Capítulo 24

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Terminamos recostados en la cama, yo intentando dormir, aunque la verdad era que no tenía sueño porque había dormido una siesta, cuando volteé para ver a Peter dormido en realidad él estaba despierto.
-¿No podes dormir La?-me habló en voz baja y corrió el pelo de mi cara.
-Ya.. Ya voy a dormirme-solté un suspiro.
-¿Puedo abrazarte? Yo sí tengo sueño, tal vez puedas dormirte conmigo, así..-besó mi frente y siendo débil asentí con la cabeza.
Peter me envolvió entre sus brazos y me sentí rara porque había algo nuevo que estaba pasándome, algo que no tenía que estar pasándome, me gustaba demasiado estar así, que él me mime de otra manera, una manera distinta a la como se la mima a un amigo.
Cerré mis ojos al cabo de un rato largo, tenía que dejar de pensar tanto, tal vez solo tenía que hacer eso, disfrutar del presente, el ahora.

Al despertar lo hice al sentir un besito en la punta de mi nariz, abrí definitivamente mis ojos y me encontré con los verdes de Peter, me sonrió alegre y me agarró de ambas manos estirando mis brazos, elevé mis cejas riéndome.
-¿Qué haces Peter?
Él llevo su boca hacia mi cara y me la llenó de besos, no lo vi venir, todo mi cuerpo se relajó y por un instinto lo abracé por el cuello.
-¿Vamos a desayunar?-lo solté e intenté salir de la cama pero no pude hacerlo porqué él estaba sobre mi-¡ey!-me reí nerviosa.
-¿Mi besito de buenos días? Yo te di varios-sí, me hizo un planteo de un nene caprichoso, elevé mis cejas mirándolo-lo espero...
Besé su mejilla y lo empujé suavemente para que se hiciera a hacia un lado, él terminó alejándose para que pudiera ponerme de pie.
Ambos nos dimos una ducha antes de ir a desayunar, caminamos para ir a un bar sobre la playa, pedí un jugo de naranja, un tostado de jamón y queso, la comida me hizo muy feliz, Peter retrató el momento sacándome una foto.
-Quiero mostrarle a nuestros hijos lo feliz que es su mamá con las cosas simples de la vida-me sonrió y eso me hizo sonreír.
-Te.. ¿Te das cuenta de que cuando me tenes 24 hs cerca tuyo no te mandas cagadas tras cagadas?-elevé mis cejas y él soltó un suspiro, asintió con la cabeza.
-Buena.. Buena observación.. Tal vez sí te necesito todos los días de mi vida conmigo-me sacó las migas que tenía en la boca con una de sus manos, levanté mi mirada para mirarlo a los ojos-¿serías capaz de vivir conmigo? Seguro al segundo día me pegas una patada en el culo como tu amiga Eugenia
Ambos nos reímos.
-Estamos muy muy lejos de algo así, digo.. Vivir juntos-también elevé mis cejas- somos muy distintos, queremos y tenemos prioridades distintas, solo nos unen nuestros bebitos
-Y nuestra amistad-Peter agregó eso y por primera vez en la vida ese título me hizo ruido.
-Ya que estamos hablando de varios temas, ¿qué pensas de nosotros?-me quedé mirándolo expectante a su respuesta.
-Nosotros..-tomó aire y lo soltó- tenemos mucha historia juntos.. Siempre estuvimos para el otro, siempre nos quisimos.. Somos dos personas que a pesar de ser muy distintas.. A pesar de eso nos complementamos..-él esbozó una pequeña sonrisa y me acarició la cara- sos mi persona preciada del mundo mundial
Esas últimas palabras me generaron felicidad, había sonado tan dulce, tan hermoso, que me dieron ganas de besarlo, pero me reprimí, tenía que dejar de atravesar la barrera que había atravesado por error.
-Ahora es cuando me respondes "sí Peter, vos también lo sos"-elevó sus cejas y me hizo reír.
-Tarado-le di un golpecito en el hombro después de darme cuenta de que se había acercado mucho a mi- bueno, ¿caminamos?
Él asintió con la cabeza, pagamos y nos pusimos a caminar por la orilla de la playa, era un día hermoso, Peter estiró su brazo y agarró mi mano con la suya, otra vez éramos él y yo pareciendo una pareja consolidada de años.
Entonces recordé que iba a dejar de pensar en todo y me encargué de disfrutar el momento.
Metí mis pies en el agua, sea la estación que sea siempre hacía eso.
-Estas loca-Peter se rió al verme con los pies llenos de arena.
