Minah se sentía un poco nerviosa, pues hoy llegaría el primo de su mejor amiga. Oh Sehun había sido el chico del que ella había gustado, los primeros años de su adolescencia, luego de que Kai se fuera con su madre.
No sabía porque estaba tan nerviosa, en realidad jamás había pasado algo entre ellos, por lo cual no entendía el porque de sus nervios.
Hyeri entró a la cocina, en donde estaban todos.
- ¿Alguien vio en donde quedó mi pulsera? - preguntó.
- No, nadie lo ha visto - le dijo Kai.
- ¿A quien esperamos? - preguntó Lay.
- A mi primo Sehun - le contestó la rubia - En cualquier momento suena el timbre - el timbre sonó y Hyeri alzó las dos cejas - Ahí lo tienen, ese es él...
Salió de la cocina y Minah pensó que los nervios iban a matarla. Miró a Lay y este la miró extrañado.
- ¿Qué te sucede? - le preguntó.
- No, nada - dijo ella rápidamente.
Ambos miraron a la puerta cuando Hyeri entró con un chico de cabellos castaños oscuros detrás. Minah lo miró bien, él estaba igual.
- Chicos él es mi primo Sehun - lo presentó la rubia - Primo, ellos son Kai, mi novio, Yixing mi mejor amigo y bueno... ¿recuerdas a Minah, verdad?
El muchacho asintió con la cabeza sin dejar de mirarla. Minah sintió que un nudo se formaba en su garganta y le sonrió a penas para no quedar mal.
Lay miró como él miraba a Minah, y una ola de celos atravesó su cuerpo.
¿Cómo se atrevía a mirarla así?
- ¿Qué tal? - habló al fin.
- Bien, bien - dijeron los tres al unísono.
- Siéntate Sehun, ¿Cómo estuvo tu viaje? - le preguntó Hyeri.
Sehun se acercó a la mesa y se sentó. Sonrió y distraídamente miró a Minah.
- Bien... no fue tan malo como creía, fue rápido y sin ningún contratiempo - le contestó él.
- Me alegro mucho - dijo la rubia.
- ¿Y como anda tu bebe prima?
- Bien, ella está perfecta - contestó mientras acariciaba su panza.
- Me enterado de lo de Eunji, Minah. Lo lamento mucho - dijo él..
Ella lo miró algo sorprendida porque le hablara. Apretó los labios y se dio cuenta de la molesta mirada de Lay. Se animó a mirarlo a los ojos. Parecía estar enojado...
- Si, fue terrible - le dijo ella.
Un incomodó silencio se formó en aquella cocina.
- Mmm, bueno ¿Quieren que comamos algo? - preguntó Hyeri.
- Si, ¿Por qué no? - le dijo su primo. Lay se puso de pie.
- Ya vuelvo - dijo y salió de la cocina. Kai miró algo extrañado a su amigo y también se puso de pie.
- Yo también, ya vuelvo - dijo y salió detrás de él. Se acercó a Lay y apoyó su mano sobre su hombro - ¿Qué sucede amigo?
- ¿De donde salió ese imbécil? - preguntó mientras se giraba a verlo. Kai rió por lo bajo.
- Es primo de Hyeri... no lo se - dijo algo divertido.
- ¿Viste como miraba a Minah? - le dijo nervioso.
- ¿Cómo la miraba?
- Es obvio que le gusta - exclamó - Y ¿Acaso no has notado lo nerviosa que ella ha estado desde que llegó?
- Lay... hermano, creo que va a ser mejor que te calmes. No creo que sea nada... Hyeri me dijo que entre ellos nunca pasó nada.
- ¿Seguro?
- Si, nada de nada. Tal vez estaba nerviosa por otra cosa y tú ya te estas haciendo la idea de que entre ellos pasa algo.
- No lo tolero ¿entiendes? No podría soportarlo - dijo el chino.
- La realidad es que te vas dentro de dos semanas y no creo que quieras que Minah sufra... entonces lo mejor va a ser que te alejes de ella... desde ahora.Minah miró a su amiga y con cuidado se acercó a ella. Ambas estaban preparando las cosas para la última semana de clases. Hyeri se giró a verla. Una semana había pasado desde que Sehun había llegado al lugar, y desde entonces Lay había estado más que raro.
- ¿Qué sucede? - le preguntó.
- Hyeri, ¿sabes que le pasa a Lay? - dijo ella. La rubia frunció el ceño.
- No, ¿Por qué? - le preguntó.
- Porque está rarísimo... desde que llegó Sehun apenas me habla. A lo que me refiero es que esta... extraño - le contó.
- No lo se Minah, para mí esta igual que siempre - dijo Hyeri.
- Si, contigo y con Kai esta igual que siempre. Pero conmigo no, ¿crees que sea por lo que pasó entre nosotros? Quizás esta arrepentido y... no quiere saber más nada conmigo... ni siquiera como amigos.
- No, no seas tonta. Yixing no es así... quizás tenga algún problema y no quiere contarlo.
- Además tu primo me invitó a tomar un helado hoy por la tarde - dijo ella.
- ¿Iras? - preguntó.
- No lo se... te juro que no tengo ganas. Pero... creo que así podré dejar de pensar tanto en Lay. - contestó.
- Está bien, si es lo que quieres. Te apoyo - dijo y ambas se abrazaron.
Llegaron a la escuela y tuvieron un día normal y largo. Lay no había ido, y eso si que era extraño. Él nunca faltaba a clases.
Ambas chicas interceptaron a Kai para llenarlo de preguntas. Pero él no estaba en actitud de cooperar. Lo único que se dedicaba a decir era... pregúntenle a él.,
Minah estaba por salir del salón de clases cuando el director se acercó a ella.
- Señorita Choi, ¿podría hacerme el favor de entregarle esto al alumno Yixing? - le dijo.
Ella lo miró y luego miró el sobre de papel madera que le estaba entregando.
- Si, claro que si - le contestó y lo tomó.
- Muchas gracias alumna, que tenga buen fin de semana - dijo y se fue dejándola sola.
Minah salió del colegio y se subió a su auto para prender marcha hacia su casa. Llegó más rápido de lo que esperaba y se metió a su casa. Se le estaba haciendo tarde para encontrarse con Sehun en la heladería como habían quedado. Se bañó y se cambió. Se puso unos pantalones de jean, una musculosa blanca y encima una camisa a cuadros, que la abrochó solo hasta la mitad de su pecho.
Se secó el cabello y se lo dejó suelto en unas perfectas ondas. Miró la hora y de verdad se le iba a hacer tarde, pero primero debía pasar por lo de Lay para dejarle el sobre que el director le había dejado. Tomó las llaves y salió. Detuvo su paso al ver como el clima había cambiado, en cualquier momento iba a llover.
Rápidamente cruzó la calle para tocar el timbre de su vecino, dejar los papeles y poder irse de una buena vez. Antes de que ella tocara la puerta se abrió. Sus ojos se abrieron bien para mirarlos.
- ¡Minah! - dijo contenta la madre de Lay..
- ¿Qué tal señora Zhang? - le preguntó ella.
- Muy bien, cariño - le contestó con una sonrisa - Nosotros nos estamos por ir, pero Yixing se queda. Puedes pasar esta en su habitación - tomó su bolso y giró para hablarles a su otro hijo y a su marido - ¡Pueden apurarse por favor!
Los dos salieron de la cocina y sonrieron al ver a Minah.
- ¿Qué tal Minah? - le preguntó el padre de Lay.
- Muy bien señor Zhang - dijo y miró a Changmin. El hermano menor del chino se acercó a ella.
- Yixing está algo raro últimamente. No se que le pasa, ¿Por qué no le preguntas? Tal vez contigo si quiera hablar - le dijo él. Ella lo miró extrañada.
- Debemos irnos Minah, dile a Lay que le dejé comida en la heladera. Que mañana volvemos a eso del medio día - le dijo la madre algo apurada y besó su frente. Los otros dos miembros de la familia también la saludaron y salieron de la casa, cerrando la puerta detrás de ella.
Miró a su alrededor y todo se veía extrañamente oscuro. Supuso que era porque afuera estaba nublado y en cualquier momento iba a llover. Sintió una presión en su pecho al darse cuenta de que estaba sola en la casa... sola con él.
Sacudió la cabeza y caminó hasta las escaleras. Subió y buscó la habitación del chico. Tocó una vez y no recibió respuesta. Volvió a tocar, y nadie contestó.
- ¿Lay? - lo llamó y abrió la puerta.
Él no estaba allí. Ella entró del todo y miró a su alrededor. La persiana del gran ventanal estaba a medio cerrar, provocando que la habitación estuviera un poco más oscura. Claramente se notaba que estaba nublado, pues la poca luz que entraba era gris y fría.
Él salió del baño secándose el cabello.
Ella se giró a verlo y sintió que la respiración la abandonaba. Llevaba solo puestos unos pantalones de jean desgastados, y no traía remera. Las gotas de agua estaban esparcidas por sus hombros.
- Minah - dijo algo sorprendido - ¿Qué haces aquí?
- Oh, ahí estabas - dijo nerviosa y trato de no mirarlo - Me abrieron tus padres, me dijeron que estabas aquí, que subiera y se fueron.
- Si, se fueron a la casa de unos amigos... en un campo. Vuelven mañana - dijo él y terminó de secarse el cabello.
- Vine a traerte unos papeles que me dio el director - le dijo Minah y estiró su mano para entregarle el sobre
Él lo tomó y sin prestarle atención, lo dejó sobre el escritorio. La miró fijo. Ella sintió un cosquilleo en su estomago.
- ¿Vas a salir? - le preguntó él.
- Si... salgo con Sehun... a tomar un helado - dijo ella y apartó su mirada de él. Él apretó sus labios y asintió levemente - ¿Tú no sales?
- No, estoy cansado - contestó secamente.
- ¿Por qué no fuiste hoy al colegio? - preguntó ella.
- No tenía ganas - dijo y caminó hasta el escritorio para guardar el sobre dentro de uno de los cajones. Ella lo miró bien. Él estaba tan distante... enojado.
- ¿Te sucede algo?
- No, nada - dijo en un suspiro.
- Yixing, te conozco. Hace días que estás raro, distante, ¿Qué te sucede?
- ¿Te importa saberlo? - preguntó él.
- Si, si me importa - contestó ella asintiendo.
- ¿Por qué?
- Porque eres mi... mi amigo y me importas.
- ¿Quieres saberlo? - dijo él. Ella lo miró extrañada.
- Claro - dijo sin dudarlo.
- Me molesta mucho que salgas con Sehun - le dijo.
Ella lo miró bien, abrió la boca para decir algo pero las palabras se atoraron en su garganta. Miró a su alrededor.
- Mmm, se me hace tarde Lay. Tengo que irme - dijo nerviosa y caminó hasta la puerta.
La abrió pero esta se cerró al instante. Ella levantó la cabeza y él estaba a centímetros de ella.
- Tú quisiste saber, ahora me escuchas - le dijo. Ella tragó sonoramente - Detesto saber que otro puede besarte...
- Lay...
- No lo tolero, me molesta... quiero matarlo. Maldito infeliz, si llegara a tocarte un pelo, sería su fin. Sería lo último que hiciera en esta vida - dijo agitado.
- Debo irme - susurró algo agitada por su cercanía - Me debe estar esperando.
- Que te espere sentado - le dijo y sin seguir dudando se acercó a ella para besarla.
Minah gimió levemente, al sentir como él la acorralaba contra la puerta que estaba detrás de ellos. Su beso era tan intenso, que pensó que iba a desmayarse por la falta de aire, y por lo rápido que latía su corazón. Sus lenguas se mezclaron calientes, y sus labios se rozaron posesivamente, hasta provocar cierto dolor allí.
Lay se alejó apenas para poder respirar y abrió sus ojos para mirarla. Como la deseaba, la deseaba más que la primera vez. Y eso era porque ya la conocía... de los pies a la cabeza. Su pecho se elevaba agitado.
Minah abrió los ojos y se estremeció ante el color que ellos tenían. Un negro intenso y abrumador.
Su corazón latía rápido al tenerlo así delante de ella. Su fuerte y musculoso cuerpo a la vista de ella, impidiéndole escapar. Pero ella no quería escapar. Ella quería esto, lo quería más de lo que realmente quería admitir.
- No me dejes por favor, quédate conmigo. Déjame hacerte el amor... necesito hacerlo. Lo necesito más de lo que realmente deseo admitir - le dijo agitado.