Cuando finalmente terminé con los pinchazos Peter me llevó a una heladería para celebrarlo sanamente.
-Siempre fan del dulce de leche vos-me sonrió y se le achinaron los ojos.
-Y vos siempre fan de la menta granizada, no entiendo porque comes eso-me reí en su cara.
Peter corrió un mechón de pelo de mi cara y se acercó a mi, besó dulcemente mi mejilla.
-Que hermosa sos, y te vas a ver hermosa con la pancita creciendo..
Sus palabras fueron una completa sorpresa, nunca me preparé mentalmente para escuchar algo así, Peter siempre se salía con algo nuevo.
-Esta bien.. Si vos lo decís-me reí nerviosa.
Él me sonrió y acarició con uno de sus dedos la punta de mi nariz.
-Me.. ¿Me dejas en mi casa? Tengo que trabajar y estudiar.. Ya me queda nada para recibirme-elevé mis cejas mirándolo.
-Estoy muy orgulloso de vos Lali, siempre te abriste camino vos solita, sin ayuda, sin nada-él asintió con la cabeza- vamos, te llevo, y mañana es un gran día
-Mañana es EL día clave-me quedé con la mirada perdida al pensarlo- mañana sí que empieza todo
-Mañana-él lo repitió y me sonrió- gracias por todo lo que haces.. Todo lo haces desde siempre
Esbocé una pequeña sonrisa y también besé su mejilla.
-Vamos-lo animé para que nos pusiéramos a caminar hacia su auto.Peter manejó hasta mi casa e iba a besar su mejilla cuando accidentalmente mi beso terminó sobre sus labios, nerviosa por lo que había acabado de pasar me reí.
-Cosas que a veces pasan-me encogí de hombros, él asintió con la cabeza.
-No.. No fue nada, eso ni siquiera es un beso..-elevó sus cejas mirándome firmemente.
-Y seguro sí sabes de besos vos eh...-me reí poniéndole humor al asunto.
-Sí que sé.. No estas nada errada Marianita Espósito-me miró ahora con diversión, también me reí- si no fueras mi Lali te darías cuenta enseguida que hay una diferencia abismal entre un tonto roce de labios con un verdadero beso
¿Acababa de decirme de que en otra circunstancia, si no fuera su amiga de toda la vida Lali me besaría?
Me reí nuevamente nerviosa.
-Nos vemos en otro momento Peter-le sonreí antes de bajarme del auto.Una vez en mi casa me senté en el escritorio dispuesta a estudiar, pero lo que había acabado de pasar me desconcertó, me hizo ruido, me sonó raro.
Igualmente hice un esfuerzo y al cabo de un tiempo dejé de pensar en tonterías, me centré en estudiar.Por la noche comí de más no por tener hambre, por tener ansiedad, lo que mañana iba a ser dar un paso enorme, no pude evitar ponerme nerviosa, no dormí, me quedé desvelada toda la madrugada, cuando finalmente salió el sol volví a comer ansiosa, desayuné rápidamente.
Sonó el timbre y abrí la puerta rápidamente, abracé a Peter por un impulso.
-Ey.. Va a estar todo bien.. ¿Estas segura La?-Peter se apartó un poco para mirarme a los ojos, asentí con la cabeza.
-Solo.. Solo necesitaba que me des ánimos, un abrazo.. Es un día raro hoy..
-Lo es-él coincidió asintiendo con la cabeza-¿vamos?
-Vamos-acepté, me puse en el asiento del acompañante estando llena de miedos, una vez ya en la puerta de la clínica Peter me ofreció su mano, la agarré con la mía, la verdad era que sí lo necesitaba, nunca podría hacer sola algo como esto.
Entré al consultorio y quince minutos después salí, Peter me recibió nuevamente en otro abrazo.
-Ahora esperar...-me lo susurró en el oído.
-Sí.. A esperar...-asentí con la cabeza.Tenía ganas de dormir ya que no había dormido nada, Peter me había ofrecido hasta ir a China si tenía ganas, estaba dispuesto a concederme cualquier capricho pero yo quise uno simple, que se quede conmigo hasta que me duerma.
Una vez en mi casa me tiré en la cama y él se tiró a mi lado, me hizo caricias en la espalda.
-¿Estas mejor ahora? Acá... Se nota que no dormiste nada, estas medio baja de energía-suspiró, en ningún momento dejó de hacerme caricias.
Volteé para mirarlo a la cara y suspiré.
-En cualquier momento me duermo Peter, no te preocupes, no dudes de que lo vaya a hacer...-le sonreí cuando acarició suavemente mi cara, esta vez mis ojos se achinaron.
Me agarró un bostezo y como acto reflejo mis ojos se fueron cerrando, dejé de ver la luz que entraba de la ventana, pero sentí algo, un roce sobre mi boca, eso me paralizó.
¿Peter me había dejado un beso sobre mi boca?
No abrí mis ojos para no enfrentar mi realidad, tal vez se confundió, no lo sé, pero lo que sí se fue que fue real, sentí y escuché a su respiración acelerada sobre mi cara.Pasó el tiempo y por suerte pude dormir, cuando abrí mis ojos mi amigo al final no se había ido, estaba en un octavo sueño, sonreí al verlo tranquilo, agotado por el cansancio.
Esta vez la que le hizo caricias en la cara fui yo, Peter era una persona tan rara, pero detrás de todas sus rarezas había un gran corazón, generoso como pocos, inteligente, sencillo.
Peter nació en una cuna de oro, a pesar de eso estudió y siguió con el legado esforzándose, dedicándose, no por ser un acomodado, su papá no se lo hubiese permitido.
Suavemente sus ojos se fueron abriendo, me sonrió como un nene.
¿Si alguna vez me gustó mi amigo Juan Pedro Lanzani?
Tal vez al principio, hasta que me choqué con la realidad de como es con las mujeres.
En esa área él siempre sale perdiendo, es muy tonto en eso, deja ir a mujeres maravillosas, en parte por eso me mantengo apartada de eso, de sus jueguitos, por algo él no juega conmigo, sé que lo hace porque me quiere, a nuestra manera nos queremos, y mucho.
-Hola dormilón-me reí junto a él-¿soñaste cosas lindas?
-Sí.. Soñé con vos-soltó como si nada, me miró con diversión, estaba esperando que le responda.
-¡Sos un tarado!-me reí- conmigo mentiritas no...
-¿Qué te hace creer que miento?-elevó sus cejas y después achinó sus ojos mirándome.
-Vos.. Siempre decís mentiritas-lo acusé también elevando mis cejas.
-Si hay una persona a la que nunca le miento es a vos-Peter me cerró la boca, lo celebró riéndose en mi cara- nunca.. Nunca...-rozó su nariz sobre mi mejilla sin dejar de reírse- pienso mentirte, no a vos La..
Escuchar esas palabras salir de su boca me dejaron helada, creo y confío en su palabra, es por eso que también le sonreí, nos dimos un abrazo.
Peter giró haciendo que quede debajo de su cuerpo, se quedó mirándome a los ojos y otra vez lo noté, se le aceleró su respiración.
-Hacemos.. ¿Hacemos algo?-cambié de tema.
-¿Algo como qué?-sus palabras me sorprendieron cuando miró mi boca, él después elevó sus cejas para después volver a mirar mis ojos- hay muchas opciones..
-Todas las que te imagines, menos las que practicas con tus club de fans-se lo solté en la cara, puso sus ojos en blanco riéndose.
-Sos tremenda... Yo no hablaba de..-quiso arreglarla pero fue imposible- con vos yo nunca... Nunca Lali..
-Pero si no fuera tu Lali y solo fuera una Mariana común y corriente ya.. ¿Ya habrías sobrepasado los límites?-quise morirme después de haber soltado esa pregunta de mis labios, no tenía sentido, era jugar con fuego sin querer ni tener la intención de quemarme.
-Sí... ¡Sos hermosa mujer! No solo yo, cualquiera lo querría..-sus palabras lograron ponerme nerviosa, ¿para que hice la pregunta?- no sos consciente de lo maravillosa, hermosa, y sexy que sos
Peter llevó su mano a mi cara y acarició mi mejilla.
-El esfuerzo que hago para no pecar es sobrehumano..-finalmente lo dijo, mi mayor miedo lo soltó sobre mi boca, porque sí, se acercó aún más.
Estábamos en un clima de tensión máximo, yo no pudiéndome mover, debajo de su cuerpo, quería hacerlo, moverme, pero Juan Pedro es mi debilidad, él lo sabe, y lo usó para su favor.
-Podes pedirme que me retire y lo hago...-él me habló en un susurro, su respiración ahora estaba agitada- Lali pedímelo.. No quiero pecar, yo..
Toda tensión "terminó" cuando finalmente lo besé, hice lo que hace mil años atrás soñé, Peter me abrazó pegándome más a su cuerpo, me besó lleno de hambre, fue la experiencia más rara de mi vida, se sintió tan bien y tan mal al mismo tiempo.
Cuando me aparté un poco quedaron nuestras narices rozándose.
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Nuestra luz
FanfictionJuan Pedro Lanzani es un hombre de mil negocios y noches divertidas, lo último que quiere en la vida es tener que lidiar con otro ser viviente, evitar quedar atado a cualquier persona. Para mala fortuna suya necesita una sola cosa para heredar la he...