Cap. 23

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Lay esperó a que ella dijera algo. Pero no lo hizo. Él podía sentir su corazón latir como loco por una respuesta de su parte. Pero entonces sintió como ella se abrazaba más a él y temblaba levemente. Levantó la cabeza para mirarla y Minah estaba completamente dormida.
- Diablos... - murmuró.
Volvió a apoyar la cabeza en la almohada y siguió pensando. Tal vez era mejor que ella no lo supiera, por eso no lo había escuchado.
Suspiró levemente al pensar en que hubiese pasado si ella estaba despierta. Tal vez se hubiese ido, quizás le hubiese correspondido. Pero la idea de su rechazo lo atormentaba.
Él prefería mil veces tenerla cerca como a una amiga. Que lejos como a nada. De apoco sus ojos se fueron cerrando, para terminar dormido gracias al sonido de la lluvia.
Una larga semana pasó, desde la repentina muerte de Eunji. Minah no había vuelto llorar por ella. Lay estaba preocupado por ello. Al parecer ella había decidido cerrar su herida de antemano.
Las cosas volvían a ser como las de antes. Aunque ahora Lay no era el único hombre en el pequeño grupo. Kai había estado un poco arisco los primeros días en que Lay estaba todo el tiempo con ellos. Pero después comenzó a darse cuenta de cuantas cosas en común tenían con él. Iban a ser buenos amigos.
Minah había dejado su trabajo en el bar, ya que su hermano casi la había obligado a hacerlo. Minho quería que ella solo se concentrara en estudiar como su mamá quería. Además que solo quedaban dos meses de clases.
- Minah, ¿me pasas eso? - le dijo Hyeri mientras las dos terminaban de recortar las fotos para el anuario escolar.
- ¿Estas segura de que esta bien hacer esto? - le preguntó la castaña.
- Muy segura, que mejor que dedicarle dos paginas enteras a Hanni. ¿No crees que estará contenta cuando lo vea?
- Y si, pero no creo que quiera ver esto - dijo ella y le mostró la foto de Hanni en ropa interior, sin maquillaje y despeinada.
- Si, ella quiere verlo - dijo divertida la rubia, si, otra vez rubia.
Rieron divertidas y siguieron recortando las fotos. Faltaban dos meses para que las clases terminaran y con ello venía la fiesta y el baile de graduación.
- Oye, ¿Ya te invitó Kai? - le preguntó Minah.
Hyeri comenzó a toser ya que estaba tomando un poco de jugo. Minah la miró divertida.
- ¿Qué? ¿Por qué tendría que invitarme? - dijo algo nerviosa.
- ¿Cómo porque? Va a ser el padre de tu bebe ¿o no?
- Si, pero no por eso tiene que invitarme al baile.
- Si tiene que hacerlo, además de que se muere de ganas de invitarte. Yo lo se.
- ¿Cómo lo sabes? - preguntó intrigada.
- Tengo un informante que me lo ha dicho - dijo misteriosa.
- ¿Y acaso ese informante no te ha invitado a ti?
Ahora la que tosía era Minah. Después de que todo había vuelto a ser como antes con Lay, las cosas estaban bien. Pero había algo que la incomodaba, siempre que estaban solos. Era pensar en los besos que habían compartido. Ella no le había contado nada de eso a su mejor amiga y era mejor no contárselo.
- ¿Por qué debería de invitarme? - le preguntó nerviosa.
- Porque te mueres por él - sentenció la rubia.
- ¡Claro que no me muero por Lay!
- ¡Claro que si! ¿Por qué demonios piensas que soy tu mejor amiga? Siempre me doy cuenta de las cosas Minah.
- No es así Hyeri, estas muy equivocada. Yo a Lay lo quiero y mucho, pero solo como a un amigo. De la misma manera a la que quiero a Kai...
- Si claro, y mi bebe y yo somos... somos...
- No son nada - dijo Minah.
- Somos estrellas de rock.
- Si, creo que lo son. El otro día te escuché cantar una canción de Kiss. O sea ¿desde cuando te gusta Kiss?
- Es culpa de Kai, él me hizo escuchar eso - dijo ella encogiéndose de hombros - Te aseguró que me parece que al bebe le gusta. Cada vez que me siento así como incomoda, pongo esas canciones y me siento mejor.
- Es porque te hace pensar en Kai - aseguró Minah.
- ¡Claro que no! - dijo la rubia.
- Vamos Hyeri, te conozco. ¿Por qué te piensas que soy tu mejor amiga? - dijo utilizando unas palabras parecidas a las de su amiga. Hyeri entrecerró los ojos.
- Bueno si, ¿y que? Muero de amor por Kim Jongin, pero él solo ama a mi bebe. No creo que quiera algo conmigo - Minah se aguantó una sonrisa, bajando la mirada de la de su amiga. Hyeri la miró bien - ¿Hay algo que sepas que yo no?
- No, para nada - dijo ella.
- Minah - dijo su nombre en forma de advertencia.
La puerta de la casa se abrió y allí entraron dos hombre sudados y a las risas. Ambas se giraron a verlos.
- ¿Los vistes? - dijo Kai divertido - ¡Los destrozamos!
- Querido Jongin, eso está demás decirlo - dijo Lay. Se acercaron a la mesa.
- ¿Cómo están? - preguntó Kai.
- ¡Ni se les ocurra acercarse a mí, con ese olor! - habló Hyeri con la nariz tapada.
- Ni a mi - dijo Minah mientras se tapaba la nariz también.
- ¿Qué tiene? - dijo Lay y se acercó a Minah para abrazarla - Esto es natural.
- ¡No me toques! - chilló ella.
- Él tiene razón - dijo Kai y se acercó a Hyeri.
La rubia lo apuntó con un dedo en forma de amenaza.
- Un paso más Jongin, y te arrepentirás - le advirtió.
- Solo quiero abrazarte Platinada - dijo él con una sonrisa.
- No Kai - dijo ella retrocediendo lentamente.
- Si Hyeri - dijo divertido. La tomó de la cintura y la acercó a él, para abrazarla.
Hyeri frunció el ceño y trato de no desmayarse de la impresión, y de la sorpresa.
Minah miró a Lay, y este le hizo un gesto para que salieran de allí. Minah asintió y salieron dejándolos solos.
Luego de varios segundos Kai soltó a Hyeri, que aun no se sacaba la mano de la nariz.
- ¿Por qué me odias? - le preguntó ella.
- No, yo no te odio - dijo él. Hyeri sintió que sus mejillas tomaban color - Yo te amo.
Sus ojos se abrieron bien y lo miró como si acabara de decir una locura. Despacio se quitó la mano de la nariz.
- ¿Qué? - preguntó atónita.
- Que te amo platinada, eso pasa - dijo él.
Ella no daba crédito a lo que sus oídos escucharon. De seguro estaba soñando y en cualquier momento iba a despertar.
Con cuidado Kai se acercó a ella y acomodó una mecha de su cabello detrás de su oreja. Recorrió su rostro con la mirada y luego se inclinó sobre ella para rozar sus labios.
Los ojos de Hyeri se cerraron al instante ante el suave contacto de su boca, y pensó que iba a desmayarse.
- Kai - susurró.
- Déjame amarte - musitó él y terminó de besarla.
Colocó sus brazos alrededor de su cintura y la apretó más contra él, sintiendo el vuelto de su vientre. Ese vientre que llevaba un hijo, que aunque no tuviera su sangre, ya lo sentía suyo.
Hyeri levantó los brazos y rodeó su cuello acercándose más a él.
Sus bocas se unieron más y más hasta que la simple necesidad de respirar los alejó con cuidado.
Kai apoyó su frente sobre la de ella y abrió sus ojos para mirarla. Hyeri aun tenía los ojos cerrados y estaba colgada respirando agitadamente.
- ¿Qué es todo esto Jongin? - le preguntó.
- Nuestro primer amor - le contestó él.
- ¿Crees que funcione? - dijo ella.
Él se rió quedamente cerca de sus labios.
- Estoy completamente seguro de que va a funcionar.
Ella sonrió y levantó un poco el rostro para volver a acariciar sus labios con los de él.
Luego de que Kai y Hyeri confirmaran su amor, todo parecía marchar sobre ruedas. Nada podía estar mejor y los dos meses de clases que faltaban pasaron volando. Hyeri ya presentaba un crecido vientre de 5 meses y ya habían ido a averiguar que sería el bebe. Sería nada más y nada menos que una bella niña.
Minah se encontraba en su casa, buscando un vestido para la noche cuando la puerta sonó. Corrió a atender y sonrió al ver que era él.
- Lay, ¿Qué haces aquí? - le preguntó.
Las cosas entre ellos aun eran confusas. Con decir que casi se habían besado mirando una película. Pero como siempre luego de eso, no hablaban del tema. Era como si a toda costa quisieran evitarlo.
Y lo hacían muy bien.
- Vine, porque tengo que pedirte algo - dijo él.
- Si, ¿Qué pasó? ¿Quieres pasar? - dijo ella.
- No, no - le dijo y sonrió - Solo crucé ya que tengo que ir a comprar, y dije: 'Ya que estoy, voy a preguntarle a Minah aquello'
- ¿Qué cosa? - preguntó.
- Como sabrás, hoy es el baile de graduación - ella asintió - ¿Por qué no vamos juntos?
- ¿Ir juntos al baile? - dijo ella.
- Si - dijo algo nervioso - Me parece que sería lo mejor... a menos que ya tengas con quien ir.
- No, no - contestó rápidamente - Creo... está bien que vayamos juntos al baile.
- Entonces ¿pasó por ti a las 8?
- Aja - dijo ella. Lay besó suavemente su mejilla antes de comenzar a alejarse.
Minah miró embobada como él se iba. Y no pudo evitar ponerse roja, al recordar lo que su mejor amiga le había aconsejado. Cerró la puerta y luego se apoyó en la misma.
- No, ni loca voy a hacer aquello. Hyeri está completamente loca si piensa que voy a decirle una cosa así - se dijo a si misma y volvió a lo que estaba haciendo.
Estuvo casi todo el día, buscando el atuendo adecuado. Ahora estaba más nerviosa ya que iría con Lay. Antes no estaba tan preocupada. Pero ahora si lo estaba.
Escogió un vestido negro strapless. El escote tenía forma de corazón dejando ver sus pechos, pero no demasiado. En la cintura, una cinta se ajustaba y luego el vestido caía suelto, de otra tela más liviana.
Le llegaba justo por arriba de las rodillas, y luego de mirarse en el espejo, se puso sus tacones. Se dejó el pelo suelo, que le caía en perfectas ondas sobre sus hombros. Se maquilló un poco, arqueando más sus largas pestañas. Y colocó un poco de brillo sobre sus labios. Cuando terminó volvió a mirarse al espejo.
- Listo - suspiró al verse. Tomo un pequeño chalcito negro y se lo colocó alrededor de sus brazos. Tomó un pequeño bolso de mano y comenzó a bajar las escaleras.
El timbre sonó. Ella sintió su corazón palpitar furioso. Miró la hora y eran las 8 en punto. Sonrió algo nerviosa y terminó de bajar. Se acercó a la puerta y la abrió.
Un perfecto y arreglado Lay estaba parado frente a ella. Engalanado en un bello traje de fiesta, él se veía realmente increíble.
Él chequeó de arriba a bajo a la chica, y tragó sonoramente. Ella... ella estaba más hermosa de lo que él se hubiera imaginado. Le sonrió bobamente.
- ¿Vamos? - le preguntó él.
Ella asintió y tomando su brazo, que había sido entregado cordialmente, salieron de la casa para caminar hasta el auto.
Minah se subió al volante y Lay se sentó del otro lado.
- ¿Cuándo te animaras a manejar? - le preguntó ella.
- No lo se - dijo él - Aun no estoy muy seguro.
- Estuvimos practicando, vas a hacerlo muy bien.
- Cuando me sienta seguro, prometo que lo hago.
Ella asintió y prendió marcha, para el salón en donde sería la fiesta. En menos de lo que pensaron llegaron y Minah estacionó. Lay se bajó rápidamente y giró alrededor del auto para abrirle la puerta. Le hizo un ademán, haciendo que ella sonriera.
- Muchas gracias - dijo ella.
- De nada, princesa - dijo él.
Ella sintió como sus mejillas tomaban color y bajó la mirada. Tomando el brazo de su acompañante y caminaron hacia el lugar. Dentro se encontraron con Hyeri y Kai. La rubia lucía un vestido largo, que dejaba bien a la vista su lindo y crecido vientre.
- Vinieron juntos, que bueno - dijo Hyeri, con una sonrisa pícara de oreja a oreja.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora