La bella Natasha Romanoff es obligada a casarse con el mujeriego hacendado Steve Rogers; del odio al amor hay un sólo paso. Ambos con pasados tormentosos se enamoran, pero nada es fácil en esta vida.
Las riquezas son blanco fácil de envidias; ambos...
Taylor y Natasha observaban a sus pequeños hijos jugar sentados sobre la manta que cubria el pasto; ambas mujeres tomaban té mientras sus esposos hablaban de negocios disfrutando de la primavera que adornaba la Hacienda, habia pasado un año de paz y felicidad por aquellas tierras.
El pequeño Thomas y Charlotte crecieron juntos gracias a la cercana amistad de sus padres; Tom y Steve unieron sus negocios mientras que Natasha y Taylor seguían tocando el piano juntas y Taylor daba clases gratuitas en el pueblo.
Wanda y James le dieron la bienvenida a una bella niña llamada Eleanor quién resultó ser un encanto, sus padres y su hermano estaban completamente felices por su llegada, la niña se volvió la adoración de Natasha y de Steve quienes serían sus padrinos.
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Por su parte; Sam Wilson y Maria dieron la bienvenida a un pequeño varón llamado Nicholas en honor a su abuelo.
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Natasha se sentía feliz al presenciar nuevos nacimientos a su alrededor, pero el de Yelena y Laura fueron los más especiales haciendo que viajara hasta donde se encontraban ellas.
Ayudó en el labor de parto de su hermana menor, Yelena había sufrido un laborioso parto dando como resultado la dicha de dar a luz a una niña llamada Elizabeth.
— Eres hermosa — Yelena suspiró agotada mientras con mimo acariciaba la mejilla de su hija quien sollozaba buscando de su calor, Laurie anonado observaba aquella preciosa imagen, sus dos mujeres estaban con bien.
— Hola pequeña Lizzie, me tienes vuelto loco muñequita — Laurie miró a Yelena quien le sonreía llena de emoción — Gracias por este milagro Yelena, te amo.
Su esposa besó su mejilla para después acurrucarse en los brazos de su esposo para ver dormir a su pequeña hija. Su boda fue discreta rodeados de sus familiares más cercanos, Melina asistió aún sin estar de acuerdo pero poco a poco lograba entender la felicidad de su hija; Iván en cambio decidió renunciar a su familia, vendió la casa que por años albergó a su familia y huyó con su amante y su pequeño hijo a Escocia, aquello fue un duro golpe para todos, pero Clint decidió hacerse cargo de su madre quien los ayudaba en casa a cuidar al pequeño Louis Romanoff.
