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Iván sentía vergüenza al ver cómo Edmund habia ordenado desalojarlo de su propia casa, agachó la cabeza ignorando por completo a su esposa Melina sollozar mientras sus pertenencias eran arrojadas hacia la calle, los transeúntes se burlaban de ellos.

Edmund había encontrado la mejor manera de vengarse de los Romanoff y era darle en el ego a Iván.

— Agradece a la zorra de tu hija quién me abandonó yendo tras su guarura — Edmund los miraba con asco y repulsión, acomodó su saco y siguió su camino hasta su caballo — Sientete afortunado que no estas tras las rejas Iván, buenas tardes.

El hombre se marchó dejando al matrimonio en silencio mirando como el que había sido su hogar por años ya no lo sería más.

Natasha abrió la puerta de su hogar siendo abordada por su madre quien sollozaba con histeria, preocupada la guió hasta el sofá donde ordenó le trajeran un té mientras Iván sin pedir permiso se sirvió un trago de whisky ante la mirada de su yerno.

— ¿Que sucedió madre? — Natasha se sentía mal de ver a su madre en ese estado, además de traer la preocupación por saber de su hermana.

— Edmund nos quitó nuestra casa, tu hermana lo abandonó y por su culpa estamos en la miseria — Iván respondió por su esposa, el hombre furioso se sirvió otro trago que bebió de golpe, dejó el vaso en la barra de licores y comenzó a caminar de un lado a otro — La voy a encontrar y me va a conocer, menuda niña zorra.

— ¡PAPÁ! — Natasha lo recriminó con la mirada dejando de abrazar a su madre — no voy a permitirte que hables mal de Yelena, mi hermana sufrió mucho, asi que agradece que se haya ido de ese infierno.

— ¿CON ESE MUERTO DE HAMBRE NATASHA? ES UN SIMPLE SOLDADO — Ivan se exaltó poniendo a Steve alerta quien recordó como su suegro había golpeado a Natasha anteriormente, sigilosamente quedó entre ambos — ¡Un muerto de hambre! ¡Deseo que Yelena este muerta! ¡Es una deshonra lo que hizo!

Steve y Natasha miraron horrorizados a Iván quién parecía no retractarse por lo dicho.

— No voy a tolerar que hable así de su hija — Steve lo amenazó — puedo pagarles una estancia.

— ¿Vas a cerrarnos la puerta de tu casa Steve?

Iván preguntó ofendido retando a Steve, pero Natasha decidió encararlo.

— Si padre, no pueden estar aquí, no después de lo que has dicho, espero algún día te arrepientan de todo el daño que nos han hecho, todo por tu ambición, que no te llevó a nada.

— No puedes hacernos esto hija — Melina sollozaba asustada — no me des la espalda.

Natasha la miró.

— Lo siento, es lo que podemos hacer por ustedes.

Iván sonrió con hipocresía y salió de la casa azotando la puerta con brusquedad mientras Melina se ponía de pie ofendida.

— Eres madre Natasha, algún día vas a entendernos.

La mujer salió de la casa dejando a su hija alterada, Natasha comenzó a llorar dejándose caer al suelo siendo rescatada por su marido quien se tumbó sobre la alfombra con ella, abrazandola, reconfortandola, Steve se sintió herido al ver a Natasha sufrir.

— Nat, tú jamás serás como ellos, tu eres una madre maravillosa y ejemplar.

— Jamás entenderé porque siempre fueron asi Steve, al menos me reconforta que Yelena esté lejos, Clinton sea feliz con Laura y yo lo sea contigo.

Steve acarició las mejillas de su amada.

— Perdona y suelta cariño, no estas sola, ahora nos tienes a nosotros, somos tu familia.

Ɑʍօɾ RҽɑƖ || Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora