›[En pedazos]‹

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—Departamento de Policía de Honolulu—










"—Ah... Steve..." seguía recordando con la mirada perdida en su computadora. "—Sigue..."

Un golpe en seco en su escritorio lo devolvió a la realidad.

—Tierra a Steve —habló Kono tomando una silla para sentarse a un lado del escritorio.

—Lo siento. ¿Me decías algo?

—Has estado raro estos días. ¿Seguro que estás bien?

—Sí. Estoy bien, tranquila.

—¿Seguro? Talvez debiste tomarte la semana entera —decía insegura de su respuesta.

—Se acerca Navidad, Kono. Pronto tendremos vacaciones, así que no necesito pedir más días libres.

—Hablando de eso, ¿ya pensaste bien qué harás?

—Pues, para entonces Mary ya estará en casa. —Le dio una mirada de reojo a la chica—. ¿Te parece una fiesta en mi casa?

—¿En serio? Creí que nunca lo dirías —decía emocionada—. Tendremos que llevar mucha cerveza, aunque Mary no podrá beber nada hasta que se recupere.

—Más le vale que no beba o la internaré en el hospital de nuevo —dijo divertido.

—¿Cómo ha manejado lo que le pasó?

—Ya lo ha digerido bien. Al principio, sí fue una tremenda sorpresa, pero ha logrado sobrellevarlo.

—Es una McGarrett. Ustedes parecen ser hechos de acero.

—Te recuerdo que no soy Superman.

—Pero lo pareces —agregó ganándose una risa del moreno—. Por cierto, ¿qué hay del préstamo?

—¿Qué hay con eso?

—Dijiste que lo debías. ¿Te lo darán pronto?

—Oh, sí. Me lo darán hoy, así que básicamente soy libre de esas deudas —suspiró.

—No te metiste en nada malo, ¿verdad?

Kono no era tonta. De alguna forma, podía ver o sentir las preocupaciones de su amigo.

—Para nada. No te preocupes por mí —le dijo totalmente seguro.

—Hola, chicos —saludó Chin seguido de un hombre robusto y cabello y barba larga—. Les presento a mi ex compañero y buen amigo, Jerry Ortega.

—Un gusto —saludó sacudiendo levemente una mano—. Chin ya me puso al tanto. Se ve que es un caso fuerte.

—Y difícil —agregó Kono—, pero confiamos en ti, Jerry.

—Han dicho que eres bueno con la tecnología, ¿qué tan cierto es? —Preguntó Steve.

—Una vez hackeé el sistema de navegación de aviones como un proyecto de investigación personal sobre la desaparición de aeronaves causada por naves espaciales y portales interdimensionales.

Todos quedaron en silencio.

—Les dije que era un paranoico buscador de conspiraciones —recalcó Kono divertida.

—Bien. Es hora de trabajar, amigo. Te daré un espacio en mi oficina —decía Chin guiando a su amigo.

—Oye, ¿y me darán una placa?

—Ya te dije que eres un consultor, Jerry.

—Pero puedo tener una placa de consultor, ¿no? —Insistió hasta que ambos hombres se alejaron discutiendo.

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora