𝐒𝐞𝐫𝐞́ 𝐓𝐮𝐬 𝐏𝐢́𝐞𝐬, 𝐒𝐞𝐫𝐞́ 𝐓𝐮 𝐀𝐥𝐦𝐚🌺 [WooSan]

🌺;;Capítulo 26

San conducía hacia el edificio de los Kang. Su padre le había conseguido la entrevista de trabajo. Y la verdad era, que no estaba contento. Sabía de su fama y además su sueño era trabajar para Jung Wooyoung. Pero siendo un omega, era...complicado. Pero todos esos pensamientos se esfumaron en un segundo. Todo era negro y oscuro. Su mente vagaba y sólo recordaba un auto rojo estrellándose contra el suyo. Quería abrir los ojos pero no podía. Podía sentir a su omega herido, sangraba, pero se mantenía en pie. Mientras su cuerpo estaba atrapado entre los fierros retorcidos. Una vez más intentó abrir sus ojos, pero el sueño era más pesado. Sintió ganas de dormir eternamente. Sabía que su vida se iba, se perdía. Entonces su omega se propuso mantenerlo con vida. San sintió un calor en su cuerpo, mientras los médicos gritaban que se moría... Su lobo blanco aulló y una luz lo rodeo. El lobo cerró sus ojos y liberó toda su energía. San sintió como volvía a la vida, mientras su omega se desplomaba, para caer en un profundo sueño.

—Sanie... mi amor, despierta—Wooyoung removía suavemente a su omega. Lo vio agitado y llorando en sueños. Seguro era una pesadilla.

San abrió sus ojos un poco desorientado. Nunca había visto tan claramente la forma en que su lobo lo había salvado. Él tenía la intuición. Algunos ancianos que había visitado le habían explicado que el omega había ocupado toda su energía para mantener al humano a salvo. A cambio se había quedado vacío. Hasta que encontró a su pareja destinada. Ahora Wooyoung lo miraba con ojos de preocupación.

—Estoy bien. Soñé con el accidente. Vi como mi lobo sacaba una energía inexplicable que logró traspasarme y permitir que mi cuerpo siguiera con vida. ¿Crees que este sueño tenga algo que ver con la predicción? ¿será una aviso de algo?

—No tienes que preocuparte ahora San. Todo está tranquilo. Desde mañana estarás a salvo en casa y yo te cuidaré a ti y a nuestra hija. Vuelve a dormir—comenzó a acariciar el cabello de su omega y éste volvía a cerrar sus ojos nuevamente. El aroma de su alfa lo inundaba todo y eso le causaba mucha tranquilidad. Llevó sus manos a su vientre abultado. La pequeña hizo un pequeño movimiento, como si también se hubiese acomodado para recibir las caricias de su padre.

El omega se quedó dormido. No así el alfa. En realidad ya llevaba varias noches así. En vela. Tenía un presentimiento que no lo dejaba tranquilo. No dejaba de pensar que la predicción decía "cuando se hagan pareja", por lo que aún tenía mucho temor de ser él, el causante de alguna tragedia para San. Y además estaba el asunto de los Kang. Todos esos movimientos extraños, las conversaciones que el omega había escuchado. Todo era muy confuso y su cabeza no podía descansar.

Tocó el vientre de Sanie y pudo percibir los movimientos de su pequeña cachorra. Cerró sus ojos y sintiendo esos movimientos y la tranquila respiración de su omega, al fin se durmió.