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| Ven a mi |

Las puertas se abrieron causando un sonoro escándalo, la pelea comenzaría y con ello, las manecillas del reloj no se detendrian.

- ¡La Tokyo Manji!

Un silencio... Un espíritu de pelea inquebrantable.

- ¡Valhalla!

Nuevamente silencio, pero algo diferente... Un sed de muerte y odio.

- Es Mikey...

- El invencible Mikey.

Susurros empezaban a resonar por todo el deshuesadero, pues el porte serio y frío del capitán de la ToMan, daba mucho de que hablar.

- Hansen. Gracias por acceder a supervisar el combate de hoy. - hablo Mikey quien observaba fijamente a su antiguo amigo de la infancia, Kazutora.

- Ja. Si nos aburren acabaremos con ambos bandos. - respondió sin tomarle mucha importancia.

- ¡Representantes de ambos bandos, un paso al frente!

Las pisadas no tardaron en sonar, al frente ya se encontraban nos representantes. Kazutora aliado a Valhalla y Draken aliado a la ToMan. Ambos se veían fijamente, sabiendo la tipo de pelea sanguínarea que estaría por desatarse.

- ¿Un cinco contra cinco con sus mejores hombres o todos contra todos? ¿Que van a hacer?

- Valhalla busco pelea con nosotros. Así que decide tú, Kazutora. - Draken no le tomaba mucha importancia, solo sabía que esa pelea era estúpida.

- ¿Ah?

- solo tenemos una condición. Que nos regresen a Baji Keisuke. Si gana la ToMan, no llevaremos a baji. Así de simple. - sentenció el más alto.

Hubo un pequeño silencio, en el cual Kazutora parecía querer perder el control.

- ¿Que? Baji vino por cuenta propia. No hay nada que regresar. - contesto el chico mientras veía como Draken daba un paso más, tratando de intimidarlo.

- Nos llevaremos a Baji. Asi de siemple.- repitió por última vez el rubio.

Nuevamente ese sentimiento de ira se apoderaba de Kazutora, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo, haciendo que sus puños se apretara de tal manera que los nudillos se pusieran blancos.

- Desgraciado... ¿Me estás provocando?

- oye... Aún no pueden empe - el árbitro intento intervenir, pero rápidamente fue noqueado por un puñetazo de Kazutora seguido de un golpe al estómago, haciendo que cayera al suelo.

- Debilucho - se burló - ¿Supervisión? ¿Condiciones? ¿Creen que esto es un juego de niños?

El chico giro en su propio eje abriendo sus manos para señalar a su pandilla, la cual sonreía de manera macabra.

- ¡Nosotros vinimos a matarlos a golpes!

- ¿Porque no empezamos, Mikey? - gritó ahora Hanma, quien sonreía con satisfacción, no aguantaba más las ganas de golpear a los de traje negro.

𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐞𝐫 - Manjiro Sano - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora