12.

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— Lamento haberte mandado a llamar, pero tienes que firmar estos cheques.

Steve asintió en silencio, no podía culpar a Sam de su interrupción, él sólo hacía su trabajo. Pero lamentó haber dejado sola a Natasha, aunque aún debían hablar.

— No te preocupes Sam — Steve leyó atento los documentos — Aquí dice que debo ir a entregar la mercancía yo mismo.

Sam asintió.

— Puedo pedirle a James que me acompañe...

— Yo iré contigo, además tengo algunos pendientes en la capital, Natasha puede quedarse aquí con James y Wanda — Steve acarició su barbilla — creo que necesitó alejarme de ella.

Sam lo miró extrañado.

— ¿Que ha sucedido? Sabes que puedes contar conmigo.

— Lo se Sam — Steve se dejó caer en el respaldo de su asiento — le fui infiel a Natasha, me deje cegar por la ira y el recuerdo de ese imbecil reclamandola como suya, ha sido una tormenta.

— Debiste alejar a Margaret de este lugar antes de casarte — Sam recordó cuanto había sufrido Steve por esa mujer — y pensar bien si realmente querías casarte con Natasha o solo era un capricho.

Steve levantó la mirada furioso, ella no era su capricho.

— Elegí a Natasha como mi esposa, porque siento algo por ella...

— Entonces fuiste un idiota — Sam se levantó de su lugar yendo a la pequeña barra del despacho donde sirvió en dos copas un poco de whisky, regresó a su lugar ofreciendo una a Steve.

— Lo fui, ¿Cuando regresa Daniel Sousa? Necesito que se lleve a Peggy — el hombre bebió de un sorbo el licor — Natasha tiene razón, no puedo tener a Margaret aquí.

— Ni idea, han retrasado mucho la boda, temo que no lleguen a casarse.

Steve asintió, necesitaba cambiar de tema o iba a volverse más loco.

— ¿Que hay de tu boda con María? Sabes que pueden realizar la ceremonia en la Hacienda, nada me haría más feliz.

Sam sonrió agradecido.

— Ya que insistes, realmente tenemos planeado casarnos en dos semanas, no quiero sentirme nervioso, pero es inevitable — Sam apretó sus labios — lamento que el inicio de tu matrimonio haya sido un desastre.

— Realmente espero arreglarlo, quiero a Natasha, pero temo que lo arruiné.

Natasha aprovechó que Steve había ido a atender unos negocios, decidida a alejarse de él tomó algunas de sus pertenencias, se mudaria a una de las habitaciones de huéspedes con ayuda de Clare quién oportunamente le avisó que sus pertenencias habían llegado de la ciudad; se instaló en una de las habitaciones, la cual era más pequeña, pero eso era lo de menos; la siguiente hora se dedicó a desempacar con melancolía; Yelena le había mandado una carta, asi como diversas galletas que su nana le había preparado; cayendo el atardecer decidió bajar al comedor donde la cena ya estaba servida.

— El señor Rogers salió al pueblo, pero dejó ordenado que le sirvieran la cena.

— Gracias Claire — Natasha se sintió aliviada, cenó tranquila ideando la manera mas cordial de decirle a Steve que dormiría sin él; pues aún tenia muchas cosas en las cuales pensar.

Mientras estaba sumida en sus pensamientos logró escuchar unos pequeños pasos entrar al comedor, giró su vista hasta un niño pequeño que se acercaba a ella con las manos extendidas, el pequeño sollozaba asustado. Natasha le sonrió con ternura y separando su silla se dejó caer al suelo para consolarlo.

Ɑʍօɾ RҽɑƖ || Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora