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| Paz |

Los días pasaron con tranquila y sin ningún problema, Draken debían quedarse dos semanas internado para vigilar que no fuera a tener algúsn síntoma o recaída. En aquellas dos semanas, las encargadas de atenderlo y cuidarlo eran ambas hermanas Otsuka, pese a la insistencia de su padre sobre que lo cuidase una enfermera del hospital, las hermanas no doblegaron y terminaron llevando su revilitacion ellas.

- ¡Buenos días Draken! Cómo amaneciste? Sientes algún dolor o cambio? - Kanae entró a la habitación con una bandeja de comida hecha por ella misma, ya que anteriormente el rubio se había quejado de lo fea que era la comida del hospital.

El rubio sonrio apenado por toda la atencion recibida por parte de la novia de su mejor amigo.

- No es necesario que siempre me traigas comida... Pero te lo agradezco, de verdad la de aquí es asquerosa.

- ¡No es tan mala! Simplemente es... ¿Con diferentes sabor? En fin, para mí no es problema hacerte de comer. Amo cocinar y más si es para alguien querido.

El rubio no pudo evitar sonreír ante lo dicho, sin duda alguna esa chica era bastante especial, había veces que le llegaba a sorprender el hecho de que anduviera con un idiota como Mikey.

- Está vez solo eh venido a dejarte tu comida, quedé de verme con una amiga en unos minutos. Cuando venga Manjiro avísale que también hice un bentō para el. - dijo la fémina dejando el bentō en la mesa que estaba al frente de la cama y la comida de draken sobre las piernas del rubio.

- gracias Kanae. Ten cuidado, cualquier cosa llama a Mikey o a Shinobu.

- ¡Bien! Descansa, mi hermana está en la oficina de papá, vendrá en unos minutos más a verte. Nos vemos luego Kenchin.

La chica salió de la habitación dejando solo a Draken, quien se quedo pensando unos minutos en lo jodidamente aburrido que era estar en un hospital, aunque sus pensamientos no dudaron mucho, pues el ruido de la puerta abrirse sonó.

- ¡Draken vine a verte!

Takemichi quien había llegado vistiendo realmente ridículo,, seolocó justo al frente de draken, quien solo lo miro con desaprobación y a la vez con burla.

- ¿Ah? Das pena...

- ¡Nunca nadie antes me había admirado! ¡Déjame disfrutar tantito! - reclamo el Hanagaki, recordando como sus amigos lo admiraban por su hazaña de días anteriores.

- por cierto... Toma. Te lo dejo Mikey. Me pidió que te lo entregara. - señaló una bolsa blanca que estaba en la silla del frente, la cual contenía un uniforme de la ToMan.

- ¿Un uniforme de la pandilla? - preguntó asombrado al verlo bien.

-Era de Mikey. Cuando formó la ToMan. Es como un tesoro para la pandilla...

- ¿Y porque me daría algo como esto?

- Es asunto tuyo si decides usarlo. Pero el quería que lo usarás de todos modos. Takemicchi...

Análisis bien sus palabras antes de volver a hablar, quitando la bandeja de comida y colocándose de pie.

- Salvaste a la ToMan, todos lo sabemos. Incluido yo. Quiero volver a agradecerte, si no hubiese sido por ti que me llevaste a casa de la familia Otsuka, probablemente yo no estaría hoy aquí. Gracias. - realizó una reverencia corta, dejando a Takemichi sorprendió.

- Este uniforme fue de Mikey... Crees que sea digno de utilizarlo alguna vez?

Draken solo río y volvió a acostarse, ahora dispuesto a comer la realmente sabrosa comida de la mayor de las Otsuka.

𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐞𝐫 - Manjiro Sano - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora