Capítulo 11

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-Flashback-

-¡Tenemos que parar Peter!-eso se lo dije sobre sus labios, estaba tratando de parar el momento pasional pero sin soltarlo, lo tenía agarrado del cuello de su camisa, le importó poco mi poca autoridad porque sabía que en el fondo yo también lo deseaba, volvimos a besarnos como dos adolescentes que tienen las hormonas a flor de piel.
Lo empujé contra la cama y recorrí su cuerpo desnudo con ambas manos, sí, todo se había ido al mismísimo diablo.
Tuvimos otra noche más de pasión.
Habíamos llegado de una fiesta a la que había tenido que ir a buscar a Peter porque se había descontrolado, tal vez por ese mismo motivo quise poner un límite y no terminar nuevamente en su cama, pero fallé, eso terminó ocurriendo igual.

-Fin del flashback-

Llevo unos días de retraso, pero como soy irregular no quiero "ilusionarme", por eso esperé un tiempo más para decírselo a Peter, pero él me tomó de sorpresa.
-¿Tenes algo para hacer ahora mismo?-me llamó por videollamada, sí, porque él no tenía ni un solo límite, interrumpió mi horario de trabajo.
-Estoy en algo...-iba a seguir pero sonó el timbre- me están llamando, después hablamos
Corté la llamada y dejé de hacer todo lo que estaba haciendo, me encaminé hacia la puerta y me reí.
-¡Sos un tarado! Pensabas venir a verme igual-le di un golpecito sobre su pecho.
-Hola La-besó mi mejilla y elevó sus cejas-te tengo una sorpresa, es ahorita mismo, quiero que cierres tus ojos, traje una de mis corbatas para eso-me la mostró, la había sacado de su bolsillo.
-Sos una persona imposible con la que siempre tengo que lidear por distintos motivos-solté un suspiro- vamos.. Pero volvamos rápido que tengo cosas que hacer
-Esta bien jefa-él me guiñó un ojo y me reí.
Me subí a su super moderno auto y él me cubrió los ojos con su corbata bordó, noté que aceleró el motor, en todo el momento no me habló, solo puso la radio.
Finalmente llegamos, él me hizo bajar el auto y subir unas escaleras.
-Podes retirarte la corbata-me lo susurró y se rió, cuando lo hice y miré mi alrededor entré en pánico- saqué turno para ver si hay bebé o no hay bebé, ahora tenes que registrarte, llenar un formulario.. Eugenia me contó que llevas un retraso importante
-Así que ahora son mejores amigos con Eugenia...-elevé mis cejas mirándolo, él se rió como un nene.
Agarré el formulario y lo llené, mientras me agarró ansiedad y pánico, ¿y si la fantasía se había vuelto una realidad?
Caminamos por el pasillo y tuvimos que esperar, no quise sentarme, caminé de un extremo a otro inquieta.
-Lali, vas a estar bien-Peter me agarró de la mano y me la apretó suavemente, intentó animarme.
Claro, él no pone el cuerpo, la que pone el cuerpo soy yo.
Cuando me llamaron me paralicé, Peter tiró de mi mano y gracias a eso pude caminar.
-¿Tuviste algún síntoma, algo?-me consultó el médico, negué con la cabeza.
-Solo se me atrasó el período, pero soy muy muy muy irregular.. Y duermo más que lo normal, solo eso-solté un suspiro- el resto de las cosas todo bien
-Eugenia también me dijo que comes varias galletitas de las que ella te cocina-cuando Peter acotó eso lo fulminé con la mirada.
-¿Hablas con Eugenia siempre de mi?-me puse nerviosa.
-Solo quería saber si estabas bien-soltó un suspiro-¿vemos si hay bebé?-Peter ahora miró al médico que asintió con la cabeza.
-Vamos a ver...-él médico pasó un gel sobre mi panza y acto seguido agarró el ecografo, lo pasó suavemente y sentí que iba a desmayarme de los nervios- acá están..
¿Están?
-Sí, acá están ambos, estás de seis semanas-el médico nos miró con una sonrisa- bebé número uno y bebé número dos-nos señaló la pantalla- son mellizos nada más
Cuando escuché esas palabras todo mi mundo se paralizó, ¡¿dos?!
Peter estaba con la mirada perdida, él también estaba igual de shockeado que yo.
Volví mi mirada a la pantalla y sentí una presión sobre mi mano, era Peter que siguió sosteniéndomela.
Después se la ecografía salimos del consultorio y la clínica, una vez en el auto solté un suspiro.
-¡Mierda Lali! ¡Sí que nos esforzamos mucho!-fueron sus primeras palabras, se rió de manera nerviosa, entonces yo también me contagié, ambos no parábamos de reírnos- ¿vos que crees que haya sido el tratamiento o nuestro trabajo ella?
-Quién sabe Peter...-lo miré finalmente a los ojos.
Entonces hice lo primero que me salió hacer, lo que siempre me salía hacer por instinto, sobre todo cuando había cometido un error y necesitaba sentirme contenida, lo abracéX abracé a mi amigo Juan Pedro Lanzani, lo necesitaba.
Él se quedó abrazándome y me hizo caricias en el pelo.
-Ya Lali, todo va a estar bien..-se apartó un poco de mi y me miró a los ojos- no estas sola.. Nunca vas a estar sola La-él hizo una caricia en la punta de mi nariz con uno de sus dedos, después me sonrió para traerme calma.
Nos abrazamos una vez más antes de poner en marcha el auto.
Peter me dejó en mi casa y se fue, cuando me quedé sola estallé, me agarró un colapso emocional, lo que habíamos vivido había sido muy fuerte.
Terminé llorando sentada en la silla de mi mini oficina comiendo el kilo de helado que decidí pedirme.
Obviamente no toqué el trabajo por lo que restó de la tarde.
Abrí el mail que me mandaron desde la clínica en mi computadora, y otra vez lo vi, eran dos, ahora sí eran una realidad, dejaron de ser una fantasía, dejaron de ser un "tal vez" para ser un "somos dos", ver nuevamente las imágenes fue una cachetada que me dio la vida.
Ya no hay marcha atrás, voy a tener dos hijos con Peter, mi amigo Peter Lanzani, la persona más rara, desordenada, e irresponsable del mundo.
¿En que me metí?
Todo lo que se me cruzaba por la cabeza era el miedo, el miedo a que me deje sola, a no poder contar con él, el miedo a no saber como hacer, que hacer para llevar por delante algo así.

-Así que funcionó el trabajo en equipo que hicieron con Peter-Eugenia me robó un poco de helado, elevó sus cejas y se rió en mi cara- muero por verte con dos pibes en brazos, ¿sos consciente de que te embarcaste en una aventura que puede salir muy mal o muy bien?
Me quedé mirándola a los ojos sin saber que responderle a eso.
-¡Ey! Tenete y tenele fé a tu "amigo" Juan Pedro, quién dice.. Tal vez te sorprendo, nunca digas nunca-mi amiga besó mi frente de manera protectora- ¡cuando Cande se entere se desmaya! Yo no me desmayé porque gracias a Dios me lo dijiste cuando estaba sentada
Eugenia se puso a hablarme de mil cosas más, prácticamente me organizó el baby shower estando a años luz del nacimiento, dejé de prestarle atención hace rato.
¿Cómo iba a hacer para llevar hacia adelante algo así?
Y con Peter.

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