›[Ven]‹

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—Residencia Jackson, Honolulu—









Tengan cuidado, chicos —les dijo Kono por el intercomunicador.

Steve avanzó a pasos ligeros por el pasillo de la casa en la que estaba junto con Chin mientras otros oficiales se metían por la parte trasera. Sus armas en mano listas para disparar se mantenían arriba mientras avanzaban.

—¿Estás segura de que era aquí? —Preguntó Chin.

¿Te recuerdo con quién hablas, primo?

—La casa parece vacía —agregó Steve llegando a los cuartos—. ¿Sabían que vendríamos?

—Ellos están ahí. Jamás salieron —inquirió Jenna.

Después de encontrarse con las habitaciones vacías, regresaron con los demás oficiales.

—Todo está limpio. Talvez...

Las palabras de Chin se cortaron por la lluvia de balas que salieron disparadas del suelo hiriendo a más de uno.

—¡Están abajo! —Gritó Steve alejándose con Chin herido.

Varios de los oficiales dispararon en respuesta hasta que las balas ya no regresaron. Lentamente bajaron hasta lo que parecía ser un sótano oculto por un librero viejo encontrándose con tres cuerpos tirados en el suelo, además de todo un laboratorio improvisado.

¿Qué hay? —Preguntó Chin desde el piso de la sala.

—Un laboratorio de metanfetamina.

—Oye, uno está vivo —le llamó uno de los oficiales a Steve.

—Llévenselo, y a mi compañero. Revisaremos aquí.

Con eso dicho, se quedaron él y dos oficiales más de otro grupo a revisar el lugar. Si bien parecía un laboratorio de metanfetamina normal, también parecía que habían usado mucho material.

—McGarrett —lo llamó uno de los oficiales señalando una puerta.

Abrió la puerta para después levantar su arma junto con las de los otros oficiales, pero sólo encontraron grandes cajas que al abrirlas estaban al borde de droga.

—Es demasiada metanfetamina —susurró.

Parece que no eran como los ineptos con los que siempre nos topamos —comentó Jenna.

Según reportes de narcóticos, se ha encontrado mucha droga por las calles en estos días —informaba Kono—. Normalmente en fiestas o en drogadictos de la calle.

—Informen al jefe.








Departamento de Policía de Honolulu—







—Todos los datos concuerdan, jefe —habló de nuevo Kono soltando sus fideos—. Ese Williams está proveyendo a vendedores callejeros y a los clubes de todo Hawaii. Eso explica el aumento de sus ganancias en su empresa.

—No podemos precipitarnos, oficial Kalakua. Si bien es el sospechoso principal, no podemos lanzarnos al mar sin salvavidas. Tenemos que tener pruebas sólidas y para ello ya tenemos un plan. Solo debemos ser pacientes. ¿Ya hicieron lo que les pedí?

—Sí. —Jenna le entregó un sobre antes de seguir comiendo su almuerzo—. Todo está ahí.

—Perfecto. —Revisó lo que Jenna le había dado y después volvió a verlos—. Con mi nueva identidad que será agregada al sistema, podré infiltrarme en la organización de Danny Williams para mañana.

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora