Capítulo 12

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Alice se sobresalto al sentir unos pasos del otro lado de la puerta, había pasado mucho tiempo dormitando junto a ella, así que se levantó rápidamente y camino a tientas hasta la cama, cuando logro sentarse en ella, sintió la puerta abrirse bruscamente.

-Ya se despertó la bella durmiente – Dijo una estruendosa voz con sarcasmo – Aquí tiene el desayuno, espero que sea agradable para la princesa.

Ella se acurrucó en una esquina de la cama asustada, estaba muy confundida, no sabía quien era esa persona.

-Por favor, déjeme ir – Pregunta entre lágrimas.

Él hombre no respondió nada, y ella se quedó estática en su lugar al sentir la fuerza con la que fue cerrada la puerta.

No podía ver nada, al principio pensó que se debía a que la habitación estaba cerrada, pero al llegar ese hombre se dio cuánta de que algo andaba mal, ni siquiera podía el rostro de la persona que tenía cerca, todo estaba sumido en la oscuridad, estaba aterrada con la idea de estar ciega, de no volver a ver a Razvan, y a su familia.

Dereck se paseaba desesperado, como león enjaulado, por su despacho preguntándose una y otra vez, ¿Por qué no había acabado con ella, cuando tuvo la oportunidad de hacerlo? ¿Por qué había permitido que la secuestraran?

Hoy se arrepentía de no haber actuado de manera drástica en su contra en el pasado, imponiéndole lo que se merecía en ese momento, la pena de muerte por su alta traición. En lugar de ello, había sido condescendiente con ella, debido a que su padre había intervenido a su favor, suplicándole que le respetará la vida. Y él había escuchado su petición, ya que su padre era un gran amigo, pero esta vez no iba a dejar pasar por alto su osadía, y la haría pagar por todos sus crímenes.

Solo él parecía tener en sus manos la solución de esa situación, y no sabía que tan bueno era eso, porque sabía que de Tiffany se podía esperar cualquier cosa, ya que ella no se caracterizaba por jugar limpio.

Toda la situación y la preocupación de no saber cómo y donde se encontraba Alice estaba causando estragos en él, le mortificaba saber que por su culpa ella estaba en esa situación tan deplorable, y que debido a ello su familia se estaba desmoronando. Pero lo que más le mortificaba era que ninguno de los esfuerzos, ni la búsqueda que estaba realizando para encontrarla estaban dando resultados.

Sumándose a eso, le preocupaba en sobremanera la salud de su esposa; Kylie venía presentando serios indicios de depresión, estaba retraída y llorando todo el tiempo. Y sí seguía comportándose como lo venía haciendo, terminaría por enfermarse y eso era lo que él menos quería en esos momentos, por eso, había decidido llamar inmediatamente al doctor para que le aplicara un sedante y así ella pudiera descansar, ya qué desde que se habían enterado de la noticia no había quien la consolara. Ni siquiera nuestras hermanas que trataban de darle voz de aliento habían logrado calmarla. Aunque ellas no estuvieran mejor que Kylie con la noticia.

-Dereck, prométeme que traerás a nuestra bebé a casa – Le rogó entre lágrimas, antes de que el sedante hiciera efecto. Y él no hizo más que prometerle una y otra vez que Alice regresaría sana y salva.

Promesa que él pensaba cumplir, porque no iba a descansar hasta ver a su hija nuevamente, así le tocará levantar hasta la última piedra del último rincón del jodido mundo.

Todos su hombres incluidos Alec y sus sobrinos; James y Jamie se encontraban buscándola por todos lados, sabía de antemano que no había sido sacada de Seattle y sus alrededores, así que era imposible no dar con ella.

(...)

-Yo creería que deberías pensar mejor lo...

-Ashley, ¿Ya vas a empezar? – Le pregunto con fastidio – No me puedes ver de buen humor, porque enseguida me lo arruinas.

SIEMPRE HAS SIDO TÚ (Saga Gemel@s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora