El Trato - Fanfic McDanno

›[Mentiras]‹

Al día siguiente...

—Departamento de Policía de Honolulu—

"¿Qué se supone que le voy a decir?" pensaba de camino a su trabajo.

Chin querría respuestas y él no sabía qué decirle. Era evidente que debía mentirle, pero qué clase de mentira debía decir. Se sentía la peor basura del mundo. Le mentía al departamento, a su equipo, a sus jefes, a sus amigos.

"Sí soy una basura", pensaba estacionándose y tirando la cabeza hacia atrás.

Al entrar, Kono y Jenna estaba terminando su papeleo de casos anteriores. Jenna le dio una mirada rápida con un leve saludo con la cabeza y Kono agitó la mano con su natural entusiasmo antes de continuar con lo suyo. Chin no parecía estar.

"Talvez está intercambiando información con Meka", pensó un poco aliviado. Su ausencia le daba tiempo de pensar en cómo mentirle.

—Hola, Steve —saludó Chin apareciendo detrás de él, asustándolo.

—Hey, hola. Creí que no estabas —dijo un poco nervioso.

—Fui temprano a ver a Meka —respondió con voz baja—. Tenemos buena información, pero lo hablaremos por la tarde. Ahí mismo me dices qué averiguaste de lo que te encargué.

Aquello lo llenó de ansiedad de nuevo. Tenía que pensar más rápido.

—Oye, Chin. Les ha llegado un nuevo caso —decía Kaleo entregándole unos papeles—. Es de un asesinato en Waimanalo.

—Iremos de inmediato —contestó tomando la carpeta—. Ya oyeron, chicos. Vámonos.

~...~

—Ese caso no fue tan difícil de resolver —suspiró Kono sentándose en una silla frente al escritorio de Chin.

—En la mayoría de casos, el asesino siempre es alguien cercano —agregó Jenna sentándose en la otra silla.

—Pero, ¿su propio amigo? —Soltó aún sin creerlo—. Se supone que es alguien en quien confías.

—No todos los amigos son amigos, prima. —Entró Chin cerrando la puerta de su oficina.

Steve, que solo las escuchaba, se quedó con el sentimiento de culpa aún más marcado que antes.

—¿Y bien, primo? ¿Qué tienes para nosotros? —Preguntó Kono con curiosidad.

—Bueno, al parecer a Meka lo tenían protegiendo uno de los laboratorios más grandes de Williams aquí en la isla —empezó entregándoles una carpeta con toda la información que poseía—. Me dio la ubicación del de donde él está y otro, los cuales iremos a catear mañana. Quería informarles primero y formar los grupos con los que irán.

—¡Qué emocionante! —Exclamó Kono.

—Veamos... Kono y Jenna irán a la costa norte a revisar unos almacenes abandonados.

—¡Sí! —Soltó Kono—. No te preocupes, Jenna, te protegeré con mi vida.

La mencionada rodó los ojos divertida.

—Y Steve y yo iremos a una tienda local cerca del centro en donde está Meka.

—Pero, podríamos botar su pantalla —dijo Steve.

—No te preocupes. Él no estará mañana. Lo moverán a otro laboratorio. Es por eso que mañana es el día perfecto para atacar sin que él salga afectado —explicó Chin sentado sobre su escritorio.