-Hacelo, vas a sentir un cambio de energía distinto, amigate con la naturaleza-lo miré a los ojos- no está fría
-Bueno...-él dudó y me hizo caso, se sacó sus zapatos- hija de puta-se quejó y me reí de su suficiente-¡corré!
Le presté atención a su advertencia e hice lo que me dijo, me puse a correr por la orilla hasta que Peter me atrapó, nos caímos ambos al suelo, sobre la arena, nuestras narices se rozaron.
-Últimamente no entiendo porque hago todo lo que estoy haciendo.. Las cosas buenas y las cosas malas-rozó suavemente su nariz con la mía mirándome a los ojos- pero si de algo estoy seguro es que algo me pasa, y me da terror, quiero dar un paso y animarme a ir hacia adelante, pero.. Sé que voy a seguir siendo la misma persona que comete error tras error, creé que no quiero hacerte mal Lali... No quiero..-su respiración se aceleró después de decirme eso último, todo lo que salió de su boca me sorprendió.
-Peter.. ¿Qué?-lo miré a los ojos tratando de procesar sus palabras, me puse nerviosa cuando acarició mis labios con uno de sus dedos.
-Me atraes Lali.. Lo haces como una mujer atrae a un hombre.. Y esta terriblemente mal, no quiero seguir mezclando las cosas pero me es inevitable, quiero besarte ahora mismo... Mucho..
Todo mi cuerpo se revolucionó, mi cabeza nuevamente se puso a pensar en mil cosas para responderle, pero lo que hice hizo que me desconociera a mi misma.
Lo besé, lo besé de manera distinta, dulcemente, agarré su cara entre mis manos, su respiración terminó agitándose como la mía, entonces supe que tenía que separarme un poco.
-Esta muy mal... Pero tenemos un problema enorme... Yo tampoco.. Yo tampoco quiero parar Peter-la voz me tembló del nerviosismo.
Hablé y me sentí desnuda, asumí lo que por mucho tiempo traté de negarme, siempre quise a Juan Pedro Lanzani, siempre me atrajo, a pesar del desastre de persona que es siempre fue él.
Quise esconderme porque seguro mis ojos estaban brillantes de la emoción de que sea recíproco, entonces escondí mi cara debajo de su cuello, Peter me abrazó con sus brazos y nos quedamos así, recostados en la arena, sin soltarnos.
-No quiero... No quiero lastimarte Lali-levantó mi cara con su mano- antes de hacerlo me mato, prefiero morirme, y eso por eso que no quiero arriesgar lo más hermoso que tengo, nuestra amistad.. Así que voy a poner toda mi fuerza, toda mi energía para ponerme un límite..
¿Escuché mal o dijo que iba a ponerse un límite?
Es la primera vez en su vida que dice algo así.
-Es... Es que te quiero tanto, solo por vos soy capaz de hacer algo así La-noté un quiebre en su voz, eso sí que fue algo nuevo.
-Sos... Estas siendo cobarde Peter-quién levantó su cara con mi mano esta vez fui yo-¿qué si arriesgas? ¿Y sí arriesgamos? Tal vez todo puede salir muy bien..
-O muy mal..-él me respondió eso triste, noté tristeza en sus ojos- lo sabes La, hay más probabilidades de que todo salga mal que bien
Él fue él que ahora escondió su cara en mi cuello, tomé aire y solté un suspiro.
-Somos tan jodidos los seres humanos..
-Lo somos-él asintió con la cabeza.
Después de quedarnos un rato más así me hice hacia un lado.
-Voy a.. Voy a seguir caminando.. Sola..-se lo aclaré, cuando nos miramos supe que después de lo que había pasado no había vuelta atrás, que se produjo un quiebre.
Enojada con toda la situación me alejé de Peter, él había decidido darse por vencido antes de intentarlo, lo cual me generó una angustia, se me formó un nudo en la garganta, yo siempre había sido una persona que lucho por ganarse un lugar en el mundo, en todos los ámbitos habidos y por haber, tal vez quién tendría que arriesgar de entrada tenía que se yo, es por eso que volví caminando hasta donde estaba Peter, él estaba chocando su cara contra el volante, me metí en el auto bruscamente, él se asustó, lo miré a los ojos con decisión y lo besé.
-Juan Pedro, vos no podes decidir por mi, tal vez sea un error, tal vez no.. Pero elijo arriesgar Peter, quiero ver que me pasa, que está pasándome-asentí con la cabeza, él se quedó mudo, reaccionó tarde y me abrazo.

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