Otra vez no tuvimos ni un solo límite, terminamos besándonos como dos adolescentes en el ascensor del edificio de Peter.
Paramos solo cuando él abrió la puerta, lo abracé por el cuello sin soltarlo, él tampoco lo hacía, también parecía no querer soltarme.
Mordió mi boca y nos apartamos un poco, no del todo, podía sentir su respiración.
-Se... Se te hinchó-él pasó uno de sus dedos sobre mis labios, ese simple acto me pareció seductor, sensual.
Finalmente me digné a mirarlo nuevamente a los ojos, estaba avergonzada, muy avergonzada, nerviosa.
Peter me dio un abrazo y me quedé ahí, escondida debajo de su cuello.
-Podemos volver a comer, mirar una película, cocinar..-se puso a decirme mil opciones, se apartó de mi y buscó mis ojos con su mirada-ey, te conozco, no pasa nada, que no te agarre cosita por lo de recién.. Podemos cambiar de tema.. Hacer cualquier otra cosa, ¡lo que quieras!
Las palabras de Peter, su manera de enfrentar la situación me dio ternura, quiso que yo me sienta bien, trató de que me sienta segura, como siempre me sentía con su presencia.
-Está bien Pit... Solo.. Es algo que es raro para mi.. Pero si la pregunta que te estas haciendo en la cabeza es si me arrepiento la respuesta es no, no soy una persona que suele arrepentirse de lo que hace-tomé aire y lo solté, él me hizo una caricia en una de mis mejillas y esbozó una pequeña sonrisa, sus ojo se achinaron.
-Es que sos tan maravillosa-dejó un besito sobre mi frente e inevitablemente cerré mis ojos, él me rodeó con sus brazos.
Me apoyé sobre él y nos quedamos así, sin decirnos nada, ambos nos entendíamos, era una situación rara, pero no reinaba un momento incómodo, uno de cariño y respeto, sí, siempre, toda nuestra vida nos respetamos.
Cuando me puse de pie abandoné el sillón, le hice señas a Peter para que también se parara.
-¿Me cargas hasta la cama?-elevé mis cejas- me duelen los pies.. No tuve que ponerme los tacos aguja
Él asintió con la cabeza y se acercó hasta donde estaba, me cargó entre sus brazos, me dejó en el centro de la cama, vi a su cara cambiar, otra vez apareció el deseo, lo vi en sus ojos.
Estiré mis brazos pidiéndole de cierta manera que me saque el top, él lo hizo lentamente.
-¿Tenes una remera de esas enormes?
Peter se apartó de mi y me dio una.
Terminé desvistiéndome, me saqué la pollera y me puse su remera, noté que él se volteó para dejar de verme.
Nos recostamos ambos en la cama, él se había sacado su remera, estaba solo en boxers.
Sentirlo cerca me distraía, no me dejaba dormirme en paz.
-Pit...-lo llamé y el volteó haciendo que nuestras narices se rocen-¿vos te arrepentís?
-Yo... Debería.. Pero la verdad es que no Lali-su voz le tembló, ¿acaso se puso nervioso?- es raro pero.. Pero al mismo tiempo no, se sintió natural.. Yo ya no sé, tal vez fue una mala idea..
-Seguro fue una mala idea-completé su frase, suspiré y decidí enfrentar mi realidad- entonces.. ¿Porque quiero que vuelva a pasar?
Una vez después de mis palabras no iba a haber vuelta hacia atrás.
Mi amigo de toda la vida, mi Juan Pedro rozó su boca sobre mi cuello para comenzar a besarlo.
Me dejé besar, lo acaricié, me acarició, lo mordí, juntos fuimos recorriéndonos, conociéndonos en esta nueva faceta en la que no faltaba pasión.
Agitada no lo solté, nunca, no quise soltar sus manos, quedé debajo suyo y abrí mis ojos, otra vez me encontré con su mirada.
-¿Querés descansar La?-Peter necesitó romper el silencio, asentí con la cabeza y me apoyé sobre su pecho, él me mantuvo abrazada hacia su cuerpo.Cuando desperté busqué en el suelo la remera que Peter me había dado la noche anterior, él estaba dormido, calmo, me senté a su lado y me puse a hacerle caricias en el pelo, siempre había sido un chico lindo.
Fue abriendo sus ojitos y me sonrió.
-¿Estas de buen humor hoy?-elevé mis cejas.
-Cómo para no estarlo.. Tuve una linda noche-él también elevó sus cejas mirándome, me hizo reírme de los nervios-vamos, te preparo algo para desayunar, puedo escuchar a nuestro bebito pedir comida
-Tonto-otra vez me reí.
Caminé descansa hasta el desayunador que había en la cocina y me senté, Peter estaba preparándome varias cosas.
-Cereales, tostadas, fruta, ¿algo más queres?
-Esta bien, así todo está bien-asentí con la cabeza y besé su mejilla- gracias
Él se sentó frente a mi y también se puso a comer conmigo.
-Hoy te ves con tu cliente, ¿no? ¿Estas feliz con tu nuevo trabajo?
Asentí con la cabeza mientras se me formaba una sonrisa sobre mis labios.
-Es un emprendimiento chico el mío, recién empiezo, pero que confíen en mi, en que puedo cumplir con lo que quieran me hace muy feliz, el que me den una gota de confianza.. No es poca cosa.. Quiero trabajar para tener más experiencias
Peter elevó sus cejas también sonriéndome.
-Te va a ir bien, no lo dudo-besó mi mano después de agarrándomela con la suya, eso lo hizo mirándome.
-Gracias... Vos siempre me apoyas en todo.. No es poca cosa tener amigos que estén en las buenas y en las malas-le despeiné un poco el pelo, él solo se quedó sonriéndome.
-Así como vos estas para mi... Estas ayudándome en algo muy importante, cualquier otra persona ya me hubiese dado una patada en el culo por tantas locuras, pero vos no sos cualquier persona, sos Lali, mi Lali-Peter terminó de soltar esas palabras y me sorprendí, elevé mis cejas.
-Tu Lali...
-Sí, mi amiga Lali-me respondió como si fuera una obviedad- ey, eso tiene muchos beneficios, realmente sos la única persona a la que le preparo desayunos, a la que dejo dormir en mi cama conmigo, no suelo hacerlo con las demás
-Las demás... Yo no soy "las demás" soy Lali, que quede grabado en tu cabecita loca-lo miré ahora desafiante, sus ojos se achinaron cuando se rió.
-Lo sé boba... No sos parte de las demás, tenes tu propio lugar en mi vida-besó detenidamente una de mis mejillas- tendría que irme a trabajar, podes quedarte, tenes tu juego de llaves
-Me cambio y salgo con vos-terminé de comer mi tostada- vamos
Ambos nos cambiamos rápidamente, no había tiempo para nada más, besé en la mejilla a Peter y aceleré el motor del auto para volver a mi casa.
Sí, me duche y preparé rápidamente porque iba a venir mi cliente, lo iba a recibir en mi pequeña oficina improvisada, yo soñaba con tener mi propia oficina, una grande, no trabajar sola, una donde trabajaran también otros arquitectos.
Saludé educadamente a mi cliente y le expliqué el procedimiento de lo que íbamos a hacer, que para agrandar el espacio estaría bueno tirar una pared hacia abajo, que teníamos que ver si eso iba a poder ser posible.
Por suerte en mi reunión me fue bien, al ver a mi cliente feliz esa misma alegría me la transmitió a mi.
Eugenia vino por la tarde y invadió mi cocina para preparar galletitas caseras.
-Sos una genia-probé una- esta genial, te visualizo como la mayor cumplidora de mis futuros antojos.
-Es.. ¿Es una realidad ya? Digo.. Lo del bebé con Peter..-ella me miró interesada, terminé asintiendo con la cabeza.
-Hice el tratamiento al pie de la letra y.. Y en el medio..-no sabía como seguir, con que cara mirarla- tal vez venga por manera natural
La cara de Eugenia fue todo un poema, elevó sus cejas y me sonrió.
-Dios, el tiempo me dio la razón, iba a terminar pasando, ¡fue obra del destino!-estiro sus brazos hacia el techo.
-Sos tan ridícula-me reí de su manera de comportarse.
-Te.. ¿Te pasó algo cuando pasó?-ahora me miró nuevamente con interés.
-¿Algo cómo?-me quedé mirándola, sabía de que iba su pregunta pero la verdad era que no sabía que responder.
-¿No te movió el piso?
-Solo.. Solo es Peter, yo.. Es mi mejor amigo, que hayamos tenido sexo no cambia nada, es una persona problemática, para problemas ya tengo los míos-traté de ser clara- no pienso formar parte de su club de "fans", sé que él también lo tiene claro, se lo dejé en claro hoy
-Cómo vos digas..-ella puso sus ojos en blanco y después se rió de mi, después adoptó un poco de seriedad- siempre pensé algo, si hay una persona que siempre logró que él cambie ciertas actitudes siempre fuiste vos.. Tal vez él cambie para bien con toda esta experiencia del bebé y todo lo que les está pasando.. Tal vez...
-No lo sé Chinita, yo no espero nada a cambio.. Siento que ni yo soy consciente de donde realmente me metí-suspiré.
Ella se acercó y me dio un abrazo fuerte.
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Nuestra luz
FanfictionJuan Pedro Lanzani es un hombre de mil negocios y noches divertidas, lo último que quiere en la vida es tener que lidiar con otro ser viviente, evitar quedar atado a cualquier persona. Para mala fortuna suya necesita una sola cosa para heredar la he...