Minah corrió desesperada por uno de los pasillos del colegio. ¡Maldito infeliz! Tenía que encontrarlo y hacerle saber lo que era bueno. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y de haber pasado toda la noche en el hospital junto a su mejor amiga.
Hyeri había sido internada antes de ayer por la madrugada, a causa de una intoxicación con pastillas. Hyeri estaba intoxicada con unas pastillas llamadas Éxtasis. Drogas.
Y desde entonces no había abierto los ojos, estaba grave, muy grave. Y eso no era lo peor de todo. Hyeri estaba embarazada. Ese infeliz iba a pagarlo muy caro.
Flash Back.
-Yo no se lo que pasó, Minah -dijo sin dejar de llorar Jongji, la mamá de Hyeri.
-Tranquila -susurró ella mientras la abrazaba.
-Lo único que se que ese chico, Yoon es el que tiene toda la culpa. Hyeri estaba muy bien antes de él.
-Lo se.
-Un día llegaron a casa y note algo raro en ellos. Hyeri estaba ojerosa y pálida. Subieron al cuarto y luego de un rato subí a verlos. Estaban dormidos, me acerqué a la cartera de Hyeri y la revisé. Tenía un pequeño frasquito de pastillas, eran extrañas. Pensé que era.....anticonceptivos. Pero no, eran drogas -dijo y rompió de nuevo en el llanto.
-Tranquila Jongji, todo va a salir bien. Hyeri es fuerte y va a salir de esto -dijo Minah.
Kai se acercó a ellas.
-Tranquilas, ahí viene el medico -habló él. Las dos se giraron a verlo.
-¿Cómo esta doctor? -preguntó la madre.
-Lamento decirles esto, pero ella esta mal. No ha despertado aun y eso nos preocupa -dijo el doctor. Jongji volvió a romper en llanto -Pero hay algo más.
-¿Qué?
-La paciente esta embarazada.
Fin del Flash Back.
Esta embarazada.
Las lágrimas caían sin control de los ojos de Minah. Iba a matarlo, ese hijo puta iba a pagar caro si algo le pasaba a su amiga o al bebe. Los pensamientos se confundieron en su cabeza mientras lo seguía buscando. Se llevó puesta a Hanni, pero no le importo, siguió su camino.
- ¡Ten cuidado! - le gritó la pelirroja.
- ¡Vete al demonio! - le respondió ella sin dejar de buscar a aquel infeliz.
Lo divisó sentado en la cafetería, rodeado de su grupo de amigos.
- ¡Yang! - gritó haciendo que toda la cafetería se girara a verla. Cuando él lo hizo su rostro cambio totalmente - ¡Eres un mal nacido, infeliz!
Todos la miraron asombrados por su estado, y por sus palabras.
- Minah, me parece que no es lugar - habló él.
- ¡¿No es lugar?! - preguntó ella con sarcasmo mientras se acercaba a él - ¡Está embarazada infeliz! ¡¿Acaso no pudiste cuidarte?! ¡¿Acaso no pudiste cuidarla?!
Yoon no dijo nada, solo se quedó callado observando como todo el mundo cuchicheaba y miraba la escena sorprendidos.
- Yo... - intentó hablar él.
- La drogaste - susurró Minah - ¡La metiste en ese maldito mundo!
- Ella decidió eso sola - se defendió con algo.
- Eres una mierda - dijo ella en medio de una risa ahogada en lágrimas. Rápidamente se acercó a él y lo goleó en la cara, para luego tirarlo al suelo y volver a golpearlo. Ella no sabía de donde estaba sacando fuerzas, pero lo estaba haciendo. De repente sintió unos fuertes brazos tomarla de la cintura y levantarla sin problema de aquel infeliz.
- ¡Suéltame! - le gritó cuando vio que era Lay - ¡Déjame matarlo!
Lay no escuchó sus gritos y la sacó sin decir nada de aquel lugar. Cuando estuvieron afuera la soltó y dejó que Minah se apoyara contra una de las paredes. Él vio como ella lentamente caía, sin dejar de llorar, al suelo.
Se agachó para quedar a su altura y mirarla a los ojos.
Minah clavó sus ojos en los de él y mantuvo su vista así por varios segundos.
Él quería abrazarla, decirle que todo iba a estar bien.
- ¿Dónde esta el Lay que yo conocí? - le preguntó ella y se levantó bruscamente para dejarlo solo. Él vio como ella se alejaba por el pasillo.
Minah llegó al hospital y se acercó a Jongji. La madre de su amiga estaba aun más demacrada que ella.
- Jongji, debes ir a descansar un poco a tu casa - le habló ella.
- No puedo Minah, no puedo hija - dijo soltando un nuevo sollozo.
- Tienes que poder cariño, por Hyeri. Ella necesita que tú estés bien. Yo me quedó aquí y cualquier cosa que pase, voy a llamarte.
Jongji vaciló unos cuantos minutos en aceptar la propuesta de Minah. Pero luego, por un poco de cansancio y por su hija, acepto.
Minah vio como ella se alejaba en compañía de Kai que se había propuesto a llevarla. Ella miró a su alrededor y deseó nunca tener que volver a estar en un lugar así, por nadie.
Alrededor de diez minutos pasaron y el doctor que atendía a Hyeri apareció detrás de una puerta. Minah se puso rápidamente de pie y se acercó a él.
- ¿Cómo sigue? - le preguntó.
Él doctor tardó más de lo que ella deseaba en responderle.
- Despertó - sentenció luego de unos cuantos segundos de silencio.
Minah sintió como todo el aire de su cuerpo la abandonaba. No pudo evitar romper en llanto, y tampoco pudo evitar abrazar al doctor que le había dado tan buena noticia. Se alejó algo apenada de él, pero no expresó vergüenza.
- ¿Puedo entrar a verla? - dijo entusiasmada.
- No se si sea buena idea.
- Por favor - le imploró.
Él doctor suspiró para luego mirar sus cansados ojos. Ella merecía entrar a verla.
- Está bien, pero solo cinco minutos.
- Gracias doctor, muchas gracias - dijo ella y lo volvió a abrazar para luego girar y encontrarse con la persona que menos pensaba encontrar en ese momento - ¿Qué haces aquí?
- Necesito saber como esta Hyeri - habló él.
Minah bajó la mirada a sus manos y tenía un paquete de galletitas de limón. Volvió su vista a su rostro.
- Despertó - le dijo ella.
- ¿Enserio? - preguntó él soltando un leve suspiro.
- Si - asintió ella levemente - Y....gracias por haberme sacado de....ahí hoy.
- Yo tenía que hacerlo, tal vez él iba a lastimarte
'No más de lo que tú me has lastimado' -pensó ella para si misma. De verdad estaba enojada con él y no sabía si algún día iba a poder perdonarlo, pero en este momento no quería pelear, ni nada de eso.
- Voy a entrar a verla, ¿Quieres pasar?
- Sería muy bueno - asintió él.
Entraron por un pasillo para llegar a una de las puertas. Minah se paró y apoyó su mano sobre la manija. Lentamente abrió, para divisar a una Hyeri con los ojos apenas abiertos, llena de cables y de cosas a su alrededor que hacían mucho ruido.
Lentamente Hyeri giró su cabeza para mirar a su amiga y sin vacilar sus ojos se llenaron de lágrimas.
- No, no, no por favor. No llores - dijo Minah entrando rápidamente y acercándose a ella.
- Lo.....lo siento - murmuró apenas audible la castaña.
Minah tomó su mano y la besó dulcemente, para luego secar las lágrimas de su amiga.
Lay se acercó por detrás de Minah. Hyeri lo miró y luego miró a su amiga.
- Te traje algo teletuvi - le habló él y se acercó más a ella para mostrarle el paquete de galletitas de limón.
Los ojos se Hyeri se volvieron a llenar de lágrimas, que pronto escurrieron por sus mejillas.
Lay levantó su mano secó sus lágrimas.
- No llores, teletuvi. No te hace bien llorar.
Minah rodeó la cama y se sentó del otro lado.
- ¿Hace cuanto lo sabes? - le preguntó a su amiga.
Hyeri bajó la mirada y luego la volvió a mirar.
- Una semana - murmuró.
- ¡¿Y porque no me dijiste?!
- Minah, tranquila - le habló Niall. Ella lo miró - Ella aun está delicada, no debes ponerla nerviosa.
- ¡Ahora vienes aquí a hacerte el que todo esta bien! ¿Verdad? - preguntó ella nerviosa.
- Este no es momento Minah - dijo él.
- ¿Y cuando es momento?
- ¡Ya...basta! - habló elevando un poco su voz la rubia - Minah, yo se que estuve muy mal. Pero estaba desesperada...
- ¿Por qué? - dijo su amiga.
- Tengo 17 años, Minah. No planeaba tener un hijo - sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez.
- ¿Y por eso ibas a matarlo con drogas? - dijo nerviosa.
- Ya Minah, creo que va a ser mejor que salgamos - dijo Lay.
Ella lo miró coléricamente.
- No te metas - le advirtió.
- ¡No seas caprichosa! - le dijo nervioso.
- Por.....dios no peleen - dijo la rubia.
- ¡¿Quieres quedarte con él?! - le preguntó enojada ella - ¡Pues bien, quédate con tu nuevo mejor amigo!
Se levantó de la silla y salió rápidamente de la habitación.
Lay giró para mirar a Hyeri. Las lágrimas no dejaban de salir de la rubia.
- Shhh, tranquila - le habló y las secó de nuevo.
- Yo no quería que esto pasara - habló entre lágrimas.
- Lo se, lo imagino - dijo él - Pero no estas sola. Esta Minah, aunque esta un poco alterada y no es para menos. Esta ese tal....Kai - dijo y revoleó los ojos - Están tus padres, tu hermana y estoy yo Hyeri.
- ¿Lay que pasó contigo?
- Lo mismo que contigo Hyeri, cambie.
- No, tú no cambiaste, y yo tampoco - habló ella - Solo nos volvimos unos idiotas. ¿Estas de novio con Hanni? - preguntó sin poder creerlo.
Lay rió por lo bajo.
- Es una larga historia.
- ¿Qué pasó con Minah? ¿Por qué todo pasó así?
- Yo.....no soporto las mentiras y no lo....no lo tolero.
- Lay.....Minah no te mintió por ella sea una mentirosa. La vida de ella nunca fue fácil.
- No hablemos de eso, ahora - la calló él - Yo se que las cosas con Minah, no están bien y no van a estar bien. Pero quiero que sepas aquí voy a estar siempre.
- ¿Enserio? - dijo ella mientras de nuevo las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
- Enserio teletuvi - dijo dulce.
Ella le pidió que se acercara para darle un leve abrazo. Luego Lay se alejó y salió de la habitación para que ella pudiera descansar un poco.
Salió al pasillo y encontró a una enojada Minah caminando de aquí para allá. Se giró a verlo y detuvo su paso en seco. Rápidamente se acercó a él.
- ¿Ahora te crees con el derecho de venir aquí a querer hacerte el buenito y hacerme quedar a mi como la mala, verdad? - le habló nerviosa.
Él revoleó sus ojos, no estaba dispuesto a escuchar sus locuras y ocurrencias. Las cosas estaban mal, no quería que estuvieran peor.
Comenzó a caminar para irse de allí. Minah lo miró sin poder creerlo.
- ¡Ah! ¿Y ahora me dejas hablando sola como si estuviera loca? ¡Eres un idiota! ¡Te has vuelto un completo imbécil desde que estas con esa inepta! - le dijo enojada. Lay se giró a verla, ya cansado de sus palabras - ¿Qué? - dijo ella desafiándolo - ¿Vas a pegarme? ¿Serías capaz de golpearme?
Él negó con la cabeza para luego acercarse rápidamente ella y tomar su rostro con ambas manos para besarla.
Minah comenzó a forcejear para salirse de su agarre pero eso se le estaba haciendo imposible, no solo porque él era más fuerte, sino porque su cuerpo no se lo permitía. Involuntariamente sus ojos se cerraron ante el caliente movimiento que él ejerció sobre sus labios.
- Loco - le dijo agitado cuando se alejó de ella para respirar - ¡Quieres volverme loco!