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—  Margaret no está en su habitación.

Sam interceptó a Steve quien impaciente esperaba a Margaret bajar; Sam había ido hasta su habitación  donde por desgracia no la encontró.

— ¡Maldita sea! De seguro nos mintió.

Steve apretó sus puños molesto, comenzó a caminar de un lado a otro por la acera mientras James y Sam entraron de nuevo al hotel en busca de información; para su desgracia lo que los empleados les dijeron apuntaba a que la mujer quizá había huido.

— ¿Que sucederá ahora? —  Steve miró al gobernador con el semblante desencajado mientras los presentes seguían buscando el paradero de la mujer, él había optado por ir hasta la casa del gobernador en busca de alguna solución.

— Debemos encontrarla, la policía ya esta en busca de ella, hay retenes en los trenes y en los caminos exteriores, no llegará lejos Steve, se que estabas en contra de proceder de manera legal contra ella, pero con esto, merece ser procesada.

Steve asintío, lamentaba que las cosas entre ellos habían terminado así, pero era inconcebible que la mujer le haya hecho tanto daño.

— Lo que nos urge es detener a Edmund, él es uno de los culpables de todo esto, ¿Con que garantía voy a vivir en paz? Ya trato de matarme una vez —  Steve frunció el ceño —  lo quiero preso.

—  Es un hombre poderoso Señor Rogers —  el contador habló temeroso ganándose la mirada de todos los presentes.

—  Yo tambien lo soy —  Rogers dejó claro —  y quiero creer que la justicia está de mi lado.

El gobernador asintío.

— Porsupuesto que lo está, Steve se hará justicia.

Mientras tanto, Margaret despertó desorientada, atada de manos se quejó en voz baja al sentir sus manos dormidas, su cabeza querer estallar y su vista borrosa, el frío le calaba los huesos y la humedad del lugar le provocaba náuseas, no sabía donde estaba, sólo se percató de poder ver la muerte acercándose a ella al ver a Edmund frente a ella.

—  Llegué a imaginar que ibas a traicionarme —  Edmund la miró con desdén acercándose a ella poco a poco
—  pero no sabes con quien te metiste Margaret, pude haberte dado el paraíso, pero preferiste esto —  Edmund observó el lugar en el que se encontraban, una vieja bodega de trigo — ¿Porque?

Margaret con la cabeza en alto esbozó una sonrisa burlándose del hombre que tenía frente a ella.

— Porque me di cuenta que no ganaba nada mentir y tener algo que no me pertenecía, además como si no supiera que algún día se desharian de mí.

— Como sucedió con Bruce, que ahora mismo los gusanos deben estar comiéndose su cuerpo en el monte.

Margaret se estremeció al escuchar aquello, sintió su cuerpo erizarse, a pesar de todo lamentó la muerte de su amante.

— ¿Porque tanto odio hacia Steve? ¿Porque querer quedarse con lo suyo? Teniendo tanto poder y propiedades...

— Porque uno jamás se cansa y siempre quise las propiedades de Joseph Rogers, valen más de lo que piensan, además negocios son negocios Margaret, no me gusta perder y Steve ha hecho que pierda en varias ocasiones.

— ¿Y que ganas con tenerme aquí a mi? Si tanto quieres lo que le pertenece, a quién debiste secuestrar fue a su querida esposa o hija.

Edmund sonrió al escuchar a la mujer.

— A ti voy a matarte por traidora y a Natasha voy a raptarla para ejercer presión hacía Steve, al menos Matthew podrá entretenerse un poco con ella.

Ɑʍօɾ RҽɑƖ || Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora