•CAPITULO 13• "Agujero negro"

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SONG: FUCK UP THE FRIENDSHIP - LEAH KATE

"El alcohol nos hace cometer estupideces, pero no nos obliga a sentir, ni mucho menos a enamorarnos"


ANNA MILLER

Hay veces que en la vida planificamos ciertas cosas, ocasiones en las cuales trazamos planes que parecen muy claros, sin márgenes de error, pero entonces llega alguien que pone todo aquello de cabeza, y ya no importa lo que hayas planificado, porque esa idea se reduce a cenizas.

Llevo desde los quince rememorando el sabor de sus labios, ese gusto mentolado, mezclado con tabaco. La pasión con que su boca buscaba la mía, volver a besarlo se sentía como si el tiempo no hubiera pasado, como si aún tuviéramos quince, solo que no era así. Yo ya no era inexperta en besos, él lo hacía mejor que años atrás. La lujuria dominaba mis acciones y saber que él deseaba aquello tanto como yo era simplemente satisfactorio.

Desde mi primer beso probé otras bocas, y descubrí que existían quienes te besaban con ternura, algunos con amor, otros con devoción. Alex, en cambio, no era ninguno de esos, o mejor dicho, una mezcla de todos, él te besaba como si hubiera estado esperando aquello por un largo tiempo, como si deseara jamás soltar tu boca. Sus labios te devoraban con anhelo, como si temiera no volver a hacerlo.

Envolví el cuello de mi mejor amigo con mis brazos mientras él me acomodaba sobre su regazo. Solté un suspiro que se perdió en el interior de su cavidad, y entonces Alex separó su boca de la mía. Deslizó sus labios por el contorno de mi mandíbula hasta llegar a la curva de mi cuello donde me besó con más detenimiento. Cerré los ojos inclinando la cabeza hacia atrás, entregándole mi cuerpo para que hiciera conmigo lo que le apeteciera.

Sentía que el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento, las manos me hormigueaban por la necesidad de tocarlo, así que las llevé hasta su nuca, acercándolo más a mí. Sentí como esbozaba una sonrisa contra mi piel, sin embargo, su boca bajó hacia mi clavícula y luego hasta el dobladillo de mi blusa. Jadeé sorprendida.

Joder, iba a matarme

Se me ocurren peores formas de morir.

Cerré los ojos, perdida en la humedad de su boca cuando su voz me trajo de vuelta.

—Anna— me llamó con la voz ronca

Quise decirle que siguiera, que me estaba volviendo loca, que lo necesitaba, pero solo clavé mis uñas en su piel para que entendiera aquello.

—Joder cariño, detente.

Sus dedos presionaron con fuerza mi cintura. Clavé mis ojos en los suyos, el gris claro se había vuelto tormentoso. Acerqué mi rostro a su cuello y lo lamí con lentitud mientras comenzaba a mecer mis caderas contra su pelvis.

—Me estás matando, para.

Aparté mi rostro de su cuello y lo miré alarmada.

—¿Estoy haciendo algo mal?

—Pero, ¿qué dices?— tomó mi mentón entre sus dedos. —Claro que no.

—Escucha quizás si...

Bajó mis caderas para que se encontraran, son el bulto en su pantalón, gemí extasiada.

—No hay nada que estés haciendo mal. Me estás volviendo loco, ¿de acuerdo?

—¿Y eso es malo? — pregunté rozando nuestros labios

—Para ti.

—¿Por qué?

Error de principiante (1)[RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora