Ɑʍօɾ RҽɑƖ || Romanogers AU

33.

Natasha presa del miedo se puso de pie intentando quitar a Steve de encima de Matthew quien cómo podía devolvía los golpes.

— Cariño sueltalo — la voz quebrada y rota de Natasha hizo volver en si al hombre quien se detuvo observando sus manos moradas y llenas de sangre, su rostro comenzaba a doler, aturdido se alejó del hombre que gemia de dolor, Steve se puso de pie yendo hacia Natasha quien rota del llanto se aferró a él abrazándolo con desespero.

Matthew los maldijo y como pudo salió de la casa ante la mirada de la servidumbre quienes habían despertado a causa de los gritos.

— ¿Te hizo daño? —  Steve preguntó a su esposa quien se aferraba a él siendo guiada hacía el sofá mas cercano — mi amor...

— Estoy bien Steve — Natasha le regaló una tímida sonrisa, pero la realidad es que se sentía asqueada y lastimada, podía sentir aún el tacto asqueroso de Matt sobre su cuerpo — mira como estás tú, debemos curarte...

Steve la detuvo antes de que se pusiera de pie, negó con la cabeza ignorando como su cuerpo le dolía.

— Estoy bien...

Natasha asintío sollozando en los brazos de Steve hasta quedar dormida siendo llevada por el hombre hasta su habitación; Steve al verla tranquila dejó que Claire lo curara para después permitirse velar los sueños de Natasha y Charlotte quienes dormían en la cama principal.

Del otro lado de la Ciudad, Matthew furioso intentaba curarse a si mismo tirando todo a su paso, no podía creer que aquel maldito hijo de puta seguía vivo, maldijo no poder hacer suya a Natasha aquella noche, pero la mueca que tenía en su rostro se convirtió en una sonrisa maliciosa; habia ideado la perfecta manera de deshacerse de Rogers.

•

Natasha observaba el plato de fruta que se encontraba frente a ella mientras Steve tomaba café, ambos lucian agotados y silenciosos, tratando de procesar lo sucedido la noche pasada.

— Nat, necesitas probar bocado.

El hombre trató de alentarla ante la mirada de Charlotte quien miraba a sus padres confundida en silencio.

— Ahora sabe que estas vivo, tengo miedo que regrese y....

— ¡No lo hará! ¡No volverá a poner un pie en nuestra casa! Será general, coronel, pero ese imbécil no volverá a tocarte, primero muerto.

Natasha se alertó al escucharlo decir aquello, limpió un par de lágrimas que habían caido sobre sus mejillas para después comenzar a desayunar, no podía dejar de tener miedo de lo que podría suceder, a esa hora podía jurar que todo Londres sabía que Steve estaba vivo.

•

— No puedes ir así sin más a arrestarlo Damian Ther trataba de hacer recapacitar a su amigo quien negaba furioso.

— Es un maldito mentiroso e impostor, por eso fingió su muerte, además atento contra mi, debemos arrestarlo, si tan sólo Edmund estuviera sano, manda una carta a los socios, comunicales que Steve Rogers esta vivo.

— Si señor....

Matt sonrió triunfante esperando el momento para ir detrás de Steve, lo hundiria en prisión; no descansaría hasta deshacerse de él y Natasha por las buenas o por las malas estaría con él.

Mientras tanto; Natasha y Steve habían decidido pasar el día en su habitación con su hija en brazos, por consejo del gobernador y de Robert, Steve trató de no pensar en el acontecimiento sucedido para evitarse problemas, aunque los tres sabían que Edmund no se quedaría de brazos cruzados; pero el gobernador le había prometido ayudarlo ante cualquier injusticia.