›[Buenas noticias]‹

74 15 0
                                    

—Costa Norte, Oahu—







—¿Están todos en sus posiciones? —Preguntó Chin por el intercomunicador a los demás oficiales que habían ido con ellos, entre los cuales, estaba Kaleo, cubriendo los alrededores de las instalaciones para evitar que escapara alguien, o más bien, para ayudarles a escapar.

Todos en posición —contestó Kaleo quien cubría una de las salidas de atrás junto a Steve.

—Bien. Recuerden: esto se hará por las buenas, pero si alguien quiere huir, atrápenlo —agregó Chin.

Los demás oficiales respondieron con un Sí, señor. Dicho eso, Chin avanzó con varios oficiales armados en la entrada principal.

—Disculpe, ¿qué están haciendo aquí? —Apareció en su encuentro el encargado del lugar.

—Tenemos una orden de cateo para revisar sus instalaciones —dijo Chin dándole el papel al otro hombre.

—Disculpe, pero tendré que avisarle al jefe sobre esto.

—Avísele. Mientras, comenzaremos con lo nuestro.

El hombre movió la mano en el aire como señal a los demás oficiales para que empezaran con la inspección.

Steve y los demás oficiales se mantenían alerta del otro lado en caso de que a alguien se le ocurriera huir.

—¿Están seguros de que aquí hay algo? —Preguntó Kaleo en voz baja.

—Una fuente anónima nos lo dijo —mintió.

—¿Ahora creen en lo que cada idiota por ahí pueda decir? —Se burló.

—Había evidencia que sustentaba sus palabras. Pero gracias a tu reacción, me doy cuenta de que esa fuente tenía razón —siguió su propio juego viendo que el otro hacía una mueca de molestia para después alejarse.

"Bien hecho, McGarrett. Cada día te vuelves más bueno mintiendo", se felicitó a sí mismo.

De repente, empezaron a escucharse balazos dentro del lugar.

—Ustedes dos, vayan a apoyar al frente —ordenó Steve.

—No. El oficial Kelly ordenó quedarnos aquí y eso haremos —contradijo Kaleo.

—Pueden estar en desventaja, estaremos bien si mandamos a dos más para apoyar —agregó el moreno.

—Te recuerdo, novato, que no estás al mando —dijo con aires de grandeza y seriedad.

—Y yo te recuerdo que esta misión es de mi equipo, por lo tanto, el mando es mío —sentenció callándolo de una y habiendo creado un momento muy tenso entre ambos.

Steve les dio una mirada a los dos policías que no sabían a quién hacerle caso, y luego de esa mirada se fueron rápidamente. Sin dirigirle la mirada de nuevo, Steve se mantuvo alerta viendo a la salida con el arma en alto hasta que aparecieron tres hombres apurados por huir.

—¡Policía de Honolulu! ¡Alto! —Exclamó y los hombres no tuvieron de otra más que obedecer.

El tiroteo dentro había cesado, y habiendo esposado a los tres hombres. Steve entró por la salida junto a Kaleo y, luego de unos segundos que cruzaron un corto pasillo, se encontraron con otro gran laboratorio de metanfetamina.

—Se perdieron la acción —Se burló Chin—. Al parecer, mantenían esto escondido con la fachada de bodega.

—¿Algún herido? —Preguntó Steve.

—Dos pero nada grave —dijo viendo a dos oficiales recostados en el suelo, uno de ellos era uno de los que había mandado—. Gracias por haber enviado a ese par de oficiales. Eran demasiados para nosotros.

—Algo me decía que los necesitaban más que nosotros —dijo sintiéndose bien por haberlo hecho.

—¿Capturaron a alguien?

—Tres hombres intentaron huir por una de las salidas, pero los atrapamos —informó el moreno.

—Detective Chin. —Se acercó otro oficial—. Capturamos a dos que huían por el techo.

—Bien hecho. Llévenlos a la estación —ordenó antes de ver a los otros dos hombres—. Ustedes también. Hiciste un buen trabajo, Steve.

El mencionado asintió y junto con Kaleo se dieron la vuelta para irse por la salida de nuevo.

—Ten cuidado con lo que haces, McGarrett. Ya estás atento a las consecuencias —le susurró el hombre antes de adelantarse y salir.

Steve apretó sus puños para calmarse; no podía darse el lujo de mostrarle que sus palabras le afectaban.

En ese momento, recibió un mensaje.

Dra. Malia:

«Buenas noticias, oficial McGarrett. Su hermana abrió los ojos».

Aquello lo había dejado atónito por unos segundos para después salir corriendo a una patrulla y conducir directamente al hospital sin siquiera pedir permiso.









—Centro Médico The Queen's—









—¡Dra. Malia! —La llamó cuando la vio en recepción.

—Oficial McGarrett —lo saludó con una leve sonrisa.

—¿Puedo verla?

—Sí, pero quiero aclararle que solo fue un momento antes de que se volviera a dormir.

—Es más que suficiente —decía feliz y yendo a buscarla.

De nuevo, vio a su hermana en la misma situación que hace meses, y, a pesar de eso, se sentía con esperanza renovadas. Ni siquiera se había dado cuenta que estaba derramando un par de lágrimas.

—Lo estás haciendo bien, Mary. Lo sabía —decía con la voz rota, tomándole la mano y dándole un tierno beso—. Esa es mi hermanita. Sabía que podías hacerlo.

Una lágrima corrió por la mejilla de la chica y Steve se sintió aún más feliz que antes.

—Sigue así. Yo estoy contigo. Jamás te dejaré sola —le decía sujetando con firmeza su mano.

Un nuevo mensaje sonó.

Número desconocido:

«Ven por la noche».

Tanta era su felicidad que ni siquiera se preocupó en tomarle importancia al mensaje y se concentró en admirar a su hermana.

—Valió la pena... —susurró convencido.

Se limpió la cara, se despidió de Mary con un pequeño beso en la frente y regresó a la estación a contar la noticia a sus compañeros.

—¡No te lo creo! —Chilló Kono.

—Felicidades, amigo —le dijo Chin realmente feliz por el otro.

—Me alegra, compañero —agregó Jenna.

—¡Lo sabía! Mary es toda una McGarrett —decía Kono abrazando al moreno.

—Gracias, amigos. Sin ustedes, me hubiera vuelto loco.

—Loco ya estás —dijo Kono revolviéndole el cabello corto y ganándose las risas del resto del equipo.










________________________________________



Se me olvidó subirlo, lo siento T-T










KattaLuna🌙

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora