Capitulo 4

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*Advertencia: contenido sexual*

Me apresuré a empacar mi bolso verde oscuro. Ordenador portátil, cuaderno, estuche de lápices y auriculares, recité mentalmente. El sonido de mis pies arrastrando los pies por la alfombra llenó la habitación.

Reyn había llamado hace menos de una hora para decirme que me recogería, sin importar cuánto insistiera en lo contrario.

El hecho de que puedas llegar aquí por tu cuenta no significa que debas hacerlo.

Incluso pensar en esas palabras hizo que mis dedos se cerraran en puños. ¿Era un acto para cortejarme o realmente lo decía en serio? Esperaba con todo mi corazón que fuera lo último. El terror me llenó al pensar en él usándome por motivos ocultos. Seguramente, si ese fuera el caso, encontraría a otra chica que estaba más dispuesto y requería menos persecución. Mi corazón se retorció ante el pensamiento. Un zumbido incesante me sacó de mi ensoñación.

Había cambiado el contacto de Reyn anoche, así que ahora 'Papi' con un corazón púrpura al lado apareció en la pantalla. Estaba abajo esperándome.

Le dije que estaba bajando, me puse un par de zapatillas blancas y salí por la puerta. En mi emoción, no pude molestarme en esperar el ascensor y bajé corriendo las escaleras. Papi bajó sus aviadores dándome una sonrisa brillante antes de empujarlos hacia arriba. Fue la primera vez que vi él con ropa informal; parecía un modelo de fitness. Su camiseta reveló sus tonificados bíceps. La forma en que lo completó insinuó el cuerpo en forma escondido debajo. Me reí cuando vi que ambos llevábamos pantalones de chándal grises y blusas negras.

-Realmente eres mi chica, -reflexionó con una pequeña inclinación de cabeza, indicándome que entrara en el coche. Su apartamento no estaba ni a cinco minutos del mío. Miré el edificio alto y lujoso por el que había pasado varias veces antes. Tenía vestíbulo, portero y conserje como un hotel. Miré a mi alrededor mientras papi me llevó a los ascensores, dirigiéndome con el brazo que envolvió alrededor de mi cintura. Marrones tostados, beige y oscuros. Me reí. Me recordó a una galleta con chispas de chocolate. El hombre de la conserjería saludó con la mano cuando hice contacto visual con él. Asentí en respuesta, lo que provocó que Reyn pusiera su mano en mi nalga y aprieta. Salté y lo miré con los ojos muy abiertos.

-Deja de mirarme con esos ojos de Bambi. Ese hombre te estaba mirando tan pronto como entramos en el vestíbulo. -Su mano volvió a agarrar mi cintura.

-Maldita sea, estás conmigo, -agarró mis mejillas, las de mi cara, con su mano libre y acercó mi cara a la suya. Sus ojos se encontraron con los míos para llevar su punto más lejos. Me empujó al ras contra él de modo que estuvimos de pie pecho contra pecho, mi cara todavía en su agarre. -Déjalo mirar ... déjele que mire bien lo que nunca tendrá.

Me retorcí en su fuerte agarre, con ganas de romper el intenso momento. Mis ojos escanearon su rostro antes de que sus lentes de sol con la luz reflejada desde arriba me llamaran la atención. Estiré mis brazos para arrancar los aviadores de encima de su cabeza y ponérselos. Los coloqué en mi nariz como lo hizo él antes y lo miró. Acarició mi cabeza riendo.

-Son demasiado grandes para tu cara, pequeña.

Resoplé e hice un puchero de decepción, colocándolos sobre mi cabeza. Pero rápidamente se convirtió en una sonrisa cuando se inclinó para presionar sus labios contra los míos, alejándose cuando las puertas del ascensor se abrieron. Me llevó a una de las pocas puertas de caoba y la abrió con un objeto negro pegado a las llaves de su auto.

-No me digas que el bar que conocimos el otro día es tuyo. -Mi voz rebotó contra los techos altos y por todo el espacio abierto. Cada superficie y mueble de su casa era negro. Las únicas excepciones fueron las paredes color crema y las encimeras de la cocina, la pared decorativa de madera donde estaba su televisor colgado, y los acentos dorados esparcidos por todo el apartamento estudio. Solo había una habitación separada, aparte del baño a mi derecha, que supuse que conducía a su habitación.

𝐃𝐚𝐧𝐢𝐚|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora