Cap. 1

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Maldita sea! ¡Maldita, ramera! ¿Por qué demonios no le decía al pobre infeliz que no era bueno en la cama? Y dejaba de gritar como una perra, tratando de fingir un orgasmo. .
Con un terrible dolor de cabeza, lentamente levantó la misma de encima de sus hojas de economía. Había intentado estudiar toda la noche, ya que hoy tenía un examen muy importante. Y como casi siempre, eso se le había hecho imposible. Y como casi siempre, se había quedado dormida sobre sus apuntes, encima del escritorio. No podía estar peor. Bueno, tal vez si.
Sacada de si misma, salio de la habitación y sin preguntar, ni avisar entró en la de su hermano.
- ¡Maldita sea Yoona! ¡Dile de una maldita vez que no es bueno y deja de gritar para que lo crea, por el amor de dios! - le gritó a la novia de su hermano. Ambos se alejaron y cubrieron.
- ¡Mierda, Minah! - le gritó él - ¿Cuántas veces te he dicho que no entres así?
- Para tu información, Minho. ¡Trate de estudiar toda la maldita noche! ¡Pero como no consigues darle buen sexo a tu novia, no he podido! - gritó y salió de allí.
Golpeando la puerta, entró al baño. Suspiró levemente y se paró frente al espejo. No podía verse peor, porque ya no podía estar peor. Como odiaba su vida, como se odiaba a ella misma.
Su madre una ramera, que se ganaba la vida a través de su cuerpo. Su padre un drogadicto, alcohólico que nunca se hizo cargo de ella. Y su hermano... su hermano no era nada. Un vagabundo, algún día. No veía futuro para ella. A pesar de que estaba tratando de no terminar como los demás miembros de su familia, eso parecía cada vez más imposible.
Para poder despertarse más, decidió tomar una ducha. Luego salió y se preparó para ir al instituto. Bajó las escaleras y esperó encontrarse con su madre, pero como casi siempre lo único que encontró fue una nota sobre la mesa y al lado, dinero. Se acerco a la nota y la leyó. Decía lo mismo de siempre. 'Espero que estés bien cariño, aquí te dejo el dinero de esta semana para que compres la comida y pagues las cuentas. El resto quédatelo tú. Te amo cielo, y no dejes que tu hermano arruine tus estudios. Mamá'
Suspiró y tomó el dinero. Estaba por llegar tarde a clases. ¡Maldita sea, el examen! Rápidamente tomó sus cosas y salió deprisa. ¿Qué podía ser peor? ¡Oh, no! Ella y sus malditos pensamientos. ¡Se había olvidado las malditas llaves del auto! Otra vez entró y las buscó, cuando ya las encontró al fin estaba lista para irse.
- ¿Mamá dejó dinero? - le preguntó su hermano de 19 años interrumpiendo su salida.
- Si, Minho. Pero no es dinero para tus películas XXX y cervezas. Debo comprar la comida y pagar las cuentas - le dijo ella.
- Eres tan aguafiestas.
- Adiós tarado. Y de verdad, no le estas dando buen sexo a tu novia.
- ¡Tú no sabes nada, virgencita! - le dijo fuerte, ya que ella se estaba alegando.
Ella giro y le enseño su dedo índice. Un poco más apurada se subió a su auto y prendió marcha hacia otro agotador día de clases. Por poco y llega tarde, pero gracias a dios eso no fue así. Se sentó agitada al lado de su única y mejor amiga.
Kang Hyeri. Y a pesar de que su madre no es una ramera, su padre no es un adicto y su hermana no va ser una futura vagabunda, ella tiene problemas con ella misma. Graves problemas.
Ellas dos son, por así decirlo, lo peor de lo peor de todo el instituto. Son vistas como las raras, las drogadictas y hasta dicen que son lesbianas. Minah se ríe de ello y Hyeri hace lo mejor posible para que eso parezca más real aun. Se toman de las manos, se tocan el trasero y se dicen barbaridades, solo para ver como el resto habla de ellas.
Y a pesar de todo, ambas tienen muy buenas calificaciones. Eso es lo que más llama la atención. Porque para ser un par de lesbianas con problemas, están bastante bien académicamente.
- Casi llegas tarde, Minah - le dijo en voz baja.
- Lo se, fue por culpa del imbécil que tengo por hermano - le contestó ella.
- Me lo imaginaba - dijo y rió por lo bajo.
La profesora de economía entró al salón. Todos se pusieron de pie y la saludaron como todos los días. La señora Somg, se puso de pie y comenzó a repartir las hojas de los exámenes. Minah respiro profundamente y fijó su vista sobre los números.
Todo daba vueltas a su alrededor. Los números, las cuentas, su madre, su hermano, su vida. Sacudió levemente su cabeza y trató de concentrarse.
Luego de estar más de una hora escribiendo y borrando, al fin terminó. Como siempre ella era la primera. Se puso de pie y le entregó la prueba a la profesora.
- Muy bien, Minah- le dijo la misma y tomo el papel - Espero, como siempre, una buena nota de usted.
- Fenómeno - escuchó el murmullo de una de sus odiosas compañeras de curso.
Sin prestarle atención volvió a su asiento. Pronto su pequeña amiga terminó también. Entregó y se sentó a su lado.
- ¿Cómo te fue? - le preguntó.
- Espero que bien - dijo ella y miró hacia la señora Song, que ya había comenzado a corregir los exámenes - Y ¿A ti? ¿Cómo te fue?
- Como siempre. Esto no es complicado para nosotras, Minah. Déjale ese papel al monumento a la estupidez - dijo refiriéndose a Hanni. La que anteriormente había hablado - Necesito fumar un cigarrillo ¿Tienes?
- En el auto - le dijo. Hyeri se puso de pie.
- Señora Song, ¿Podemos salir afuera, ya que hemos terminado? - le preguntó a la profesora.
- Claro, alumnas - le contestó ella.
Minah se puso de pie y tomo su bolso, en el cual tenía las llaves de su auto. Sin eso, Hyeri se pondría más que histérica.
- Si, juntitas - dijo uno de los chicos por lo bajo provocando que todos rieran.
Hyeri . se giro a verlo. Y no era nada más, ni nada menos que él.
- Bien que te gustaría pasar una noche junto a nostras dos, ¿no es así Yoon? Eso fue lo que me dijiste el otro día en la clase de gimnasia - le dijo la pelinegra. Todos rieron de nuevo.
Minah rió por lo bajo, sabía como le gustaba a Hyeri provocar a Yang Yoon. Más porque era el novio de Hanni, quien miró sin poder creerlo a su novio. Ambas salieron de allí y rieron divertidas.
- Te encanta provocarlo, ¿no es cierto? - le dijo Minah sin dejar de reír.
- No, solo me encanta la cara de terror de Hyeri - dijo y rió más aun.
Llegaron al estacionamiento del colegio. Se subieron al coche y cada una se prendió un cigarro. Después de todo si tenían una adicción. El cigarrillo. Ninguna de las dos tomaba, desmedidamente. Ninguna de las dos se drogaba, ni lo habían probado alguna vez. Era algo que ninguna tenía la intención de probar.
Pero, si fumaban. Era algo que no podían controlar. Se había vuelto su vicio. Un vicio compartido, un vicio de amigas.
- Ah, esto era lo que necesitaba - dijo Minah dejando que el humo saliera de su boca.
- Yo también - dijo copiando su acto - Oye, tu auto necesita una mano de pintura.
- Lo se, esta hecho un desastre. Pero no tengo tiempo - dijo Minah.
- Pobrecito bebe. Me lo tienen abandonado - dijo Hyeri poniendo voz de nena.
Este auto lo habían comprado juntas hacía ya dos años.
En realidad puso más plata Minah que Hyeri, pero la castaña le decía que lo justo era que lo usaran las dos. Era un auto usado, muy usado. Fue por eso que les salio tan barato.
Cuando terminaron bajaron del auto y se dirigieron de nuevo a las clases. Entraron y ya todos habían terminado. La señora Song corregía concentrada, mientras que todos hablaban y hacían otra cosa. Se sentaron de nuevo en sus asientos. Lentamente un inesperado compañero se acerco a ellas.
- Hola chicas - las saludó.
- Piérdete Yoon - le dijo Hyeri.
- ¿Qué pasa Tizz? ¿No te dejé contenta la otra noche? - le preguntó.
- Vamos Yang, tú no dejas contenta a nadie - dijo Minah y ambas rieron.
- Pues eso no me decías el otro día, preciosa - le dijo. Minah río más divertida aun.
- No me acostaría contigo, ni aunque me pagaras - dijo ella.
- Pues tu madre si - le dijo él. ¡Maldito perro! Sabía donde darle.
- ¡Vamos imbécil! ¿No sabes decir otra cosa, verdad infeliz? - le dijo Hyeri nerviosa.
- Tranquila Kang, tranquila. Solo bromeaba - dijo.
- Veamos si te quedan ganas de seguir bromeando cuando le cuente a la idiota que tienes como novia que dejaste de ser virgen con un travesti - lo amenazó ella.
- No te va a creer - dijo él divertido, pero al mismo tiempo nervioso.
- ¿A no? ¿Y que pasa si justamente ese travesti era mi primo Taehun? - le preguntó. Yoon no dijo nada, se quedó callado - Ahora vete imbécil. Y antes de hablar piénsalo dos veces.
Él se fue dejándolas de nuevo solas. Hyeri miro a Minah. Sabía perfectamente que eso la afectaba y mucho. No era por el hecho de que su madre era eso. Sino que no había otra salida, otra forma. Ella se ganaba la vida así, no tenía otra manera. Y le dolía tanto que fuera así. Pero a pesar de todo era una buena madre, casi nunca estaba. Pero su ausencia no se notaba cuando si lo estaba.
- Vamos, Minah. No vas a dejar que un estúpido te ponga mal ¿O si? - le dijo su amiga. Ella la miró y sonrió levemente.
- Claro que no - dijo ella. Hyeri se acercó a ella y la abrazó dulcemente.
La señora Song terminó de corregir.
- Bueno, alumnos, ya tengo sus exámenes - dijo y se puso de pie para entregarlos - Park Hanni - la llamó. La rubia articial se puso de pie y caminó hasta ella - Un desastre, como siempre.
- ¡Pero si yo estudie! - dijo quejosa al ver su nota.
- Pues no se nota - le contestó la profesora. Ella volvió a su asiento y golpeo levemente la mesa - Yang Yoon - dijo y le alcanzó la hoja - Otro desastre, se nota que son tal para cual.
Todos rieron, menos la parejita feliz que no parecía tan feliz en ese momento. Así fue repartiendo cada una de las pruebas. Unos bien, unos mal, otros muy mal.
- Kang Hyeri - dijo y la pelinegra se puso de pie - Felicidades, muy bien - le dijo. Ella sonrió levemente y tomó orgullosa su nota - Lee Minah - la llamó. Minah se levanto de su asiento y caminó hasta ella. La señora Song la miró bien - ¿Qué pasa, Minah? ¿Tienes algún problema en casa? - le preguntó. Ella la miró extrañada.
- ¿Por qué lo dice? - le preguntó ella.
- Esta no era la nota que esperaba de ti - dijo y le entregó el examen. Minah miro fijo su nota. ¿Una C? Nunca en su vida le había ido tan mal. Y a pesar de que estaba a probada, esta no era la nota que ella esperaba.
- No lo se, profesora. No se que pasó - dijo y la volvió a mirar.
- He hablado con los demás profesores y nos hemos dado cuenta de que has bajado muchas de tus notas. Igual todas están aprobadas, pero nos preocupas - le dijo.
Minah frunzo los labios y luego sonrió levemente.
- Quédese tranquila que no es nada - dijo ella y volvió a su asiento.
- ¿Qué sucedió? - le preguntó Hyeri.
- No me fue como esperaba - le dijo y le enseñó su nota.
Hyeri la miró bien y luego miró a su amiga.
- Tranquila, Minah. No es tan grave - Minah suspiró levemente.
- La próxima vez que Minho traiga a Yoona a casa para tener sexo, no le quedaran ganas de volver a hacerlo en su vida - dijo en voz baja. Hyeri rió divertida.
Las puertas del salón se abrieron para darle paso al director del instituto. El señor Choi Ji Young. Hombre de unos 50 años, ético y muy moralista. Su manera de educar era liberal y por eso se llevaba tan bien con todos allí.
- Buenos días, alumnos - los saludó. Todos se pusieron de pie.
- Buenos días, señor - dijeron al unísono.
- Perdón señorita Song, pero necesito unos minutos de su clase - le dijo.
- No hay problema señor - dijo ella.
- Antes que nada espero que se hayan comportado bien la semana pasada, en la que no estuve. Porque si no fue así, habrá graves consecuencias - dijo. Todos rieron. Él también lo hizo - Pero pasando al tema importante, tenemos un nuevo alumno en el colegio. Pasa - le dijo a alguien que aun no había entrado. Minah miró fijo a aquel muchacho. Estatura normal, de ojos negros muy impresionantes y cabellos oscuros. Todos rieron por lo bajo al mirarlo bien. Estaba bien vestido, llevaba unos anteojos para leer y parecía por así decirlo, muy inteligente.
- Un nerd - dijo Hyeri divertida por lo bajo.
- Tal vez no lo sea - dijo Minah sin dejar de mirarlo.
- Míralo, Minah- dijo.
- Es interesante - dijo ella. Hyeri la miró bien.
- Quiero que le den la bienvenida al señor Zhang Yixing - lo presentó él.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora