Cap. 12

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- ¿No te contó? - preguntó ella sin dejar de manejar.
- ¿De que estas hablando Hanni?
- De Eunji, la mamá de Minah.
- Si, ya que es su mamá. Pero Eunji trabaja de secretaria.
Hanni soltó una divertida carcajada. Él la miró sin entender aun.
- Oh, Lay ¿Quién te dijo eso? - preguntó ella.
- Minah.
- Te mintió. ¿Por qué lo habrá hecho? Todo el mundo sabe que Eunji ha trabajo casi su vida entera como una vulgar prostituta - dijo ella.
Lay aguardó silencio durante todo el viaje. No podía creer lo que ella le estaba diciendo. No, ella de seguro que estaba jugando con él.
Sabía que no soportaba a Minah, pero esto ya era demasiado. Hanni no podía decir eso de la mamá de su amiga.
- Hanni, no voy a permitir que ensucies a la mamá de Minah - dijo él cuando llegaron a la puerta de la casa de la pelirroja. Ella se giró a verlo.
- ¿Por qué voy a mentirte con algo así? ¿Qué gano yo? - preguntó ella.
Él la miró fijo por unos cuantos segundos. No, no. Eso no podía ser verdad. Y si lo era, ¿Por qué Minah le había mentido con algo así?
- Ella te mintió Lay. No entiendo porque. Tal vez tuvo vergüenza - dijo ella.
- Por eso trabaja de noche...... - susurró él pensando.
Hanni se bajó del auto y Lay hizo lo mismo unos segundos después. Entraron a la casa de ella y prepararon todo para comenzar a estudiar.
Lay no dejaba de pensar en lo que Hanni le había dicho. Tenía tantas preguntas en su cabeza, y se sentía muy decepcionado. No porque Eunji fuera....eso. Sino porque su amiga le oculto, o mejor dicho le mintió con algo tan delicado.
La tarde pasó lenta para el, quería terminar e ir a buscarla para que le aclarara un poco todas las cosas. Se sentía enojado y no podía controlar su mal humor. Hanni lo miró bien.
- Lay, ¿Te sientes bien? - le preguntó ella.
- ¿Te molesta si lo seguimos mañana? Estoy algo cansado y me duele la cabeza - dijo él.
- No, claro que no. Puedes ir tranquilo - le dijo y cerró su cuaderno.
El juntó sus cosas y salió de la casa de Hanni para dirigirse sin pensarlo a la casa de Minnah. Necesitaba hablar con ella, y escuchar que todo lo que le había dicho la pelirroja no era verdad.
Más rápido de lo que pensó se encontró frente a la puerta. Su respiración se agitó un poco. Tocó el timbre y esperó a que alguien le abriera. Sentía un nudo en su garganta, estaba enojado con ella. No podía sentirse de otra manera.
Ella abrió la puerta y lo miró bien al verlo parado allí. No esperaba para nada que fuera él. Luego de unos segundos reacciono.
- Lay - dijo algo sorprendida - ¿Qué haces aquí?
- ¿Por qué me mentiste? - le preguntó él.
Minah frunzo el ceño ante su pregunta. ¿De que estaba hablando?
- ¿Qué? ¿De estas hablando? - dijo sin entender.
- De tu madre - sentencio él.
Los ojos de ella se abrieron como platos y las palabras se atoraron en su garganta.
- Mmmm, no.......no se de lo que estas hablando, Lay - dijo algo nerviosa.
- ¿No lo sabes? - dijo él con sarcasmo. Lo que más odiaba en el mundo era que lo trataran como si fuera un idiota - ¡No soy imbécil!
- ¿Y quien dijo que lo fueras?
- ¡Al parecer tú! - elevó un poco más su voz.
- ¡Yo nunca te trate como un imbécil!
- ¿A no? ¿Y entonces porque me mentiste? - ella bajó la mirada - ¿Por qué no me dijiste que tu madre era una.........prostituta?
Ella levantó la mirada y sus ojos se humedecieron un poco. Ella no quería que él supiera eso, no lo quería.
- ¿Quién te dijo eso? - preguntó por lo bajo.
- ¡Eso no tiene importancia! - dijo él y la miró fijo - Me mentiste descaradamente. Y no se porque.
- ¿Para que querías saber de que trabaja mi madre? - preguntó ella.
- Se supone que somos amigos, además de que lo más normal es que yo sepa algo de ti ¿No te parece?
- Tú no entiendes - dijo ella.
- ¿Entender que? ¿Qué tu madre trabaja de eso porque es una cualquiera?
Ella lo miró sin poder creerlo. Por eso era que ella no quería él supiera eso, él iba a pensar lo que todo el mundo pensaba.
La iba a apartar e ignorar para sacarla completamente del mundo social, solo por tener una madre que se dedicaba a eso.
- No, mi madre no es una cualquiera - dijo dolida.
- ¿Y como le llamas a eso? - preguntó Lay - ¿Tú sabes quien es tu padre?
Esta vez el había llegado demasiado lejos. Los ojos de Minah se llenaron de lágrimas, que no tardaron mucho en salir de sus ojos. Levanto su mano y secó su rostro, para no dejarse vencer por la humillación y las duras palabras. Él no sabía nada, él no entendía nada y jamás iba a poder entenderlo.
- Pensé que eras distinto - se limito a decir ella.
- ¿Distinto? - preguntó él y rió con ironía - ¿Pensaste que era un nerd idiota al que podías decirle mentiras hasta cansarte?
- No, Lay - dijo ella - Déjame explicarte.
- ¿Explicarme que? - la detuvo él - ¿Vas a seguir mintiéndome? Ahora entiendo porque tu madre nunca esta, porque a veces cuando estábamos hablando te quedabas como ida. Ahora se porque no te gusta hablar de tu vida.
- Pero por lo menos escúchame...
- No quiero escucharte Minah. Me mentiste, y lo que más odio en el mundo es que mientan. Yo no iba a juzgar a tu madre por ser eso, yo no soy nadie para juzgarla.
- Lay...
- Me duele mucho que no confíes en mí, que me tomes por una persona superficial que no pueda entender eso - dijo él.
Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su casa. Minah iba a decirle algo pero las palabras se quedaron en su garganta. No pudo evitar romper en llanto. Entró a su casa y cerró la puerta y al instante supo quien le había dicho todo.
- ¡Maldita seas Hanni! - dijo enojada y golpeo la puerta.

Una larga semana pasó. Lay no volvió a hablarle, ya no la llamaba, y ya no viajaba con ella por la mañana al colegio. Hyeri había intentado hablar con él, pero Lay parecía no querer entender. Toda la semana se la había pasado pegado a Hanni, mejor dicho ella se la había pasado todo el día sobre él.
Minah se sentía mal por ello. Sabía que todo había sido su culpa, por no decirle la verdad. Pero él era un terco, él no quería escucharla, y ella no iba a estar toda su vida tratando de explicarle y pidiéndole perdón. Si él quería que las cosas fueran así, entonces así serían.
Hyeri se acostó a su lado en la cama.
- ¿En que piensas? - le preguntó.
- En que hoy es sábado y que podríamos salir - dijo Minah.
- ¿Quieres salir?
- Si - dijo ella asintiendo y giró la cabeza para verla - Hace mucho que no salimos.
- Tienes razón. Voy a llamar a Yoon para avisarle que saldré contigo - dijo y se puso de pie.
- Espera Hyeri, si quedaste en salir con Yoon, ve tranquila - dijo ella.
- ¿Estas loca? Ni muerta pienso perderme de salir a bailar con mi mejor amiga. Además no quedé en nada con él. Solo me dijo que si hacía algo contigo le avisara.
Minah sonrió y vio como su amiga salía del cuarto para hablar por teléfono. Ella se puso de pie y caminó hasta el balcón. Miró la casa del frente, y sintió nostalgia. Lo extrañaba, no entendía mucho el porque. Pero lo extrañaba. Hyeri entró a la habitación y con cuidado se acercó a su amiga. Minah saltó un poco ante el susto de encontrarse con Hyeri detrás de ella.
- Me asustaste - dijo tocándose el pecho.
- Lo siento - dijo divertida la rubia. Miró hacia la casa del chico - ¿Estabas pensando en Lay?
- No - dijo Minah rápidamente.
- Minah - dijo Hyeri con tono de advertencia.
- ¿Hablaste con Yoon? - preguntó para cambiar de tema. La rubia sonrió.
- Si, ¡esta noche iremos a divertirnos! - dijo divertida.

Lay entró a la casa de la pelirroja, pero sus pasos se detuvieron al ver a todo ese grupo de gente allí. Giró la cabeza y miró a Hanni, está le sonrió levemente.
- Quiero presentarte a mis amigos - dijo ella. El chico asintió con cabeza y se acercó un poco más a ellos - Bueno chicos, él es Lay, un nuevo amigo. Espero que reciban bien, pues desde ahora pasa a formar parte de nosotros.
- Un gusto Lay, soy Joon - se presentó uno. Estiró su mano y Lay la tomó en forma de saludo.
- El es Jonghyun - empezó a presentarlos Hanni - Y ella dos son mis incondicionales amigas, Sora y Nanji.
- Hola Lay - dijeron las dos últimas nombradas al unísono.
- Es un gusto conocerlas - habló él.
Cuando al fin terminó de presentarles a todos los demás, Lay tomó a Hanni del brazo y la alejó un poco para poder hablar.
- ¿Qué significa esto? - le preguntó él.
- Vamos Lay, no seas tonto. Solo trato de que conozcas más personas. Verás que son buenos y vas a llevarte bien con los chicos - dijo ella.
- ¿Por qué haces esto?
Ella le sonrió levemente. Se acercó un poco más e hizo algo que Lay no esperaba para nada. Sin decir nada ella apoyó sus labios sobre los de él. Los ojos de Lay estaban bien abiertos, y no sabía que hacer ante esa inesperada acción de ella.
Hanni se alejó y lo miró fijo a los ojos.
- Me gustas Lay, por eso hago esto.
- ¿Qué? - preguntó él sin poder creerlo.
- Eso que escuchaste, me gustas y mucho.
- Hanni yo...
- Shhh - dijo ella apoyando uno de sus dedos sobre su boca - No digas nada, solo dejemos que las cosas pasen, ¿Si?
- Si - dijo él por lo bajo.
Ella tomó su mano y volvieron a donde estaban todos. Pasaron juntos la tarde, alquilaron unas películas y comieron palomitas. Lay se sentía extraño con tanta gente, nunca había estado con tantas personas de su edad.
Pero no se sentía mal, es más le agradaba. En toda esa semana en la que no se había hablado con Minah, ni con Hyeri, la que estuvo todo el tiempo a su lado había sido Hanni. Era un poco extraña, pero él la veía como una chica buena. Lo que las otras dos le habían dicho de ella, hasta ahora no se hacía presente.
La noche se presentó, ya era hora de volver a casa. Juntó sus cosas y Hanni lo acompañó hasta la puerta. Él se giró a verla.
- Gracias Hanni, de verdad......hace mucho que no la pasaba tan bien - dijo él.
- Me alegra mucho que digas eso. A mi me encanta estar contigo. Eres un chico increíble.
- Bueno, ya es un poco tarde. Debo volver antes de que mi madre se preocupe - dijo y comenzó a caminar.
- ¡Lay! - lo llamó ella.
Él se giró a verla.
- ¿Si? - le preguntó.
Un poco extrañado vio como Hanni se acercaba a él y otra vez sin decir nada lo besaba. Él estaba tan sorprendido como la primera vez, pero esta vez cerró sus ojos. Y se sentía extraño, muy extraño. Sintió como ella levantaba sus manos y rodeaba su cuello para acercarlo un poco más. Y cuando la necesidad de respirar apareció ella se alejó.
- Lo....siento - dijo la pelirroja.
- No....no pasa nada. Nos vemos.
Se alejó y comenzó a caminar hacia su casa. Su cabeza no dejaba de pensar. La actitud de Hanni lo asombró más de lo que esperaba. Pero al instante vino a su mente Minah, cuando al fin llegó a la puerta de su casa. Miró fijo la casa del frente. Todas las luces estaban apagadas. De seguro ella no estaba. Suspiró levemente y entró a su casa. Luego de cenar subió a su cuarto y se tiró en su cama, para intentar dormir.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora