso a Mike, porque sé que solo consideraras ir si el va. -Rodó los ojos pero aún así se veían divertidos. -Nicole llega mañana y tengo que aprovechar que Timmy está perdido.

-Tal vez sí, después del trabajo. -La verdad es que prefería mil veces ir a la casa de Pauline que a la mía luego del trabajo.

Pero tampoco es que fuera fan de sus pequeñas fiestas.

Ella me sonrió satisfecha y se levantó de la mesa despidiéndose con la mano porque su ultima clase era con un profesor extremadamente estricto y no quería llegar tarde. Yo me quedé unos minutos ahí sentada terminando de comer.

Cuando estaba a punto de levantarme, un mensaje hizo vibrar mi celular. Lo alcé y desbloqueé para poder leerlo.

Esa falda te queda bien, me gustaría ver cómo luces sin ella.

Me sentí helada luego de leerlo, subí la vista y rápidamente busqué a nosequien a mi alrededor, era un número desconocido y probablemente se trataba de una estupida broma. Sin embargo, no había muchas personas, a excepción de los chicos del equipo de futbol, pero todos ellos parecían estar bien concentrados en sus asuntos y su conversación.

Acomodé mi falda del uniforme, que sin darme cuenta al sentarme se había subido un poco.

No me busques, porque no me encontrarás.

¿No te vas a comer el puré?

El puré en mi plato estaba intacto, pues no me gustaba. Sentí miedo, ya no parecía una broma, ni siquiera una de mal gusto.

Me levanté rápidamente y dejé la charola donde correspondía, pero antes de entrar al edificio volví a mirar a los lados.

Nada, ni rastro de quién pudiera ser.

Cicatrices |Timothée Chalamet|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora