Cap. 18

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- Yo no dije Lay - dijo nerviosa Minah.
- ¿No? - preguntó Hyeri con confusión.
- ¡Claro que no! - le dijo Minah.
- ¿A no? - preguntó Kai mientras se ponía de pie y su rostro se tornaba serio - ¿Qué dijiste entonces? Porque no creo que Hyeri y yo estemos tan locos como para escuchar lo mismo, ¿o no Hyeri?
Minah miró a su amiga, y luego miró a Kai. Últimamente el moreno había estado demasiado irritable con el tema de Lay. Cada vez que Hyeri lo nombraba se ponía serio y su rostro no cambiaba hasta que ella dejaba de hablar de él.
- Yo dije que estaba pensando en 'sacar' un turno para Hyeri, para hacerle una ecografía.
- ¿Y para que quiero hacerme yo una ecografía, si ya me la hicieron cuando estuve internada y mi bebé esta bien? - le preguntó su amiga.
Minah la miró fulminantemente, su amiga no la estaba ayudando ni un poquito. guardó silencio y dejó que Minah terminara de ponerle la tintura.
Nadie dijo ni una palabra durante los siguientes 45 minutos. El silencio era tenso y cortante.
Kai estaba leyendo una revista que había encontrado, mientras que Hyeri y Minah intercambiaban miradas confusas ante el comportamiento de él.
Hyeri se puso de pie, y se quitó el barbijo para poder hablar bien de una buena vez. Minah la regañó por eso y la obligó a ponérselo de nuevo.
- Bueno, ya me voy a quitar esto de la cabeza para volver a ser la psicópata platinada - dijo esperando a que Kai la escuchara y dijera algún comentario de ello.
Él no lo hizo, solo siguió leyendo su revista.
Hyeri miró a Minah y esta le hizo un gesto de 'no saber' con los hombros. Salió de la cocina, dejándolos solos. Minah miró a su amigo, esperando recibir alguna mirada de su parte, pero él no la miraba, ni le hablaba. Eso ya la estaba poniendo más que nerviosa.
- ¿Se puede saber que te sucede? - le preguntó ella.
Vio como con cuidado Kai cerraba la revista y clavaba su mirada en ella.
- ¿Quieres saberlo?
- Si, quiero saberlo - dijo ella.
- Me pasa que me molesta, que no confíes en mí. Y que me tomes por un idiota, que no se da cuenta de las cosas.
Ella frunció el ceño y se sentó frente a él.
- ¿De que hablas Kai?
- De Yixing, te hablo.
- ¿De Lay? - dijo y pestañeó varias veces.

La puerta sonó con tres golpes, Hyeri que pasaba justo por ahí se acercó a la misma y la abrió. Sonrió al ver a Lay del otro lado...
- Lay, ¿Qué haces aquí? ¿No me digas que dejaste al fin a la loca esa? - le preguntó. Lay rió por lo bajo y miró la cabeza de su amiga, que tenía una toalla envuelta - Me he vuelto a teñir de castaña... vuelvo a ser la de antes.
- ¿Qué se te dio por hacer eso? - le preguntó él mientras pasaba, ya que ella le había hecho un gesto para que lo hiciera.
- Quiero volver a ser la de antes, y eso incluye mi pelo. ¡Quiero que mi hijo o hija salga rubio o castaño Yixing!
Él volvió a reír por lo bajo.
- Ya lo creo, ya lo creo - dijo divertido - ¿Sabes? Volví porque me olvidé las llaves de mi casa en la cocina...
- Me parece que desde que estas con esa... chica, te has vuelto un poquito más tonto de lo que normalmente eres.
- No seas mala - pidió él.
- No, no soy mala. Soy realista - le dijo y rió - Bueno, puedes ir a buscarlas, deben estar en donde las dejaste. Voy a secarme el cabello y bajo, no te vayas...
- Está bien - dijo él y vio como ella desaparecía.
Miró a su alrededor y se preguntó si Minah y Kai ya se habían ido. Caminó sin hacer demasiado ruido hasta la cocina, pero al escuchar voces se detuvo.
- ¡No se a donde quieres llegar Kai! - escuchó como Minah le hablaba algo nerviosa.
Se asomó un poco y los vio parados, frente a frente.
- ¡A que me digas la verdad! - dijo él bastante exasperado.
- ¿Qué verdad? - preguntó ella.
- ¡Que te gusta Lay, esa verdad! - elevó un poco más su voz el morocho.
Minah se quedó helada.
Lay se tensó al escuchar eso, y trato de calmar los latidos de su corazón, para no ser descubierto...
- ¿De... de donde sacaste eso? ¿Qué disparates estas diciendo Kai? - habló nerviosa.
- Lo que veo, lo que escucho, lo que siento y lo que pienso - dijo él.
Se acercó más a ella, hasta al punto de que sus caras quedaran enteramente enfrentadas.
Lay se asomó un poco más para poder verlos, y sintió una puntada en su estomago. Las ganas de entrar y tirársele encima a Kai para golpearlo lo invadieron.
- Kai yo...
- Tú no te das cuenta de que él es un idiota, un pobre imbécil que se dejó llenar la cabeza por una estúpida como Hanni...
Lay sintió como la sangre le hervía al escucharlo hablar así.
- Eso es...
- Nada, eso no es nada. Yo Minah...
Kai se acercó un poco más, hasta el punto de rozar sus labios con los de ella.
Los ojos de Lay se abrieron como platos y sintió que su ira iba a estallar en cualquier momento.
- Yo no puedo evitar sentir ganas de matarlo, cada vez que lo miras y cada vez que te veo cuando Hyeri se pone a hablar de él...
- Ka... Kai... yo
Ella no pudo seguir hablando, porque los labios de Kai se posaron suaves sobre los de ella. Sus ojos estaban bien abiertos y su boca quieta como una roca. Pero pronto sintió como sus labios se movían, para responder a eso que ella no esperaba.
Lay sintió un dolor aun más fuerte que la puntada de su estomago, en su pecho. Era como si alguien le estuviera clavando una daga justo en medio del corazón. Sintió como sus ojos se volvían vidriosos y su respiración era agitada a causa del enojo. Volvió a mirar aquella escena, y vio que los ojos de Minah aun no se cerraban ante ese beso.
Era como si ella... como si ella intentara entender lo que estaba pasando.
- Permiso - habló él e hizo que recién entraba a la cocina. Vio como Minah se alejaba rápidamente de Kai y lo miraba atónita. Lay sonrió como si nada hubiera visto y pasó entre ellos para buscar las llaves que estaban sobre la mesada - Me olvidé las llaves - dijo sin dejar de sonreír y miró a Kai - Oye, ¿Qué te sucede? Parece como si alguien te hubiese desconcentrado de algo...
Kai lo miró con recelo y le estaba por decir algo.
- ¡No, no! - habló Minah antes que él - Kai estaba contándome, unas cosas que vio muy interesantes en la revista.
Lay la miró y sonrió de manera burlona.
- No se porque estas diciéndome eso, no necesito explicaciones - le habló él sin dejar de sonreírle burlonamente - Pero si es así, wow que buen amigo que tienes - dijo con tono de ironía.
Minah bajó su mirada de él.
- Muchachos, ¿Cómo les parece que me quedó el cabe...? - Hyeri dejó de hablar cuando entró a la cocina y sintió aquella tensión allí.
Miró a los dos chicos y luego miró a Minah, que solo miraba al suelo. Vio como Kai estaba algo rojo y se notaba a leguas que trataba de no matar a alguien. Ella estaba segura que ese alguien era Lay...
- Te quedó hermoso, teletuvi - le dijo Lay y se acercó a besar su frente - Pero yo ya me tengo que ir - Minah notó que aun tenía ese tonó irónico al hablar - Y de verdad - les habló a Kai y a Minah - Lamento de corazón si interrumpí algo, no fue mi intención.
Hyeri miró a sus dos amigos, ante lo que Lay acababa de decir.
- ¿Quieres que te acompañe a la puerta Lay? - le preguntó Hyeri.
- No, no hace falta - le dijo él. Se agachó hasta la altura del vientre de la 'otra vez' castaña. Hyeri sonrió levemente - Adiós mini-teletuvi. Te prometo que luego vengo a visitarte y a traerte más cosas dulces...
- Y galletitas de limón - agregó Hyeri agudizando su voz como si fuera la del bebe.
Lay rió por lo bajo y apoyó la mano sobre el vientre de su amiga. Minah estaba atontada al ver al Lay que ella había conocido, delante de sus ojos
- Y galletitas de limón - aclaró él y se incorporó.
Salió de allí dejándolos. Hyeri volvió su vista a ellos, y vio como Minah miraba como con enojo a Kai. Esté la miraba fijo, pero sin decir ni una sola palabra.
- Me voy a trabajar - habló Minah, y tomó su abrigo. Se acercó a su amiga.
- Pero... - apenas tartamudeó Hyeri.
- Más tarde te llamo, ¿si? - le dijo Minah a su amiga y besó su frente, para luego acariciar su panza y salir de allí, dejándola más desconcertada que nunca.
Hyeri giró la cabeza para mirar a Kai, que tenía un semblante serio, más serio de lo que ella recordaba que le hubiera visto.
- ¿Tú también te iras como si nada y me dejaras sola? - le preguntó.
Kai suspiró levemente y se sentó en la silla para hacerle un gesto para que se acercara y se sentara sobre él. Hyeri así lo hizo.
- No, no voy a irme - le habló él al fin luego de unos segundos.
- ¿Se puede saber que diablos pasó? - dijo ella y tomó un dulce que estaba cerca de su mano.
- Nada... absolutamente nada - dijo él.
Ella suspiró y comió el caramelo, para luego mirar a los ojos a su amigo.
Sintió como sus mejillas se enrojecían al darse cuenta que estaba sentada sobre su regazo y que Kai le rodeaba la cintura con el brazo y su mano descansaba sobre su vientre.
Nerviosa y se incorporó y sacudió un poco su cabeza ante ese extraña sensación de seguridad que la invadió.
- ¿Qué pasa? - le preguntó Kai.
- No... nada, nada - habló ella con una risita nerviosa - Solo que me acaban de llamar del hospital que tengo que ir a hacerme un chequeo y no quiero ir sola...
- Yo voy contigo - dijo Kai mientras una sonrisa se le dibujaba en el rostro - ¿Acaso es para una ecografía?
- Si - dijo ella asintiendo - Al parecer quieren hacer otra para ver como va todo, y si todo sigue igual. ¿Estás seguro de que puedes acompañarme? Mira que sino le pido a mi madre cuando llegue, ella me puede lle...
- Hyeri - le dijo Kai interrumpiéndola - No voy a perderme ni loco la oportunidad de ver a una cosita tan chiquita en su lugar de crecimiento.
Ella rió por lo bajo y sintió como otra vez sus mejillas tomaban color. Él era tan tierno, y tan dulce... Sacudió su cabeza y lo miró.
- Entonces ayúdame a secarme el cabello así vamos, que el turno es dentro de una hora.
Kai asintió y se acercó a ella para ir en buscar de las cosas y ayudarla.
Trataron de terminar rápido y salieron casi corriendo de la casa de la castaña, porque ya estaban por llegar tarde. Se subieron al auto de Kai y este comenzó a manejar a toda prisa.
Más rápido de lo que esperaban se detuvieron frente al hospital. Kai se bajó primero, y como era de esperar siempre de él, giró alrededor del auto para abrirle la puerta a Hyeri.
Ella rió divertida y se bajó con cuidado ya que sintió un repentino mareo. Kai la tomó de la cintura y la acercó a él para que no se cayera.
- Cuidado, castaña - le dijo sin soltarla - Tienes que tener mucho cuidado.
Ella sintió como su corazón se aceleraba al tenerlo tan cerca. Lo miró fijo a los ojos, y sintió unas estúpidas ganas de llorar.
¡Diablos, como se notaba que estaba embarazada! ¡Cualquier cosa la ponía de ese modo!
Ella le agradeció y sin soltarle la mano Kai la dirigió hacia dentro del gran edificio blanco, en el cual ella había estado internada hacia una semana. Caminaron por un gran pasillo blanco hasta acercarse a un mostrador donde una mujer anotaba cosas en una computadora. La mujer levantó la cabeza y los miró.
- Buenas tardes, ¿en que puedo ayudarlos? - preguntó amable.
- Vengo a hacerme una ecografía de chequeo, señorita - le dijo Hyeri.
La mujer comenzó a buscar unas cosas.
- Su nombre por favor.
- Kang Hyeri - dijo ella. La mujer anotó rápidamente.
- ¿El nombre del padre del bebe? - dijo. Hyeri sintió como el aire la abandonaba y una puntada atravesaba su garganta. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
- Yo - habló él. Hyeri se giró a verlo - Yo soy el padre, anote. Kim Jongin.

El primer amor siempre duele ➳ LayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora