Capítulo 25

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-¿Qué?-fue lo primero que me preguntó cuando me alejé un poco, estaba sorprendido, sí, había logrado sorprender a Juan Pedro Lanzani, no todos los días pasa algo así
-Lo que escuchaste..-elevé mis cejas y asentí con la cabeza.
Quise mostrarme firme ante mi decisión pero la realidad era que estaba muy nerviosa, por dentro estaba completamente revolucionada, él me hizo una caricia en la cara y soltó un suspiro.
-¿Estas segura? Vamos a jugárnoslo todo arriesgando.. Siento que no sos consiente de que todo es todo-siguió haciéndome caricias, mientras no dejó de mirarme a los ojos-Lali este es el momento de parar, de ponernos un límite, yo me equivoqué mucho creyendo que nada iba a pasarme...
-¿Así que algo te pasa?-agarré su mano con la mía para jugar con sus dedos.
-Dios Lali, ¡sí! Y detesto que esté pasándome, quiero cuidarte de mi... Todo lo que me pasa en la vida lo arruino-su voz se quebró, bajó su mirada, le di un abrazo.
-No... No predigas lo que pueda pasar o no... Vivamos el presente-se lo susurré en el oído- no te creas que no tengo miedo-besé su mejilla.
Él se apartó un poco para mirarme nuevamente a los ojos.
-Muero por descubrirte de una manera distinta pero..
Él iba a seguir negándose pero besé sus labios, lo hice lentamente, disfrutando, terminé rozando su nariz con la mía, cuando abrí mis ojos nos quedamos mirándonos.
-No puedo decirte que no-él me abrazó acercándome a su cuerpo- esta.. Esta bien..-terminó asintiendo con la cabeza- a la primera que te decepcione cortamos todo esto nuevo, esto raro..
-Esta bien Peter, ¡ya entendí!-asentí con la cabeza, tiré de su brazo para darle un abrazo, nos quedamos un poco así, cuando me aparté elevé mis cejas-¿almorzamos? Ya es mediodía, y tus bebés tienen hambre-cambié de tema para descomprimir el momento.
-¿Los bebés o vos?-se rió ahora recuperando su estado de relax anterior.
-Los tres-me reí y le sonreí- pero se me ocurrió algo, podemos comprar fiambre y hacer un picnic en la playa, ¿te parece bien?
-Me parece una buena idea-asintió con la cabeza y besó mi frente:
Peter aceleró el auto para buscar un supermercado, antes pasé por una panadería y compré pan, hicimos las compras para terminar yendo a una playa más desolada, una en la cual estábamos solos, nos sentamos abajo de una sombrilla y Peter me preparó dos sandwiches.
-Gracias-le sonreí antes de ponernos a comer, agarré mi vaso con gaseosa y lo choqué con el suyo- por los momentos como este.. Espontáneos y con buena compañía
Peter esbozó una pequeña sonrisa, una.. ¿Tímida?
Sí, tímida, él nunca se mostraba así, para fortuna mía siempre podía leer su cara, pero no sus pensamientos.
-Sé que no sos de hacer estas cosas, me causa gracia viéndote hacerlas, sos más del sushi y todo tipo de comida que se pueda comprar por delivery-elevé mis cejas molestándolo, ambos nos reímos.
-No miento al decirte que solamente vos logras que haga este tipo de cosas, son raras para mi.. Pero no me disgustan, la clave está en tener una buena compañía-elevó sus cejas y me abrazó con uno de sus brazos, rozó su nariz con la mía con cuidado, terminó besando mi mejilla-¿puedo hacer algo como esto? ¿O nos ponemos un límite?
-Peter no pienses tanto las cosas.. Dejate ser.. Explorémonos juntos.. Relajá-lo miré a los ojos cuando me agarró la cara con sus manos, quién rozó su nariz sobre la suya fui yo, le dejé un besito dulce sobre sus labios, acto seguido le sonreí, él también me sonrió-¡vamos! Juguemos con algo de arena, le robé el balde y el resto de los juguetes al nene de ahí-lo señalé, él nene estaba algo lejos- que amablemente me prestó todo
Peter soltó una carcajada y nos pusimos a jugar como nenes, rememorando los tiempos en los que juntos hacíamos algo sobre esto, solo que en las playas de Punta del Este, Peter siempre solía invitarme ahí, pretendía que me mezcle entre sus amigos chetos, pero ellos no me caían bien, a la única persona que rescato de ese grupo es a Agustín, él fue de los pocos que siempre me trató bien.
Nos llevó mucho tiempo hacer un pozo en la arena, Peter me pidió que me meta y lo hice, él me hizo una especie de cola de sirena, la decoró con caracoles y piedritas.
-Ahora sí sos una sirena, de esas que hipnotizan a pobres hombres como yo y los arrastran al mar..-elevó sus cejas riéndose.
-¿Pensas que puedo ahogarte?-también me reí.
-Si ahora mismo estuviese siendo verano no dudaría de que sí-me respondió eso solo para molestarme, agarré arena húmeda con la mano y se la tiré encima-¡ey! ¡cuidado mis ojos!
Ambos terminamos riéndonos.
-Ahora tenemos un gran problema Peter.. Voy a llevar media playa al tu auto cuando volvamos al hotel-me reí.
-Uy... No lo pensé.. Igual, da igual, después lo llevo a lavar, iba a terminar pasando igual-asintió con la cabeza.
Nos quedamos por la playa hasta la tarde, vimos el atardecer, tomamos mate y comimos facturas, cuando nos subimos nuevamente al auto sentí cansancio, el aire de la costa por algún motivo que no sé cansa.
Me dirigí directo al baño, había un jacuzzi enorme, cuando estaba jugando con la espuma y levanté mi mirada Peter estaba parado frente a mi.
-¿Puedo?-me preguntó eso y se quedó esperando una respuesta, él Juan Pedro depredador se hubiese metido sin preguntarlo, terminé asintiendo con la cabeza y se metió frente a mi, me sonrió y agarró espuma para ponérmela en la cabeza, me reí, después de eso me abrazó por la cintura acercándome a su cuerpo, llevó sus labios a mi cuello y me lo besó, ese simple acto hizo que se me erizara la piel, no lo dudé más, me entregué nuevamente a un momento de pasión, pero a diferencia de los otros este fue más cuidadoso, dulce, sí, la palabra es dulce, ambos no sabíamos exactamente como actuar, entre besos fui recorriendo su cuerpo sin querer soltarlo.
Mi respiración terminó agitada y apoyé mi cara sobre su pecho, él no me soltó.
Deseaba tanto decir el que lo quería, pero me callé, era muy temprano, estaban pasándonos muchas cosas nuevas.

Después de secarnos el cuerpo pasamos a la cama completamente cansados, pero Peter no dejo de acariciarme la espalda desnuda, yo me acurruqué contra su cuerpo buscando su calidez, disfrutando simplemente del momento, dejando los pensamientos lógicos lejos del momento que estaba viviendo.
-Pit-lo llamé y él levantó su mirada para mirarme- lo de recién.. ¿Lo de recién está aclarando un poco lo que te pasa?
-Puede que sí-terminó asintiéndome con la cabeza-¿a vos?
-Sí.. Creo que sí..-me escondí nuevamente debajo de su cuello haciéndole caricias en el brazo, fui relajándome hasta quedarme dormida.

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