›[(Des) ventaja]‹

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—Residencia McGarrett, Honolulu—







Silencio. Puro silencio.

No.

Olas. Se escuchaban olas.

Mareado y desorientado, se intentó mover pero fue detenido por un dolor intenso en su espalda baja y en su trasero.

—Pero ¿qué...?

Gruñendo por la tremenda molestia, rodó sobre sí mismo para quedar boca arriba, dándose cuenta que estaba en su habitación. Fue entonces que abrió los ojos completamente horrorizado.

Vagas imágenes fugaces cruzaron la mente del hombre. Algunas más claras que otras. Meka siendo asesinado por el rubio era una de las más lúcidas. La mirada de terror en el otro hombre parecía una pesadilla que desde ese día no lo dejaría dormir en paz. Había muerto frente a él pidiendo que las palabras del rubio no fueran reales, y no pudo evitar sentirse la razón de ese trágico final. Después de todo, no había podido hacer nada por su jefe. Se preguntaba si sus otros compañeros ya sabían y eso le causaba más aflicción. Tener que fingir que era una gran sorpresa para él cuando tuvo que verlo en vivo y en directo.

Lo demás era bastante confuso. En muchas parecía estar jadeando, pero todas tenían algo en común: estaba en una cama. Había una sensación diferente; extraña más bien.

"—Danny..." recordó quedándose igual de confundido.

Lo que lo tenía aún más confundido era el por qué seguía vivo.

Él había "traicionado" a Williams. Le había mentido. No creía que su venganza fuera un par de golpes y lo dejara vivir como si nada. Había matado a su jefe frente a él sin rodeos, ¿por qué lo dejaría vivo a él?

Se obligó a hacer todo eso de lado y se propuso a levantarse de la cama, lo cual terminó siendo un caos gracias al exagerado dolor que le atravesaba la espalda baja.

—¿Acaso me habrá golpeado? —Se preguntaba mientras avanzaba con cuidado al baño.

Entonces, recibió una llamada, notando que ya eran las nueve de la mañana.

—McGarrett —contestó con tono de molestia.

—¡Steve! ¡¿Dónde carajos estás?! —Era Kono aparentemente preocupada.

—Tranquila, estoy en casa. ¿Qué ocurre?

—Es Meka... —susurró con la voz rota.

"Ya se enteraron..."

—¿Qué pasó con él? —Preguntó y recibió silencio—. Kono, habla.

—Lo descubrieron...

—¿Qué? ¿Cómo pasó? —Preguntó haciendo el sorprendido.

—Nadie sabe. Encontramos su cuerpo en... Lo siento, no puedo —dijo y entonces alguien más tomó el celular.

—Hola, Steve. Soy Chin. Será mejor... que vengas.

—Estaré ahí en diez minutos.

Habló más rápido de lo que pensó pues otro espasmo de dolor lo aprisionó en la misma posición por unos cinco minutos.

—Te esperamos.

Luego de colgar, se apresuró tanto como pudo y, al ir en su auto, se puso a pensar en una buena excusa para su extraña forma de caminar.














—Departamento de Policía de Honolulu—












—Esto es una barbarie —oía decir mientras entraba.

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora