Ariel Byrne
-Vámonos de aquí antes de que regrese ahí dentro y mate al jodido Michael. -Me dijo en medio del beso, aligeró su agarre de mi cintura pero permanecimos muy cerca. A mí aún me costaba normalizar mi respiración y su aroma, cargado de menta y tabaco, no ayudaba en absoluto.
-No fue su intención, el no...
-No lo defiendas. -Me cortó en seco con un tono de molestia, y su cara reflejaba el mismo disgusto, ahí se separó de mi. -Oli me llamó en cuanto te vió con el, no es un buen tipo, es un idiota y sin duda hubiera perdido ese juego, así que ¿por qué demonios saliste con el?
-Necesitaba salir de casa. -Me encogí de hombros evitando su mirada. -Además, es mi amigo.
Apretó la mandíbula, más de lo usual.
-No se que concepto tengas de amigo, Ariel, pero un amigo definitivamente no te vende por un juego. -Sé que estoy siendo idiota y un dolor en el culo tratando de justificar a Michael, pero el realmente parecía que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, se merece el beneficio de la duda. -¿Tuviste problemas en casa?
Agradecí que cambiara el tema, pero no es como que sí hablar de mi casa fuese mi tema de conversación favorito, ni siquiera entraba en el top 10.
-No, ninguno, solo quería salir de ahí. -Asintió ligeramente poco convencido, se metió las manos en los bolsillos y miró el asfalto. Recordé lo de esta mañana y de pronto me sentí algo enfadada, no con él, sino conmigo misma, por dejar que me besara pese a que es un idiota que me hiere cuando se le da la gana.
Salvado por la campana, sus amigos salieron del bar a pasos torpes, como si hubieran estado esperando dentro a que Timotheé se calmara para poder acercársele.
-¿Todo bien, Ariel? -Me preguntó Oli colocando una mano en mi hombro, yo le sonreí y asentí.
-Gracias, me salvaron, por un momento pensé que ya no saldría de ahí. -Le di un abrazo que lo sorprendió tanto como a mí, pero las palabras no me alcanzarían para expresar el agradecimiento. Cuando lo solté, Ben me sonrió y puso una mano en mi cabeza despeinando por completo mi cabello.
Timotheé nos miraba con desinterés dándole una calada al cigarro qué había encendido apenas me di la vuelta.
-Ben, voy a llevar a Ariel a tu casa. -No parecía que le estuviera pidiendo permiso, era solo un simple aviso. Ben, por su parte, asintió restándole importancia.
-Ni siquiera sabes si quiero ir contigo. -Me crucé de brazos y alcé una ceja, acción que él imitó.
-No te estaba preguntando, sinceramente. -Sus amigos veían la escena entre incomodos y entretenidos.
-¡Para de controlar mi vida! -Chillé, incluso me avergoncé de ello.
-¿Crees que me divierto? -Acortó la distancia. -Si quieres que te deje en paz, para de meterte en problemas.
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Cicatrices |Timothée Chalamet|
Teen Fiction"Las cicatrices que tenemos en el cuerpo son recuerdos, motivaciones y pasiones." Esta es desafortunadamente la historia de un chico malo, uno que se doblega únicamente ante una pelirroja que parece siempre estar en el lugar incorrecto, con las pers...