Cap. 19

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Los ojos de Hyeri estaban bien abiertos, y las palabras estaban atoradas en su garganta. Escuchó como la mujer anotaba el nombre de Kai y lentamente se giró a verla.
- Bueno, pueden tomar asiento. Enseguida los van a llamar. Y voy a pedirle que se tomé esta botella de agua - le dijo amable.
Kai asintió y tomó la mano de Hyeri para sacarla de allí, ya que parecía que ella no iba a moverse por si sola. Se sentaron a esperar el llamado. Hyeri se giró a verlo.
- ¿Acaso estas loco? - le preguntó.
- No, ¿Por qué? - dijo él.
- ¿Cómo vas a decir que eres el padre? ¡No eres el padre, Kai!
- Si, lo soy - le dijo y la miró - Voy a serlo.
- ¿Qué quieres decir?
- Que voy a hacerme cargo de ese bebe.
Otra vez la castaña se quedó sin habla. Sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron mucho en salir. Kai se acercó a ella y la abrazó dulcemente.
- No vas a estar sola en esto, no voy a dejarte - le dijo despacio sin dejar de soltarla.
- No - dijo ella y se alejó para secar sus lágrimas - Yo no puedo dejar que arruines tu vida.
- ¿Arruinar mi vida?
- Si, Kai arruinar tu vida. ¿Acaso te pusiste a pensar en lo mucho que va a cambiar mi vida cuando este bebe nazca? No creo que quieras eso para ti.
- Hyeri, tener un hijo debe ser lo más hermoso del mundo...
- Si, pero tengo 17 años, yo no...
- No querías tener hijos tan joven. Pero bueno, lo tendrás y es increíble. Y yo quiero, y yo debo hacerme cargo de ese niño o niña.
- No, no tienes porque hacerte cargo. No es tu deber. Ese es el deber de... de... de ese infeliz y de nadie más.
- Hyeri, todos sabemos que eso no va a pasar.
- Bueno, entonces lo haré sola. Tengo a mi madre, y a mi padre. Y a... muchas personas más pero no puedo permitir que te hagas cargo.
- ¿Por qué no?
- Porque no es correcto.
- Voy a hacerme cargo quieras o no - sentencio él - Y ahora tómate toda el agua.
La castañ asintió y así lo hizo. Luego de unos minutos ambos escucharon el nombre de Hyeri por el alto parlante y se pusieron de pie. Caminaron por un largo pasillo, hasta llegar a la puerta. Entraron y una mujer vestida de blanco los esperaba cerca de la camilla, mientras terminaba de encender todos los aparatos.
- Por aquí - les dijo.
Hizo que Hyeri se acostara en la camilla. Kai se acercó a ella y tomó su mano. La castaña sintió como su corazón se aceleraba, ante aquel gesto de su amigo. Las cosas que le él le había dicho afuera daban vueltas en su cabeza. Sus pensamientos se dispersaron al sentir un gel frío sobre su vientre. Hyeri miró a la pantalla que estaba frente a ella.
- ¿Eres el padre? - le preguntó la mujer de blanco a Kai.
- N...
- Si - dijo él antes de que Hyeri hablara.
- Que bueno que estés aquí, por lo general es raro ver a los padres jóvenes aceptando su responsabilidad.
- Yo lo hice, yo tengo que hacerme cargo - dijo él.
Hyeri lo miró sin poder creerlo, y sus mejillas tomaron un color rojizo. Kai sonrió divertido y le hizo un gesto para que mirara a la pantalla.
- Bueno, a ver por donde anda esté bebé - dijo la doctora mientras apoyaba el aparato sobre el estomago de Hyeri. Lo movió un poco, hasta que encontró lo que estaba buscando. Ambos jóvenes escucharon un pequeño sonido que salía de la pantalla - Ahí está - señaló a la pantalla. Kai sonrió emocionado al ver una pequeña cosa latir con fuerza en la pantalla color blanco y negro.
- ¿Cómo está? - preguntó él.
- Muy bien - aseguró la médica - Dentro de unos meses, tendremos a una criatura muy sana por aquí.

Minah terminó de acomodar las cosas antes de que su turno en el bar terminara. Realmente estaba cansada, pero valía la pena su cansancio, si su madre se quedaba en casa.
En toda la tarde no había podido dejar de pensar en Lay. En si había visto que Kai la estaba besando. Y en porque Kai había hecho eso.
- Minah, cariño, ¿estás bien? - le preguntó Hyesun. Una mujer de unos 40 años que trabaja allí hacia años.
- Si Hyesun, solo estaba pensando - dijo ella y volvió a concentrarse en acomodar las cosas.
- Cariño, ya puedes irte.
Minah la miró sorprendida.
- ¿Qué? Pero, mi turno aun no termina.
- No pasa nada, linda. Se ve que estas cansada, ve a casa. Yo te cubro.
- ¿Me lo estas diciendo enserio Hyesun?
- Muy enserio cariño, ve.
Minah le sonrió y la abrazó antes de sacarse el molesto delantal y los patines de trabajo. ¿Pueden creerlo? Tenía que utilizar patines para llevar los pedidos. Gracias a dios era buena en ello, ya que cuando era niña había tomado unas cuantas clases.
Junto sus cosas y se despidió de sus compañeros de trabajo antes de salir del bar. Se acercó a su auto y buscó las llaves dentro de su bolso.
- ¡Oye, mesera! - escuchó que alguien decía. Se giró a ver y maldijo por lo bajo al ver que eran Hanni y su grupito de idiotas detrás. Era raro ver que Lay no estaba con ellos. Volvió su vista al frente y siguió buscando sus llaves. Sintió como varias personas se acercaban - ¿Por qué no me traes un sándwich? - preguntó el odioso de Joon.
Minah no le prestó ni la más mínima atención.
- ¿Así que ahora trabajas de mesera? - escuchó la voz de Hanni.
Respiró profundamente para mantener el control.
- Parece que no quiere hablar - dijo Nami, mejor amiga de Hanni. Por ende igual de hueca que Hanni.
- ¿Estás cansada Minah? - preguntó Hanni - ¿O Ahora vas a trabajar a otra parte?
Minah se giró a verla, y vio en ella esa sonrisa de burla.
- Infeliz - le dijo y volvió su vista a su bolso.
- Uuuh, tiene carácter - dijo alguien más que Minah no logró reconocer.
- Déjenla, pobre me da tanta pena - habló la pelirroja - Su madre... ya no puede seguir siendo lo que siempre fue.
Minah tenía los ojos llenos de lágrimas. Pero no iba a llorar, no le iba a dar ese gusta a aquella imbécil.
Al fin encontró lo que estaba buscando. Las llaves. Abrió la puerta del auto y se subió más rápido de lo que realmente quería demostrar. Arrancó y salió de allí, antes de volverse completamente loca. Llegó a su casa y se encontró con Kai en la puerta.
- Kai, no estoy de buen ánimo para hablar - le dijo ella.
- Lo se, lo se. Pero solo he venido a pedirte perdón por lo que pasó en casa de Hyeri.
Ella lo miró a los ojos, y luego asintió con la cabeza.
- Tranquilo, no pasa nada. Ya está - habló. Kai se acercó e hizo que lo mirara a los ojos.
- Tienes los ojos llorosos, ¿Qué pasó? - le preguntó.
- Nada, no pasó nada.
- Minah, te conozco - dijo él. Ella sonrió.
- Tranquilo peligro, está todo bien.

Tres meses pasaron más que volando para todos allí. Minah seguía con su empleo, ayudando a su madre. Minho se encontraba en perfectas condiciones económicas y ayudaba más de lo que Minah hubiese pensado en su vida, que iba a ayudar a la familia.
Hyeri ya tenía un pequeño vientre que enseñar cada vez que se levantaba la remara, y aunque ella no lo quisiera admitir, Minah se había dado cuenta de que algo pasaba entre ella y Kai.
Kai, con él las cosas fueron aclaradas. Y ya no había confusiones. Ellos eran amigos, y Minah lo quería como a un hermano. Y con Lay, las cosas no habían cambiado, él seguía con Hanni y al parecer estaba muy bien con ella. Más de una vez habían tenido un encontronazo en casa de Hyeri, y siempre que eso pasaba, terminaban más cerca de lo que deseaban.
Acomodó las servilletas y estaba por hacer lo mismo con los vasos. Aun faltaba una hora para que su horario de trabajo terminara. Hoy era la fiesta de Hallowen y no iba a perdérsela por nada del mundo. Tenía ganas de salir y despejarse un poco.
- Cariño, ¿Puedes atender esa mesa? - le preguntó Hyesun acercándose a ella.
Minah miró hacia donde tenía que ir, y cuando vio quienes eran, se maldijo a si misma.
- No puedo Hyesun, trato de...
- Por favor cariño, así puedo terminar esto - le rogó dulce.
Minah suspiró y tomó una lapicera y un anotador para tomar la orden.
Su sangre hirvió al verlo allí, en medio de toda esa gente hipócrita y superficial. Pero más le dolía verlo al lado de Hanni y ver lo idiota que se había vuelvo por ella. Movió sus piernas y los patines comenzaron a andar. Todos se giraron a verla cuando se acercó. Lay la miró fijo, sin expresión, sin exteriorizar algún tipo de emoción.
- Miren a quien tenemos aquí - habló Hanni.
Minah revoleó los ojos.
- ¿Puedo tomar su orden? - se limitó a preguntar. Hanni miró el menú.
- ¿Qué tienes que no tenga azúcar, grasas y carbohidratos? - preguntó la pelirroja sin dejar de mirar la hoja que tenia en sus manos.
- Agua - contestó rápidamente. Todos en la mesa rieron e incluso Lay dejó salir de él una pequeña risa. Ella era lista y siempre encontraba la forma de hacer quedar mal a la pelirroja. Pero trató de no hacerse ver y dejó de sonreír.
- ¿Es una broma? - dijo una de las odiosas amigas de Hanni.
- No - dijo Minah - Ella pidió algo sin azúcar, sin grasas, y sin carbohidratos. ¿Qué puede ser? Agua.
- Pues no me pareció gracioso, mesera - le dijo Hanni - Tráeme un té helado.
- Que sean dos - agregó Yoon - Y todavía estoy esperando ese sándwich que te pedí, mesera.
Minah ignoró su comentario y se fue de allí para buscar lo que le habían pedido.
- Y no pienso dejarle propina - aseguró la pelirroja y besó cortamente en los labios a Lay.
- ¿Hace falta que la humillen? - preguntó él.
- Lay, mi amor. Ella no se merece nuestro respeto - dijo ella y volvió su vista a sus amigas.
Lay buscó con la mirada a Minah y vio como sonreía junto a un muchacho. Al parecer ese era el famoso Kai, que había sido amigo de infancia de Minah. Sintió una pequeña punzada en su estomago. Y sacó su mirada de ellos. Volvió su vista a Hanni.
- Hanni - la llamó. Ella se giró a verlo.
- ¿Si? - dijo ella interrumpiendo su charla.
- Necesito que hablemos.....a solas - le dijo.
- Cualquier cosa que sea, puedes hablarla delante de mis amigos - dijo ella.
Lay miró a su alrededor y suspiró. Si ella quería que fuera así, entonces así iba a ser.
- Hanni, necesito un tiempo - dijo él luego de unos largos segundos de espera.
Los ojos de la pelirroja se abrieron como platos y lo miró fijo.
- ¿Estas dejándome? - preguntó sin poder creerlo.
- No.....no es eso. Sino que siento que estamos yendo muy rápido. Solo necesito un poco de tiempo. Podemos ser...
- ¡Ni se te ocurra decir amigos! - lo interrumpió ella - Esta noche ve a la fiesta y vas a ver que todo esto se te va pasar. Te veo allí.
Se puso de pie y sus amigas también lo hicieron. Se acercó a él y lo besó cortamente en los labios. Lay vio como ella se alejaba.
- Oye hermano, la hiciste bien - dijo Joon.
- No lo se. Solo se que me esta ahogando - dijo Lay.
- Ella es así - aseguró Jonghyun - ¿Vamos? - preguntó.
- Enseguida los alcanzo - dijo Lay. Ambos chicos se pusieron de pie al instante que Minah llegaba con los tés helados.
- Tarde mesera - le dijo Joon.
Ella vio como se iban y miró a la mesa donde quedaba solo su ex-amigo. Lo miró fijo por unos cuantos segundos. Tenía tanta rabia hacia él. Lay se puso de pie y sacó plata de su bolsillo para pagar los tés que ya habían sido pedidos.
- ¿Sabes donde puedes meterte el dinero? ¿Verdad? - le dijo ella y se fue de allí para dejarlo solo.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora