›[Caso Noshimuri]‹

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—Departamento de Policía de Honolulu—











"Voy a terminar muerto con ese hombre", pensaba mientras entraba a la estación.

En cuanto llegó a su escritorio se dejó caer para descansar los ojos un poco.

—¿Mucha acción anoche? —Preguntó Kono coqueta.

—Algo así —suspiró.

—Te lo mereces. Oye, ¿cómo va Mary?

—Pues, aún no la dan de alta. La dra. Malia quiere estar totalmente segura de que su salud esté completamente mejorada antes de todo.

—Aún no quepo de la emoción. Finalmente despertó —decía emocionada y reprimiendo un chillido.

—Yo también estoy muy feliz, Kono. Sabía que no podía desistir con el tratamiento.

—Y tenías razón. Aunque... hubo algo que no quise preguntar antes... ¿Cómo conseguiste el dinero que te hacía falta? —Preguntó con curiosidad.

—Uhm, yo... Tuve que cobrar un par de favores —mintió algo nervioso.

—¿Y por qué no nos dijiste? Te hubiéramos apoyado.

—No quería molestarlos, Kono. Era demasiado dinero y lo necesitaba rápido —decía decepcionado de sí mismo—. Pero no te preocupes, el banco me dará el dinero la próxima semana y le pagaré a cada uno.

Lo observó por unos segundos, con algo de inquietud. Sabía que había algo que no quería decirle, pero simplemente sonrió.

—Está bien. Confío en ti.

Esas palabras jamás le habían dolido tanto.

—Oye, ¿ya se supo algo de lo que encontramos? —Preguntó en voz baja.

—Oh, sí. Chin dijo que hablaríamos de eso en cuanto él viniera.

—Bien. Creo que tengo algunos informes que terminar del vaso de ayer —dijo revisando unas carpetas que estaban en su escritorio.

—Yo también tengo un par. Hablamos después.

En cuanto la chica se fue, pudo respirar con más calma. Sus mentiras crecían cada vez más así como su culpa. Y sin embargo, jamás dio marcha atrás.








~...~













—¿Qué fue lo que descubriste? —Preguntó Jenna cuando ya todos estaban dentro de la oficina de Chin.

—Estuve revisando los micrófonos estos dos días y descubrí un firewall que protege la ubicación de donde envían la señal. Estuve tratando de descifrarlo, pero no pude hacer mucho.

—Intenté ayudar pero fue una pérdida de tiempo —agregó Jenna.

—No son estúpidos —dijo Steve molesto—. Saben que los encontraríamos tarde o temprano.

—Es claro. Al descubrir a Meka, nos descubrieron a todos y sabían que en algún momento llegaríamos a la casa y diríamos algo conveniente para ellos.

—Aún así, no pudimos sacarle nada. La señal que emite rebota a miles de servidores en la isla. Podrían estar vinculados a un teléfono, una computadora, cualquier cosa con internet —decía Jenna revisando su computadora.

—Tampoco tenía huellas ni ningún otra cosa que pudiera ayudar, como cera de oído o algún cabello perdido —agregó Kono viendo los informes del laboratorio cuando se le ocurrió una idea—. Oye, ¿y si le pedimos ayuda a ese amigo tuyo que dijiste era bueno con las computadoras? ¿Jason? ¿Jordan?

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora