Capítulo 26

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Hola!! No puedo creer lo rápido que vuela el tiempo! Cada vez falta menos para el final de esta historia donde la vida de los protagonistas es como una montaña rusa, gracias por leerme, ahora sí los dejo con el capítulo!

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Por la noche sí fuimos a un restaurante muy Peter, me puse un vestido negro y me pinté los labios de rojo, dejé mi pelo suelto y al natural.
-¿Te diste cuenta?-me preguntó cuando estuvimos en el auto listos para volver al hotel- todo el mundo te escaneó con la mirada
Eso explica bastante el porqué no me dejó sola en ningún momento y me sostuvo todo el tiempo de la mano, ¿puede que haya sentido celos?
-Da igual, si se enteran que estoy embarazada todos salen corriendo y se arrepienten de haberme mirado-me reí- los hombres le escapan al compromiso
Peter elevó sus cejas.
-¿Estás hablando de mi?
-Solo de los hombres, en general.. Vos estás en rehabilitación-también elevé mis cejas y me reí.
-Espero estar mejorando...-él asintió con la cabeza y puso en marcha el motor.
Una vez en el hotel me saqué rápidamente el vestido y me tire de cabeza a la cama, tenía mucho sueño, cansancio, había sido un día intenso por donde se lo mire.
Peter me abrazó recostándose a mi lado y no pude evitar sonreír, estaba viviendo un sueño que nunca creí poder vivir, estábamos intentando realmente que todo funcione.
Cerré mis ojos y me quedé completamente dormida.

El sol entró por la ventana y con eso me estiré abriendo mis ojos, Peter arrastró un carrito con el desayuno, me sonrió.
-Buen día chiquita linda-elevó sus cejas coqueteando conmigo y le hice lugar para que se siente a mi lado, después de poner la bandeja en la cama se sentó, besó mi frente-¿desayunamos? Así hacemos una última caminata antes de irnos
-Ya es Domingo, lo rápido que se pasa el fin de semana, ¡la puta madre!-me quejé y el se rió-¿qué?
-Ey, podemos hacer otra escapada en cualquier otro momento-asintió con la cabeza-ahora abrí tu boca-le hice caso, me puso una tostada untada con dulce- y disfruta de estar los dos solitos, desayunando juntos
Sus ojitos se achinaron al sonreírme.
Nos pusimos a comer algo y tomar mates observando el mar por la ventana, todo eso hasta que el celular de Peter se puso a sonar, ya era muy raro que no le haya prestado atención al teléfono en todo el fin de semana.
Se apartó de mi y atendió, lo noté nervioso, él era muy bueno en su trabajo, cuando realmente trabajaba.
Decidí no hacerme la cabeza, ya le estaba dando mi gota de fe, había saltado en una especie de acantilado sin un parapente, confiando en que no iba a lastimarme.
-¿Vamos a caminar?-me sacó de mis pensamientos, asentí con la cabeza- ponete zapatillas deportivas eh
-Ya papito-elevé mis cejas y nos reímos.
Le hice caso con el asunto de las zapatillas deportivas, me puse un top y unas calzas, cuando estábamos por empezar a caminar Peter se quedó mirándome.
-¿Qué?
-Tu pancita.. Cada día se asoma más-asintió con la cabeza y me sonrió- vamos..
Él estiró su brazo y me agarró la mano, intenté acelerar mis pasos para que ambos vayamos a un mismo ritmo.
Gracias a que caminamos bastante me quedé dormida en el auto cuando salimos a la ruta.
-¿Ya llegamos?-abrí mis ojos lentamente.
-Falta una horita todavía-Peter se rió- pone música, hace lo que quieras
Conecté mi celular a su auto, puse algo que le iba a gustar.
-The kooks-se sorprendió.
-¿Acaso crees que no te conozco?-lo miré con una sonrisa.
A Peter también se le formó una sonrisa en los labios.

Cuando llegamos a la puerta de mi casa eran las siete de la tarde, Peter besó reiteradas veces mi cara mientras me abrazaba, por último mi frente, bajó mi valija y mi bolso, lo saludé con la mano desde la puerta, una vez sola no pude evitar sonreír pensando en el hermoso fin de semana que había pasado, no quería volver a la realidad, pero la realidad me golpeó en la cara cuando tuve que salir corriendo al baño por las malditas nauseas, creí que esa etapa ya había pasado.

Sonó la alarma de mi celular porque era Lunes, me di una ducha rápida y me vestí cómoda, sencilla, tenía que ir a supervisar la obra, y estaba todo lleno de polvo.
Una vez en el departamento me sorprendí al ver lo avanzado que estaba todo, mi gente había estado trabajando parte del Sábado, los felicité a todos y no pude ponerme más feliz, después de tanto la vida me estaba sonriendo.
Por el mediodía me reuní con mis amigas en un bar que tenía un patio interno hermoso, algo de sol en la cara nunca viene mal.
-Estas radiante La-Candela elevó sus cejas sonriéndome.
-Así que te fuiste de viaje con Juanpe..-Eugenia me miró firmemente a los ojos- no me contaste a mi pero si a Candela, ¡todo mal eh!-ella soltó un suspiro después de retarme- si te advierto es porque te quiero
-Igual... Igual todo resultó bien, no lo sé, no te creas el que yo no estaba con miedo, solo.. Decidí apostar a lo que está pasándome con Peter-lo solté de una, mis ojos se pusieron brillosos por la emoción- sé que nunca tuvo que haber pasado, que todo llegó demasiado lejos, pero la realidad es.. La realidad es que lo quiero..
Mis amigas se quedaron mirándome sorprendidas.
-Nunca creí estar viva para escuchar el que lo asumas-Eugenia me dio un abrazo-pero.. Tenes miedo, ¿no?
-Obvio que tiene miedo-Candela se unió al abrazo.
-El miedo siempre está.. Sobre todo cuando se quiere mucho a una persona, tenes miedo a fallarle, a que te falle..-asentí con la cabeza- pero decidí arriesgar y no quedarme con el "que hubiese pasado" y Peter... Peter también quiere intentarlo..
Eso las dejó aún más sorprendidas.
-Que sepa que si se manda una cagada una sola cagada no solo va a recibir otra patada en el culo de Eugenia, también una mía-Candela asintió con la cabeza.
-Cuanta maldad..-elevé mis cejas mirándola- no se portó mal el fin de semana
-Espero que siga así..-Eugenia asintió con la cabeza.
Pedí una copa con muse de chocolate y eso me hizo muy feliz, volví a mi departamento para responder mail, más cerca de la tarde noche compré chipas recién calientes para llevarme a Peter, cuando abrí la puerta de su oficina él levantó su cara para mirarme a los ojos.
-Lali, ella es..-sí, iba a presentarme a otro de sus gatitos, se me revolvió el estómago solo de pensarlo.
No lo dejé hablar que me metí nuevamente en el ascensor, escuché que me llamó antes de que se cierre la puerta, corriendo llegué a mi auto, lo puse en marcha y una vez en la puerta de mi casa me puse a llorar, ¿porqué? ¿Porqué creí que todo iba a resultar bien?
Sintiéndome una idiota me metí en la cama después de desvestirme.
Peter me lo advirtió, el que es una persona que nunca aprende de sus errores, debí hacerle caso, debí impedir que los sentimientos que se agrandaron en mi interior durante nuestro fin de semana juntos no haya crecido, pero me fue imposible, me transformé en otra más de su "club de fans".

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