Capítulo 19

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Abrí mis ojos e iba a estirarme, pero estaba sostenida por Peter, como pude me volteé para quedarnos cara a cara.
-¿Te desperté?-le hablé en voz baja, él asintió con la cabeza-¿me perdonas?-elevé mis cejas y él volvió a asentir- ¿porque sos así de bueno conmigo?
Aunque sabía la respuesta él no iba a decirme lo que escuche anoche, en vez de responderme besó mi frente.
-Porque soy una persona buena y que te quiere-elevó también sus cejas-¿queres desayunar ahora? Por suerte hoy es Viernes y llega el finde, y me olvidé decirte que hoy programé un almuerzo junto a Nicolás y Gimena para que le contemos nuestra noticia
Cierto, él había montado una farsa junto a mi ayuda.
-Te va a crecer esta nariz chiquita que tenes como a Pinocho-se la agarré con mi mano y él me sonrió, se rió-¿qué es gracioso Juan Pedro?
-¿No te divierte jugar a tener una vida muy distinta a la que llevas?-se puso a jugar con mi pelo, ambos estábamos aún acostados en la cama, y desnudos.
-Definitivamente te equivocaste de trabajo, tuviste que haber estudiado actuación-lo molesté riéndome.
-Sabes muy bien que no elegí heredar una empresa, así y todo le pongo toda la onda a mi trabajo y siempre busco crecer-asintió con la cabeza.
Lo miré a los ojos y esbocé una pequeña sonrisa.
-Lo sé.. Lo sé, a pesar de todo siempre buscas crecer, tengo que reconocerlo eh
-Menos mal que por lo menos en algo triunfo, que algo bien hice-se rió.
Salí de la cama para ponerme su camisa de anoche y lo seguí cuando fue a la cocina después de ponerse sus boxers, encendió la cafetera y mientras esperábamos al café hizo tostadas, también dejo cereal y cortó fruta.
-Quiero que comas bien.. Y que comas, no lo olvides-elevó sus cejas y asentí con la cabeza- por lo menos hoy al mediodía puedo controlarte en vivo y en directo
-Tonto-me reí.
Menos mal que tenía hambre, comí un poco de todo y Peter me hizo compañía en todo el momento.
-¿Listo?-él me abrazó por la cintura y me miró a los ojos.
-Lista-le di un golpecito en el hombro-salgamos Pit, tengo que trabajar hasta el mediodía
-Y te atrasé un poco..-él suspiró- perdón
-Da igual, iba a tener que desayunar
Me subí a su auto y él aceleró su motor para traerme a mi casa, lo saludé con un beso en su mejilla, lo vi saludarme con la mano desde lo lejos.
Una vez en mi mini y soñada oficina abrí mi computadora, hoy solo tenía tiempo para hacer home office.

No tuve tiempo ni de cruzar palabras con mis amigas, así que las cite por la noche porque necesitaba contarles pensamientos míos, además, hace bastante no hacíamos algo juntas.
Me puse unos jeans negros y una remera suelta blanca, me maquillé de manera sutil, sencilla, ¿un detalle? Los labios rosa bebé, rosa satinado.
Llegué al piso de Peter y abrí la puerta con mis llaves, lo vi a lo lejos hablar enojado, cuando me vio decidió cortar la llamada.
-¿Pasó algo?-me extrañé, él negó con la cabeza y después se contradijo, terminó asintiendo-¿qué?
-¿Te conté que empecé terapia?-soltó como si nada, me quedé sorprendida.
-No...
-Después de la muerte de mi papá decidí buscar ayuda para poder hacer catarsis, soltar cosas del pasado.. Solo.. Solo estaba hablando con mi terapeuta, él insiste en algo que no es, no entiende que no puede ser una realidad- su voz tembló, otra vez pasó, Peter siempre fue muy seguro de si mismo, pero no era la primera vez que su voz lo traicionaba.
-Qué bueno.. Siempre hay que recurrir a pedir ayuda si uno siente que lo necesita-asentí con la cabeza- me alegra que te este ayudando, aunque termines puteando a tu terapeuta como antes
-Después.. Después le dejo una disculpas..-me respondió eso para nada orgulloso.
Sonó el timbre interrumpiéndonos y cuando Peter abrió la puerta se aparecieron sus clientes, se notaba que eran buenas personas, conmigo habían sido cálidos, aún sin conocerme.
-¡Hola!-Gimena me dio un abrazo, ya había entrado en confianza.
-Hola bella futura novia-Nicolás también me abrazó, sus palabras me resonaron en la cabeza-¡desde ya invítenos al casamiento!
-Sí.. Sí..-respondí para seguir la mentira terrible que habíamos empezado-¿almorzamos? Peter pidió un poco de todo, pollo, carne, papas al horno, ensalada
Todos nos sentamos alrededor de la mesa y Peter se puso a hablar de negocios, yo entendía poco y nada, definitivamente era su área y la arquitectura la mía.
-Hay algo que queríamos contarles, algo que es una realidad..-Peter volvió a mirarme y me sonrió, fue una sonrisa sincera, no fue fingida, forzada, nada de eso, eso todavía me sorprende, lo bien que le sentó la noticia, en vez de haberme abandonado pasados unos días a pesar de todo está bastante presente- junto a Lali estamos esperando dos bebés
La cara de alegría y sorpresa de sus clientes hicieron que también sonriera.
-¡Felicidades!-Nicolás chocó nuestras copas.
-¡Que alegría!-Gimena asintió con la cabeza.
Brindé con alcohol para después terminar rellenando la copa de Peter, no se porqué me puse emocional, me emocioné.
-Son.. Son las hormonas-me excusé, todos nos reímos.
-La emoción y sus hormonas revolucionadas la hace aún más humana, sensible y hermosa de lo que es..-cuando Peter terminó de decir eso justó volteé mi cabeza y nuestra miradas se conectaron, ¿desde cuando es tan así? Tan.. Tan amoroso conmigo, siempre lo fue, pero.. Tal vez el ser papá sí lo esté cambiando, tal vez Peter sí puede cambiar algo de él.
-Se nota mucho el amor que se tienen... Se miran como si aún estuviesen en la etapa inicial del noviazgo-Gimena se rió y le devolví la sonrisa poniéndome nerviosa.
Si tan solo supiera que nunca estuvo tan errada.
-Son dos grandes personas ustedes, se notan que son personas sencillas, que se conocen mucho, se quieren, verlos como una pareja estable y decidida hace que sienta que no estoy equivocándome al elegir la empresa de ustedes, seguro con Peter vamos a trabajar mucho en conjunto-Nicolás asintió con la cabeza y nos sonrió.
Después de escuchar esas palabras me sentí algo mal porque eso no era para nada cierto.
Cambié de tema y tomamos un café con masitas, Peter había encargado mis preferidas, los mini alfajores con dulce de leche, masa sableé y dulce de frambuesa, eran una bomba, no tuve el registro de que comí muchos hasta que no me empezó a doler la panza.
-Mucho azúcar por hoy Peter-me quejé después de que se fueron Nicolás y Gimena, me senté en el sillón- ellos me agradan-cambié de tema- me da penita que hayamos montado una gran mentira solo para que los ganes como clientes..
Peter tomo aire y lo soltó.
-Yo también.. Yo también me siento algo mal ahora, también me agradan.. Pero ya no hay vuelta atrás, ya empezamos con la farsa..-se sentó a mi lado y me rodeó con uno de sus brazos-¿te sentís mal ahora?-acarició mi pancita que estaba hinchada, asentí con la cabeza- ahora te preparo un té de menta, creé que para cuando uno se siente mal es mágico, era la "receta mágica" de mi mamá..
Cuando terminó de decirme eso su mirada se quedó perdida, se puso de pie y se encaminó a la cocina dejándome sola.
Peter no habla mucho de ella, Roberta había fallecido hace tres años atrás, antes que su papá, para él ella lo era todo, mientras que con su papá también se querían pero la relación era rara, algo fría.
Él llegó con una taza y se puso a soplar el té por un ratito, después me la dio.
-No te quemes eh-me lo advirtió, tomé unos sorbos y cuando levanté mi cara lo atrapé mirándome.
-¿Qué?
-Te veo... Te veo distinta... Digo, luminosa.. El embarazo te sienta bien La-elevó sus cejas y me intimidé algo.
-Basta de ser demasiado dulce conmigo-me reí nerviosa- y gracias por el té-le besé la mejilla y me sonrió como un nene feliz.
Después del té Peter me dijo que recostara mi cara sobre sus piernas, me había visto bostezar, últimamente estaba teniendo días raros, en algunos tenía mucha energía, mientras que en otros estaba bastante cansada, él me hizo caricias en la cara y antes de cerrar definitivamente mis ojos besó mi frente.

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