Cap. 4

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Ella quitó nerviosa la mirada de aquellos ojos negros, se alejó un poco y puso un metro de distancia entre ellos. No recordaba la vez en que había sentido esto estando con algún muchacho. Era extraño. Terminaron de comer el chocolate.
- Bueno golosa, creo que mejor me voy. Mamá ya debe estar preocupada porque aun no llegué y creo que la leche se me va a pudrir dentro de tu baúl - le dijo él divertido.
- Yo también lo creo - dijo ella.
Caminaron hasta la puerta y salieron para encontrarse con Minho. Él los miró bien y luego miró a su hermana.
- Espero que tú no hayas tenido sexo con mi hermana en mi propia casa porque creo que tendré que matarte - le dijo a Lay.
Lay rió por lo bajó. Minah lo miró sin poder creerlo.
- Cállate Minho. Él es Lay, nuestro nuevo vecino, y además es mi nuevo compañero de escuela. - le dijo ella. Minho lo miró bien.
- ¿Y que hacía aquí? - le preguntó. Ella revoleo los ojos.
- Bueno, Minah. Ya me voy - le dijo él y tomó las bolsas del baúl - ¡Adiós Minho! - lo saludó desde el auto.
- Adiós - dijo él y volvió su mirada a Minah - Estoy esperando una explicación, Minah.
- Y yo estoy esperando que dejes de ser un idiota y eso aun no sucede - le dijo ella y entró a la casa.
Lay vio como ella entraba a su casa, discutiendo con su hermano. Rió por lo bajo y entró a la suya. Su madre se acerco a él.
- ¿Por qué tardaste tanto? Ya me estabas preocupando - le dijo y tomó las bolsas.
- Lo siento, es que......me perdí un poco. Pero ya estoy aquí - dijo él.
- Bueno, la cena estará lista dentro de rato - dijo ella y entró a la cocina.
Lay subió a su habitación y se tiró a su cama. Volvió a sonreír como un idiota al pensar en ella. Esto era raro, esto era nuevo. Jamás había sentido una cosa así. ¿Qué era esto? Sacudió su cabeza y decidió ducharse. Tenía cosas que hacer.

Unas tres semanas pasaron rápidamente, desde la llegada del nuevo al instituto. Y como otro raro más del grupo quedó excluido junto a Minah y Hyeri. Los tres entablaron una, por así decirlo, linda amistad. Pero para los demás no era así. Para todos Lay tenía una relación carnal con ambas y los tres tenían noches desenfrenadas de sexo. Aunque para algunos eso era asqueroso. Para otros Lay era todo un ganador por ello. Los tres reían divertidos al escuchar lo que decían. De verdad la gente podía llegar a tener una gran imaginación. De verdad las personas estaban mal. No les importaba para nada el daño, aunque no era el caso de ellos, que les podía hacer a las otras personas. Lo único que importaba era la popularidad, la belleza y la superficialidad. No importaba si la persona era buena, o si tenía buenas intenciones. Eso era lo de menos. De verdad estaban mal. Lay se sentó al lado de Minah en la cafetería. Hyeri había faltado ese día, estaba enferma. Hoy en la tarde irían a verla. Ella lo miró fijo y él también lo hizo.
- ¿Qué sucede? - le preguntó Minah. Lay sonrió levemente.
- Tengo una noticia para ti - dijo él. Ella lo miró bien.
- ¡Oh, dime que Hanni perdió el cabello! - dijo.
Lay rió por lo bajo y la miró sin dejar de sonreír.
- No cambias, ¿verdad? - dijo divertido. Ella hizo un gesto con los hombros.
- Anda, dime ¿Qué sucede?
- Conseguí un empleo para tu hermano - le dijo. Minah dejó de comer en seco. Lo miró bien, y muy despacio terminó de tragar.
- Lo siento, creo que no te escuche bien ¿Qué dijiste?
- Le conseguí un empleo a Minho - dijo él divertido.
Esto no podía ser cierto, pensaba ella. Lo miró bien, al parecer si era real. ¡Oh por dios! Llevó sus manos a su boca y sonrió divertida.
- ¿Me estás hablando enserio? - le preguntó sin poder creerlo.
- Claro que si - le dijo.
- ¡Dios, eres el extraño más buena onda que conocí en mi vida! - le dijo sin dejar de reír y lo abrazó en un impulso.
Todos se giraron a verlos. Lay sonrió levemente y le respondió el gesto, envolviéndola con sus brazos. Minah seguía abrazándolo con fuerza. No podía hacer otra cosa. Si él de verdad había conseguido un trabajo para el patán de Minho, ella estaba en deuda con él. Su corazón latía rápido, acelerado. Pensó que era por la noticia que él le había dado. Su masculino perfume entró por su nariz, para despertar algo más dentro de ella. Pronto vio que todo el mundo los miraba y cuchicheaba. Lentamente se alejó de él y lo miró sonrojada a los ojos.
- Lo......lo siento - le dijo ella. Lay negó levemente con la cabeza.
- No, no tienes porque - dijo él y miró a su alrededor - Además creo que me merecía eso por la gran noticia - agregó. Ella sonrió levemente.
- De verdad, muchas gracias - le dijo aun un poco avergonzada.
- Deja de agradecerme porque sino tendrás que darme otro abrazo - le dijo.
Ella negó divertida y volvió a su comida.
Hanni los miró bien y luego miró a sus amigas, para luego mirar a su novio. Yoon hablaba entretenidamente con los chicos de baseball. Volvió su mirada a Lay y a Minah, sonrió levemente. Algo acababa de pasar por su cabeza, algo que la divertiría mucho, mucho.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora