›[Una fuga]‹

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Dos días después...






—Residencia Williams, Honolulu—







—¿Te gusta la vista, cariño? —Jadeaba Danny de espaldas a Steve mientras lo montaba.

El mencionado intentaba mirar hacia otro lado que no fuera el trasero que brincaba sobre él haciéndolo estremecer. Y aunque no quería admitirlo, la vista era hipnótica. Osea, ¿qué hombre tendría glúteos tan redondos y prominentes? Eso no debía ser natural.

Ambos compartían jadeos cada vez más fuertes hasta llegar al deseado orgasmo. El rubio bajó de Steve para sentarse en la orilla de la cama y beber de su típico vino.

—No estaré en Hawaii por unos días —anunció serio mientras el otro se vestía—. Tengo asuntos que atender fuera de la isla.

—Supongo que deben ser importantes —comentó colocándose las botas.

El rubio, aún desnudo, gateó sobre la cama y se colocó detrás de él pegado a su espalda.

—Es una lástima que no pueda llevarte. Me perderé de muchos días sin sentir esto dentro de mí. —Le tomó el miembro sobre la ropa sobresaltando al moreno.

—Jefe. —Entró Adam sin previo aviso.

—Adam, ¿qué te he dicho de entrar sin tocar? —Lo miró serio mientras acariciaba el bulto del castaño, quien mantenía los ojos cerrados.

—Es importante.

Miró rápidamente a Steve y entonces suspiró.

—Bien, enseguida voy. —Dicho eso, Adam los volvió a dejar solos—. Te veo en unos días, McGarrett. Y más vale que te guardes muy bien para mí, porque regresaré con un gran apetito.

Le guiñó un ojo antes de que Steve saliera de la habitación y, por consiguiente, de la mansión. Siempre cuidadoso de que nadie se diera cuenta de su presencia en ese lugar.

En el camino, no podía evitar sonreír aliviado. A pesar de que no había podido reparar las cosas con Lynn, el hecho de no volver a ver a ese mafioso en unos días le había cambiado el humor. Además de que no tendría que mentir sobre lo que hacía en ese período de tiempo. En especial a Kono.

Hasta el momento no habían sospechado nada de él, pero siempre hay un ojo que todo lo ve... y esperaba estar escondiéndose bien de ese ojo.

Al menos la noche le ayudaba a pasar más desapercibido.

Ni siquiera se preocupaba por hacer ruido al entrar a su casa, pues su novia había decidido quedarse con una amiga. Parecía que todo estaba a su favor. Incluso la mejoría de Mary, que ese mismo día por la mañana había empezado a responder al medicamento.

Todo iba bien.










Al día siguiente...








—Departamento de Policía de Honolulu—










—No puede ser —repitió Chin sobándose el puente de la nariz.

—¿Es en serio, Kono? —Preguntó Steve incrédulo.

—Hasta yo sigo escéptica —agregó Jenna con los brazos cruzados.

—Es en serio. Tener sexo con calcetines aumenta el efecto del orgasmo.

—¿Y tú cómo sabes? —Preguntó de nuevo Steve.

—Solo diré que le saqué provecho a mi último novio. —Levantó sus hombros con un gesto inocente en el rostro.

—Yo no tenía que saber esto —agregó Chin antes de irse a su oficina.

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora