Cap. 26

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Lay se escondió un poco detrás de Minah. Minho iba a matarlo si lo agarraba. Sintió fuego en su pecho ante la vista desnuda de la espalda de ella. A su mente vino todo.
- ¡Voy a matarte maldito ñoño! - rugió Minho y se acercó a la cama.
- ¡ALEJATE MINHO! - le gritó su hermana haciendo que su paso se detuviera.
Minho vio como él estaba detrás de su hermana, y ella casi desnuda sentada sobre él. Su sangre hirvió.
- ¡No la toques! - le advirtió.
El chino alzó sus manos al aire, para demostrar que no tenía ningún tipo de contacto con ella. Aunque quisiera.
- Minho, sal y espérame afuera - dijo ella.
- ¡No claro, que no! - dijo Minho.
- ¡Que salgas te digo!
Minho le gruñó a Lay y comenzó a caminar hacia fuera.
- Tú no te salvas Einstein - le afirmó antes de salir del todo - Tú me las pagas por haberte disfrutado la noche con mi hermana.
- ¡SAL! - le gritó Minah y tiró una almohada para que la puerta se cerrara.
Minho salió al fin. Ambos suspiraron aliviados.
Minah giró la cabeza para ver al chico. Sus mejillas se enrojecieron rápidamente.
Él la miró fijo y luego miró sus labios.
Ella sintió como el aire la abandonaba ante aquella profunda y negra mirada. Su cabello estaba excitantemente desordenado. Mordió levemente su labio inferior y luego lo miró a los ojos. Ella estaba media envuelta con las sabanas...
- ¡Minah si no sales ya mismo de ahí, voy a entrar a matarlo y a buscarte! - advirtió desde afuera su hermano.
- Voy.....a ir a calmarlo. Tú....
- Me visto - dijo él rápidamente.
- Eso mismo - dijo ella y se envolvió bien con la sabana, para ponerse de pie y salir de la habitación.
Minho estaba rojo de la furia y caminaba de aquí para allá, cuando ella salió se giró a verla.
- ¿Qué? - dijo Minah.
- Encima tienes el descaro de preguntarme, ¿Qué?
- Minho, ya no tengo 13 años.
- No, lo se. Pero aun eres una niña. Además ¿Por qué con el ñoño?
- ¡Ese ñoño me hizo pasar la mejor noche de toda mi vida! ¡Estoy completamente segura de que tú ni eres tan bueno como él! - dijo nerviosa pero en voz baja para que el chino no la escuchara.
Su hermano la miró sin poder creerlo.
- Lo mato - dijo y se acercó a la puerta para entrar.
Minah se puso en su camino y lo miró desafiante.
- No y no. No te metas en esto Minho. No tienes derecho. Además......solo fue un favor.
- ¿Un favor? - dijo él y la miró - O sea que solo te acostaste con él solo por hacerle el favor.......
- No, no lo entiendes. Él también me hizo el favor a mí. Y no fue solo eso, ¿No te has dado cuenta de que....? - dejó de hablar.
- ¿Qué? - le preguntó su hermano - ¿Estás enamorada de él?
Minah pestañeó varias veces y la sangre volvió a concentrarse en sus mejillas.
- Vete a tu cuarto y no te metas. Él ya se va. Y si le haces algo, jamás en mi vida voy a volver a hablarte - lo amenazó.
Minho la miró con ojos venenosos y rugió por lo bajo.
- ¡ESTA VEZ TE SALVASTE ÑOÑITO! ¡PERO CUANDO ELLA SE DESCUIDE TE ASESINARE! ¿ENTENDISTE? - le gritó desde afuera.
Minah lo empujó un poco para que se fuera de una buena vez. Cuando vio que su hermano entró a su habitación, suspiró levemente y entró al cuarto.
Se quedó quieta al ver como Lay terminaba de abrocharse la camisa. El deseo recorrió su cuerpo y la hizo estremecerse.
El chino la miró fijo y deseó con todo su ser poder entrar de nuevo a esa cama con ella. Terminó de acomodarse y acomodó su garganta.
Ninguno de los dos dijo nada por varios segundos.
- Lo siento - habló ella - No contaba con que Minho llegaría.
- Tranquila - dijo él y sonrió por lo bajo - Fue divertido.
Ella rió levemente.
¿Ahora como seguía todo eso? ¿Qué iba a pasar con ellos?
Lo que pasó, solo pasó porque ambos necesitaban pasar por eso. O eso era lo que ellos querían creer.
- Creo que va a ser mejor que te vayas, antes que el desquiciado de mi hermano quiera entrar a matarte de nuevo.
- Si, creo que va a ser mejor que me vaya por el balcón.
- Está bien - dijo ella y caminó hasta el ventanal para abrirlo.
Lay caminó hasta allí y se giró a verla.
- Mmmm, hablamos......más tarde.
- Ajá - se limitó a decir ella.
Entonces él se acercó un poco para saludarla. ¿Qué debía hacer? ¿Besarla en los labios o simplemente en la mejilla?
Pero ella fue más rápida y se acercó despacio a su mejilla. Depositó sutilmente sus labios cerca de la comisura de su boca. Lay cerró levemente los ojos.
Ella se alejó y él la miró.
El chino se acercó e hizo exactamente lo mismo que ella. ¡Rayos de verdad era un imbécil!
- Adiós - dijo él antes de salir al balcón.
- Adiós - dijo ella y vio como el bajaba por el árbol.
Cuando ella vio que el chico llegaba sano y salvo al suelo cerró la puerta y giró para apoyarse en la misma y suspirar. Otra vez sus mejillas tomaron color al darse cuenta de que lo había despedido envuelta en una sabana. Se acercó a la cama y se dejó caer pesadamente en ella, sin dejar de mirar al techo. Se sentía tan bien, tan plena.
Levemente mordió sus labios y al cerrar los ojos cada cosa que vivió ayer vino a ella. Había sido tan dulce la forma en la que él le había hecho el amor. Había sido tan suave y cuidadoso. Se encontró deseándolo de nuevo.
Rápidamente se sentó en la cama y miró el teléfono. Tenía que llamar a su mejor amiga. Lo tomó y marcó lo más rápido que pudo. Sonó una, sonó dos...
- ¿Hola? - la atendió.
- Hola tonta - dijo ella.
- Minah, cariño. ¿Dónde estas? - preguntó la castaña - Ayer te estuve llamando pero tu teléfono estaba apagado.
- Estoy en casa - dijo ella y volvió a recostarse en la cama.
Giró hacia su derecha y una almohada estaba allí. Respiró profundamente y el aroma de Yixing invadió su cuerpo. Sonrió como si fuera una niña y se abrazó a la almohada.
- ¿Qué pasa? - le preguntó su amiga.
- Nada, ¿Por qué? - dijo ella con tono medio bobo.
- Porque suenas idiota.
- Para nada - le dijo y rió por lo bajo.
- Yixing también tenía el teléfono apagado, ¿Estaba contigo?
- Si - dijo Mianh mientras volvía a sonreír.
- Dime ya mismo, ¡¿Pasó lo que estoy pensando?!
- ¿Qué estas pensando?
- Que tú y Yixing tuvieron una noche de su pasión y de placer - contestó rápidamente ella.
- No Hyeri, ¿De que estas hablando? - preguntó haciéndose la tonta.
- ¡¿Cómo que no?! - preguntó sin poder creerlo - ¡Pero si yo hablé contigo Minah! ¡Y me tomé la delicadeza de hablar con él también! ¿Vas a decirme que no te dijo nada?
- ¿Tú hablaste con Lay? - dijo soltando la almohada.
- Mmmm, bueno.....si. Hablé con él. Le dije que dejara de hacerse el tonto y te dijera que se moría de ganas de hacerlo contigo. Pero veo que es más lento de lo que parece - dijo ella.
Minah no pudo evitar reír por lo bajo.
- No, no es ningún lento - aclaró.
- Minah, dime la verdad.
- Me parece que es claro mi querida amiga. Influenciaste en mí y también en él ¿Cómo crees que terminaríamos?
- Entonces, ¿Si lo hicieron? - preguntó entusiasmada.
- Si - dijo algo tímida.
Escuchó como Hyeri gritaba y alejó el teléfono de su oreja.
- Y ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cómo? - preguntó desesperada por saber.
- Tranquila - dijo divertida Minah - ¿Qué? No sé. ¿Cuándo? Ayer después del baile. ¿Dónde? Aquí en casa. ¿Por qué? Porque tú tienes la culpa. Y ¿Cómo?......Pues, ¿Cómo va a ser Hyeri?
- Me refiero a ¿Cómo te sentiste? ¿Te cuidó? ¿Fue bruto?
Minah sonrió levemente, y sintió un escalofrío bajar por su espalda al recordar su mirada, sus caricias, sus palabras.
- No - dijo por lo bajo - Él no fue bruto, todo lo contrarió. Él........fue más dulce que yo.
- ¡Te lo dije! - sentencio su amiga - Te dije que no ibas a encontrar alguien mejor que Yixing para hacerlo.
- Y si, nadie es como él - musitó.
- Ay, me haces creer que estás enamorada de él - dijo risueña.
- No, no para nada. Solo que.... No sabes - dijo Minah para cambiar de tema - Minho entró al cuarto cuando estábamos durmiendo.
- ¿Los descubrió? - dijo sin poder creerlo.
- Por poco y golpea a Lay.
- Y no es para menos, se acostó con su hermana.
- Tuvo que irse por el balcón.
- Aaaw, como Romeo que luego de hacerle el amor a su Julieta huye por el balcón.
- Eres exagerada - dijo divertida.
- Y ahora, hablando de mujer a mujer. ¿Lo disfrutaste? - preguntó intrigada.
- Hyeri... - se quejó Minah. Sabía que ahora venían las preguntas capciosas y detallistas de su amiga.
- Anda Minah, dime. Soy tu mejor amiga y tengo el derecho de saber todo lo que pasó. Así que respóndeme ahora mismo.
- Si - dijo por lo bajo.
- Si, ¿Qué? - le dijo la castaña.
- Si lo disfrute - dijo revoleando los ojos. Hyeri rió divertida.
- ¿Recuerdas cuando yo te conté la primera vez que lo hice, que hay un momento en el que te sientes abrumada y necesitas que lo haga muchas veces?
Minah no pudo reprimir su risa, haciendo que Hyeri también riera.
- Hyeri, ambas sabemos como se llama eso - dijo divertida Minah.
- Si, pero su nombre es como muy.........crudo.
- Orgasmos, Hyeri - dijo Minah.
- Es una palabra demasiado......cortante - dijo sin dejar de reír - Dime, ¿Tuviste uno por lo menos?
Minah volvió a estallar en risas. Su amiga no iba poder creerlo. A causa de la risa no puedo hablar. Hyeri se tentó por su amiga.
- ¡Dime! - dijo sin dejar de reír.
- No, no tuve uno - dijo cuando al fin logró dejar de reír.
- ¿No tuviste ninguno? - preguntó decepcionada la castaña.
- Tres - dijo Minah.
- ¡¿Tres?! - dijo sin poder creerlo Hyeri - ¡¿Tuviste tres orgasmos?!
- Hyeri, es una palabra demasiado cortante - dijo divertida.
- ¡No puedo creerlo Minah! ¿Me estas diciendo que el tranquilo, pasivo y dulce Zhang Yixing te hizo tener tres......ya sabes?
Minah rió divertida.
- Si - dijo ella asintiendo.
- Minah, dime la verdad - le habló su amiga - ¿Cómo quieres que sigan las cosas entre tú y Yixing?
- Y como tiene que seguir. Somos amigos. Lo que pasó fue.........lindo, pero lo hicimos porque....ya era hora. Como tú dijiste.
- ¿Estás segura? - preguntó.
- Muy segura..

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora